viernes, 31 de enero de 2014

"Hangouts"

Hangouts es uno de esos iconos de las tropecientas (*) apps que se te van colando en el smart sin tener un recuerdo concreto de cuándo llegaron hasta ahí, pero que permanecen bajo la amenaza latente de que si están es por algún motivo que escapa a tu poco conocimiento tecnológico y que si las borras acabarás provocando una hecatombe smartphoniana como por ejemplo la implosión del wiko: así que acabas dejándola porque en el fondo, tampoco molesta demasiado y así hace bulto y da caché entre el google+, el colornote y el instagram. 

(*Lo de tropecientas puede que sea un pelín exagerado, por eso de darme importancia).

Así que cuando ha sonado, lo primero que he hecho ha sido poner mi habitual gesto sieso de ¿esto qué es? seguido de ojos desorbitados de ¡oh sopresa! ¡alguien está intentando comunicarse conmigo a través de un medio desconocido por mí hasta la fecha y no sé muy bien si lograré entender el mecanismo de este nuevo medio de comunicación!!!

Y probablemente sea la cosa más inesperada que me podría haber ocurrido hoy o esta semana. Y tal vez fuera exactamente lo que necesitaba. Hablar con un extraño a 500 kilómetros de distancia. Como dijo Blanche en un Tranvía llamado Deseo, "siempre he dependido de la amabilidad de los extraños".

(Ya hay tema de conversación para la paella familiar del domingo).  

Nooo!!! :)) Realmente al principio me he quedado un poco desconcertada y un pelín desconfiada (por eso de que hay tanto degenerado sexual en la red), pero luego ha resultado ser tan amable, simpático y directo, que bueno, sé que el camino que me espera por recorrer empieza ahora y que no va a ser fácil y puede incluso que me quede a la mitad pero hemos empezado de buen pie, con una sonrisa en la cara y quiero creer que es un buen presagio!!

Un abrazo a Leganés!!! :))


Empezar a cambiar

Anquilosada como estaba por ese miedo que he tenido siempre al rechazo y al fracaso,

- no es fácil enfrentarse al hecho de que puede que no sea todo lo buena que siempre pensé ser, ni todo lo lista que he presumido siempre-

no me había dado cuenta hasta esta tarde que tal vez, cuando ya nada te llena o todo te frustra, por más enemigos invisibles que te inventes contra los que luchar, por eso de mantener la mente ocupada, por más reproches que hagas a todo el mundo, por eso de echar las pelotas fuera, tal vez haya llegado el momento de cambiar las reglas del juego.

Una vez me aconsejaron que dibujara círculos alrededor de mí. Así que después del café, creo que en parte debido a las empanadillas de mi madre, me he metido en el ordenador de mi padre, he abierto mi blogger y mi google+ y me he puesto a agregar y a sumar y a seguir a otros que se parecen más a mí que todos aquellos a los que conocía hasta la fecha.





Insane

Mi mayor fan y más prolífico lector, o sea mi padre, me ha informado esta tarde que algunas de mis entradas, en particular aquellas con las que más me recreo, le recuerdan a una mujer concertista de piano al parecer de una inteligencia extrema a cuyos recitales los curas llevaban a sus compañeros seminaristas y a él, los cuales ofrecía en el manicomio de Almería donde se hallaba internada.

Cuánta franqueza, cuánta sinceridad...


Arenas movedizas

Desde mi sofá diviso el océano calmo como una balsa de aceite que es mi existencia como siempre la quise. Inmensa. Llena. Tranquila. 

Por un segundo me asomé a la mirada del otro, y el océano se hizo ciénaga. Y el cielo tapó la luz. Y de pronto me encontré con alguien que no era yo, que era un yo aborrecible, que era un yo que no conocía y salí corriendo, gritaba, despavorida.

Desde mi sofá contemplo mi existencia que es un océano calmo como una balsa, inmenso, lleno, tranquilo, un océano de arenas movedizas.

jueves, 30 de enero de 2014

El día de las turbulencias

O día de la Paz.

Para mañana, los niños tienen que ir vestidos de blanco, camisetas, sudaderas, anoraks... Además deben traer:
- un euro para las actividades relacionadas con el día de la Paz
- dos globos (preferentemente de color blanco)
- una bolsita de palomitas blancas para el desayuno

...

Día de la Paz. 7:15h de la mañana. 
Yo con resaca. Me devuelven el portátil hoy y claro, había que celebrarlo. 
Mi marido impoluto como siempre.

- Ost... que se nos ha olvidado las palomitas!!!
- Ost... es verdad!!!
- Ost... ¿qué hacemos? (...) Pues como no hay nada abierto ahora, que vas a tener que pasarte a las 11:00h a llevarles las palomitas porque no me voy a venir yo de Macael, digo!!
- Cómo me voy a acercar yo a las 11:00h, no tengo otra cosa que hacer!!! (...) Espera que creo que hay!! (... buscando en todos lados...) Sabía yo que había!!
-  Son rosas. (palomitas al microondas Hacendado dulces y rosas)
- Eso da igual, son palomitas. ¿Hay globos blancos?
- Arggg, los globos blancos!!! El otro día compré globos para el cumple, pero eran de colores.
- Bueno, pone preferentemente de color blanco no que sean de color blanco.
- ¿De qué color se los echamos?
- Échaselos amarillos. (...) Bueno, no, mejor le echo un puñao (15 globos de todos los colores) a cada una y que las seños elijan.

Media hora más tarde. Habitación de las niñas.

- Pero recordad niñas, que aunque las palomitas sean rosas y los globos de colores, papá y mamá os quieren muchísimo!!!
- ¿Tengo anorak blanco?
- No, no tienes anorak blanco.
- Pues la seño dice....

Uuuufffff....




miércoles, 29 de enero de 2014

La dieta

Soy de las que de vez en cuando les gusta torturarse. Forma parte de ese profundo, intenso y pasional amor odio que me profeso. Y como a drástica me gana poca gente, he ideado un nuevo plan de tortura: la dieta de la manzanilla, que consiste en cenar una manzanilla y una naranja. Sí, de acuerdo, el real colegio de los endocrinólogos de este país está preparando ya toda una tesis acerca de los perjuicios de mi dieta. Y sólo tengo una cosa que decir: me toca la "poire" que a mis años alguien todavía tenga la ocurrencia de aconsejarme acerca de lo que puedo o no puedo hacer con mi metabolismo. 

El único problema que le veo a esto es que la ausencia de ingesta de los suculentos manjares con los que suelo agasajar a mi prole repercute proporcionalmente sobre mi estado de humor ya proverbialmente iracundo. O como quiero yo pensar, que el hambre me hace soportar con menos facilidad las gilipolleces ajenas y que parecen multiplicarse cuando me pongo a dieta. 

Lo cual deriva en que a los ciclos de ovulación y menstruación hay que sumarle ahora el de desnutrición transformando a la que suscribe en un ser en un continuo estado de cabreo. 

Gracias a Dios, no tardaré en volver a quererme como Dios manda y como me merezco porque al fin y al cabo, soy un ser absolutamente adorable, y sólo es cuestión de días que abandone esta locura.

Y de todos modos, como me ha ocurrido tantas veces antes, si algo se perdiera en el proceso, doy fe de ello, no sería para nada importante.

Un saludito, :))

martes, 28 de enero de 2014

En mi retina

Las 17 horas de la tarde. No hay hora que pase más lentamente que la hora de la catequesis. Creo que esa hora es la que se lleva las diez o doce horas que me faltan el resto de la semana.

- Niños, tenéis que poner aquí cuál sería una buena noticia para vuestra familia.
- Seño, no sé qué poner. 
- Mira, para mí una buena noticia para mi familia será cuando mi hermana tenga a su hijo y yo sea tita. Esa sería la mejor noticia del año para mi familia.
- Seño, mi hermana tiene doce años. 
- No, entonces eso no sería una buena noticia. Pon que quieres pasar unas vacaciones fenomenales con toda tu familia.
- Seño, el mío tiene 23 años.
- ¿Tu hermano tiene 23 años? Pero si tu madre es muy joven-

Y así discurrían las catequesis, con uno de ellos enganchado a mi pelo haciéndome trenzas mientras los demás hacían y deshacían, lo mismo atentos que pasando olímpicamente mientras me dejaba la voz intentando predicarles la palabra de Dios, sin ser ninguno de ellos consciente de lo lentas que se me pasaban aquellas horas.

La espera

... me atenaza el estómago, me agarra el pecho, lo estruja, lo exprime, lo golpea, altera sus latidos, altera mis sentidos, me llena la cabeza de sombras, de muerte, de desgracia, me paraliza, me calla, me asfixia, me envenena, me enferma, me abate, me postra y finalmente me mata.

Que cese esta espera, que vuelva a ser hombre y que pueda por fin enfrentarme a ello.  

lunes, 27 de enero de 2014

Ventoso

 Tendrá que ver con el aire que azota la plaza desde esta mañana, ese aire loco que tambalea a los que como yo son funámbulos de esa línea invisible que separa la cordura de lo que no lo es.

Porque en días ventosos como hoy es cuando más me cuesta vaciarme la conciencia y anestesiar el dolor que padezco del alma por los sueños que ya no alcanzaré.



El chivo

Rindámonos a la evidencia.

Si hubiera alguna persona criticada por criticable, culpada por culpable, incomprendida por incomprensible,

Si hubiera alguna persona que teniendo que elegir entre A y A, sí, digo bien A y A, acabara eligiendo siempre la peor de las dos opciones,

Si hubiera alguna persona condenada a equivocarse por más recta, llana y sencilla que se presentara la senda ante ella,

Si hubiera alguna persona que reuniera estas condiciones, sin ninguna duda, esa persona sería yo.


domingo, 26 de enero de 2014

Prélude à un rendez-vous

Existen recuerdos y recuerdos. 

Y debe haber algún motivo por el cual mi marido se puso ayer a arreglar la habitación de los trastos. Porque rebuscando como me gusta hacerlo dentro de nuestras viejas carteras de cuero con las que íbamos cargados de libros al colegio, encontré ayer mi vieja agenda del curso 1990/1991. El último año que estuve en Francia. 

No me acordaba de infinidad de detalles que me encantaría desgranar a este blog que se ha convertido en mi libro de los recuerdos. Sin embargo, lo que me sorprendió al hojearlo es que no sintiera nada al hacerlo. Sólo curiosidad. Las notas que apunté en él no me trasladaban emocionalmente a aquel año. 

Y entonces, esta mañana, cuando he abierto por casualidad una de aquellas viejas carteras, he encontrado mi cuaderno...


sábado, 25 de enero de 2014

Las franchutas

Los veranos en Arboleas cuando éramos niños no eran todo lo idílicos que habría deseado.

Visto con distancia, lo cierto es que eran tiempos distintos en un pueblo tan chico como obsoleto donde los críos se pasaban la vida en la calle. Imagino que de habernos dejado, habríamos disfrutado de la calle por igual. Me da envidia cuando otros me relatan sus cuatrocientos golpes de cuando eran críos, porque es el momento en el que hay que hacerlos y echo de menos una época en la que los niños no corrían peligro en la calle. Ahora ya es impensable hacer algo así.

Pero no nos dejaron disfrutar de la calle. Y no es que nuestros padres no nos dejaran, al revés insistían mucho en que saliéramos a la calle, y yo que no, y ellos que sí, y yo que no, y al final era que sí, y para qué. Sigo conservando en la recámara algún que otro recuerdo pero no tantos tampoco. A cada cual su importancia en el trascurso de una vida, y estos más bien están metidos en una $papelera de reciclaje que no sé cómo vaciar.

Había un grupito de niñatos de Arboleas, casi como nosotros, hijos de gente de Arboleas que volvían al pueblo en vacaciones, sobre todo recuerdo a las charnegas, que manda cojones lo de su independencia, pero después de conocer a quien conocí tampoco me sorprende mucho. Y con perdón, unos hijos de puta de aúpa. Aquellos niñatos se dedicaban a hacernos la vida imposible cada vez que se les antojaba. Y todo ante la indiferencia más absoluta de los adultos que en aquella época pensaban que los críos se las tenían que apañar solos, y que lo que no te mata, te hace más fuerte. Sólo imaginad a dos niñas de ciudad bien educadas y del género modosito a las que de pronto sueltan en mitad de un pueblo de salvajes cuya única diversión era perseguirlas para arrearles. Espeluznante. No. Mis recuerdos me dicen que la mayoría de las veces lográbamos escapar in extremis. 

Y así pasaron los veranos y los años. Y crecimos. Y vaya si crecimos. Y cuando ya nos salieron las tetas, bastó una noche para agarrar al más bajito, que como vinieron luego sus abuelitos a quejarse, era el pobre asmático (no, desgraciadamente no se murió del ataque el angelito). O con dejarle señaladas las uñas en el cuello a aquel grandullón de mirada imbécil y boca chocho justo para las fotos de la Comunión. (Mamá del niño de la mirada imbécil y de la boca de chocho, te jodes).

Y cuando pensábamos que ya nos habíamos librado de aquella chusma, una noche que estábamos sentadas en la puerta de nuestras amigas de San Javier, Ana y Pilar, vimos delante de nosotras cómo una de las catalanas, la que tenía forma de botijo achatado no, la otra, la bizca, perseguía a mi hermano y entonces se lió la de Dios.

Sí, admito que nunca me sentí tan bien al engancharme con alguien. Y sí. Me llevé un buen manojo de aquel pelo rubio. Y volvería a hacerlo una y mil veces. Y cuando me las he cruzado a las dos charnegas en Terreros me ha costado un pelín reprimir las ganas de volver a arrearles. Y justo llegaban por la calle su padre y el mío. Aquel momento fue el final glorioso de toda una época.

El otro día, grabando para el trabajo de ética de Jose Toro sobre discriminación, lo volví a recordar.  Pero ante todo, paz y amor. Que no pasa nada!!

Lo dicho, buen finde!!


Master chef (III)

Elaboración de la panna cotta:

INGREDIENTES PARA 4 RACIONES:
  • 500 ml de nata
  • 500 ml de leche
  • 100 g de azúcar
  • 12 g de gelatina (2 hojas)
  • 1 vaina de vainilla ó 1 cucharadita de extracto de vainilla

(Fuente: receta de la panna cotta here)

 Entre las muchas cosas a las que me cuesta en mi día a día enfrentarme por temor a fracasar (o volver a fracasar) estaba la gelatina. Así que me sorprendió,  aunque viniendo de mí tampoco del todo, que quisiera prepararles panna cotta. Y como cuando se me mete una idea culinaria en la cabeza si no la llevo a cabo se convierte en obsesión, no me quedaba más remedio que hacerla sí o sí. Sí. Lo admito. Si pusiera la misma obstinación que pongo en la cocina en otras cosas supongo que otro gallo me cantaría.

Seguí los pasos concienzudamente. Metí dos hojas de gelatina en agua fría. Calenté la leche y la nata a fuego lento para que el azúcar no se pegara. Le eché media vaina de vainilla abierta por la mitad. Y cuando estaba lo suficientemente caliente sin llegar a hervir, le eché la gelatina que literalmente se fundió conforme entraba en contacto con el líquido caliente. Eché la crema en siete cuencos pequeños y esperé a que cuajara. Y esperé. Y esperé. Y me olvidé de la panna cotta y cuando me acordé de ella, volví y esta seguía igual de líquida. Y pensé que si yo lo había hecho todo correctamente, era la gelatina la que volvía a burlarse de mí. Pensamiento que respondía a los fundamentos de la lógica más aplastante. Y entonces, al coger la bolsita de las 12 hojas de gelatina de 20 gr de peso, me sentí la mujer más inteligente del mundo.

Proportionnalité... En fin...

Lo positivo es que he logrado superar mi trauma con la gelatina!! ;))

Bon weekend!!

(NB: Si sois de las mías, la cosa tiene solución. Volved a calentar el mejunje sin que llegue a hervir y echadle todas las hojas de gelatina que os queden. Funciona!! ;)) )


viernes, 24 de enero de 2014

La mirada oscura

Aquella mañana se dio cuenta de que la había jodido de verdad y de que no volvería a aguantar su mirada sin sentirse desnuda por dentro.

Lo peor es que la había jodido de la manera más tonta, con apenas una frase, después de años perfilando hasta el más ínfimo detalle un personaje convincente y sólido en el que llevaba todo este tiempo atrincherada. Años representando un papel que ella mismo había creado a su gusto, había mimado, un papel que había acabado aprendiéndose de memoria y al que adoraba. Para joderlo todo en una frase.

Ese había sido el problema. Se había sentido tan segura y cómoda dentro de su coraza que se había confiado demasiado. Había bajado la guardia un segundo y esta vez el destino no la había salvado in extremis con una de esas piruetas a las que la había acostumbrado cuando alguien se asomaba demasiado detrás del telón.

Sólo le quedaba una cosa por hacer. Una decisión final que tomar para seguir a salvo. Le fastidiaba como nunca llegar a ese punto porque le quería de verdad y había sido más sincera con él que con la mayoría de aquellos que pretendían conocerla después de todos estos años. Pero ahora sabía que no le quedaba más remedio que renunciar a él. Era la única alternativa que le quedaba. No podía echar a perder el trabajo de años. Era perderlo a él o volver a hundirse y no estaba segura de que sobreviviría a otra caída a aquel precipicio.

Aquella mañana al cruzarse con su mirada, se sintió de pronto desnuda y desvalida y se dio cuenta de que él había cambiado.


Ayer

... me pesaba tanto la existencia que pensé que tenía 102 años.

Buenos días!!

Al menos nos hemos levantado con sonrisa!!

jueves, 23 de enero de 2014

Conversaciones de por la mañana (IV)


(Mi Isa y yo peleándonos de buena mañana)
- ¡Que estoy mala, que no quiero ir al cole!
- ¡ Tú no estás mala!
- ¡ Sí que lo estoy! ¡Me duele la barriga!
- ¡No te duele la barriga! ¡Está muy feo mentir a tu madre!
- ¡Me duele la barriga! ¡Y además estoy resfriada! (cof cof)
- ¡Eso no es cierto! ¡El día que estés mala no iremos al cole ni tú ni yo y nos quedaremos aquí las dos pero hoy no estás enferma así que sí irás al cole porque no estás mala!
- ¡Estoy enferma!
- ¡Mentira! ¡Mentir es muy feo! ¿Sabes lo que dice el séptimo mandamiento???
(mi Gabriela)
- No robarás.
- ....


Buenos días... Ya es jueves... Por fin...

miércoles, 22 de enero de 2014

Uuuufff

Sí, lo admito. He llorado. Como una niñata de mierda. Después de que me hayan dicho que ni está la clavija que tenía que estar ayer ni hay fecha de posible entrega. No estoy orgullosa de llorar por semejante chorrada. Ha sido más de pura impotencia. Ahora toca buscar a otro desconocido al que enseñarle las bragas. Mis vergüenzas. Fotos. Vídeos. Cosas garabateadas en una página del word que sólo debería leer yo. Y a esperar días, semanas para poder seguir escribiendo. He sido incapaz de escribir una sola línea en todo esto tiempo sin mi portátil. Y no sé si nadie es capaz de entender esa impotencia. Y todo porque hay una jadeputa a la que se le fue mucho la boca. En fin. 

Pero para rematar, cuando ya había pasado la tempestad, cuando ya pensaba estar más tranquila, de pronto aparecen cuatro chonis en un renault rojo de los que se descapotan, hablando a tutiplén en la calle, sobre no sé qué mierda de carnavales, a las que jamás las había visto antes, lo juro, ahí, en mitad de la calle, y yo ya alucinando por un tubo. En un momento dado he pensado incluso que se trataba todo de una broma, alguna cámara oculta. En serio ¿a alguien más se les han plantado cuatro chonis desconocidas en su calle a mitad de la noche??? Y he salido. Para variar. Claro. Soy yo. Y ¿sabéis que se me han rebotado???? Se me han puesto chulas. Que tenían derecho hasta las doce de estar ahí dando por culo. España, esa puta mierda de país donde se les enseña a las chonis todos sus derechos y sus 0 obligaciones!!

Y de pronto me han entrado unas ganas locas de salir con un garrote... En fin...

Abriendo el armario

... para ver lo que me iba a poner, he pensado en vestirme hoy de persona equilibrada aunque no sé muy bien cómo hacerlo.

martes, 21 de enero de 2014

Microbostezos

Tengo sueño de viernes y estamos sólo a martes. ¡Mal vamos!


Quand j'ai sommeil, j'ai envie de chialer tout le temps. :'(

lunes, 20 de enero de 2014

Master chef (II)


- Qué mijica, ¿estaba buena la tarta?
- Sí, mami, estaba muy buena.
- ¿Os la habéis comido toda?
- Sí, nos la hemos comido todos excepto Elliot. A Elliot no le ha gustado.
-  ¿Pero estaba buena?
- Sí, y llevaba virutas de chocolate por dentro.
- No, ¡no llevaba virutas de chocolate!!
- Pues llevaba cosas duras dentro, como chocolate.
- ¡Pero si yo derretí el chocolate! ¡¡No podía haber trozos de chocolate dentro!! ¿Qué era eso duro? Se me ha quemado, ay Dios mío, ¿qué era lo duro? ¿Y estaba dulce? ¿Amarga? ¡Eso me pasa por no probarla!! Si la hubiese probado me habría dado cuenta, pero ¡no la he probado!! Ay, Dios bío ¡qué desastre!! ¡Pero os la habéis comido??
- Sí, menos Elliot.
- Y la seño, ¿qué ha dicho?
- Nada.
- Ay, porca miseria, el año pasado dijo que estaba buena!! Eso es que no estaba buena!! ¿Por qué no la he probado Dios mío? Pero ¿alguien te ha dicho si estaba buena?
- No, nadie. Sólo Carmen. Carmen y yo somos las únicas que nos la hemos comido. Los demás la han tirado a la basura.
- Ay, ¡porca miseria! Pero ¿no decías que el único que no se la había comido era el Elliot??? ¡Qué desastre! ¿Por quéeeeeee??????
-  No, que es broma.
- Acabas de decir que la han tirado todos! Di la verdad, ¿quién la ha tirado y quién no??
- Naaadie. Sólo el Elliot.
- Entonces ¿por qué lo has dicho? ¿Para torturarme?
- Era mentira.
...
He seguido con el interrogatorio durante un rato. Con repaso a la foto del grupo incluida. Y no he sacado en claro más que una cosa y es que cuando se trata de cocinar para los demás ¡soy un auténtico desastre! Sniff.

Ay ¡¡Dios mío!!!

Vamos a por el tercer día de cumpleaños.





domingo, 19 de enero de 2014

Rendida

Dormitando en el sofá hace un rato por tomarme una de esas infusiones que te garantizan el descanso y el bienestar pero que a mí me dejan tirada como un despojo inútil y derrotado de mirada drogada por el sueño, con una miniatura de portátil en el regazo, he borrado mis dos entradas estelares del fin de semana. Las acabo de ver vagando por el google+ y el blogger como juan sin tierra y les he dado el golpe de gracia. Simplemente habían cruzado la delgada línea que separa la satisfacción de la condescendencia.


Master Chef

He pasado el fin de semana literalmente metida en una cocina. Con una lista kilométrica de ingredientes y de recetas que preparar y de fondo la tarantella y el funiculi funicula como BSO en mi cabeza.

jueves, 16 de enero de 2014

Ínfula

A veces no se trata de esperar a que te pase algo extraordinario sino "tout simplement" de convertir las pequeñas cosas que te ocurren en extraordinarias.

Como descubrir una palabra nueva de perfecta sonoridad. Me ha gustado ínfula. En cuanto la he leído. Suena a isla, a divinidad griega y a viento. Luego sus acepciones dejan un poquito que desear, no haciendo justicia a la armonía de sus rasgos. 

Y creo que un filólogo debería tener la potestad de adaptar el sentido de las palabras a su sonoridad.

Estoy muerta, rendida, la noche con sus sombras y su luna llena pudo conmigo y hace horas que debería estar acostada. Pero me gusta tanto descubrir palabras bonitas.

Buenas noches,

Le ciel crapote.

Puede que de haber salido el sol el día hubiese sido distinto.

En el recreo, me dirigía hacia la salida cuando he visto a lo lejos cómo la gente salía despavorida al quedarse al descubierto. Era la lluvia, la que anunciaban en todos lados para hoy y que absolutamente nadie esperaba, la que ha hecho acto de presencia. Y no tenía mi paraguas a mano. Puede que lo tuviera metido en el bolso pero de pronto no he tenido ganas de buscarlo o de sacarlo. No.

Creo que existen tres clases de personas, las que corren bajo la lluvia, las que llevan siempre el paraguas a mano y finalmente las que parecen inmunes a ella.

Admito que a veces he hecho el paripé de ponerme bajo un paraguas, pero porque no me gusta ponérselo demasiado fácil a los que piensan que soy una rarita. Sin embargo, estoy convencida de que cualquiera que haya pasado un solo invierno en Cork sabrá lo inútil que puede llegar a ser un paraguas.

Jajajajaj, mira lo que consigues lluvia, y eso que te doy mala prensa. En Cork, tenía un paraguas. Que me duró el primer chaparrón. Una endemoniada ráfaga de viento emprendió una lucha conmigo, me lo volteó, me lo articuló de todas las maneras posibles como una marioneta hasta que no quedó más que un amasijo de esas ramas metálicas de las que están hechos los paraguas. Claro que durante todo el proceso yo estaba debajo del paraguas poniéndome como una sopa. Y ese fue el final del primer paraguas. El segundo paraguas me duró un poco más porque aprendí a luchar contra el viento con el resultado siempre muy producente de conservar como única parte seca de toda mi anatomía la coronilla. Sip. Lo único que no se mojaba era la coronilla. Parecía que llovía desde abajo, algo parecido a lo que dicen en la peli de Forrest Gump. Creo que la tarde que decidí deshacerme de aquel paraguas fue la vez que quedamos con aquellos dos portugueses (fue en Cork donde descubrí que sabía italiano, portugués, e incluso vasco) y llovía, claro, lo mismo que pasa aquí con la lluvia pero al revés, que aquí no llueve nunca, y justo al cruzar para meternos en un Coffee Shop pasó. Un coche. Como una sopa. No se salvó ni la coronilla. Lo cierto es que se rieron mucho. Si se acuerdan todavía se reirán. La cita fue obviamente un desastre. Desde entonces me pego a las paredes cuando veo un coche acercarse a un charco de agua. Y dejé de usar paraguas. Ahora los cojo porque no quiero que las niñas me salgan a mí en lo de rarilla y me los dejo. No sé cuántos paraguas he perdido en todo este tiempo.


Pero hoy he hecho una excepción, de esos días que te da igual que te vean como una rara, que no te apetece ponerte la máscara de todos los días, me he soltado la melena, me he metido debajo de la lluvia, he levantado la cara y he dejado que me lavara, y que me limpiara y que me diluyera toda esa tristeza de la madrugada.

Feliz noche!!

Muchos micropensamientos de un jueves cualquiera.

Cuando te despiertas de madrugada llorando, ¿qué haces con los mocos? ¿Los aspiras, te los comes, dejas que te llenen la cara, te los limpias en la almohada? Sí hombre, y luego amaneces recubierta de costras por toda la cara y el pelo y las sábanas... Levantarse para mear si no queda más remedio, pero por llorar es como levantarse pa'na. Puff.

No me creerá nadie pero cuando mejor está mi pelo es recién levantada y sin peinar. Pero cómo voy yo al insti sin peinar???? He ahí el dilema.

Yo confieso. Que llevo en el coche la BSO de una peli del Disney Channel y que me encanta. Esto de confesarse es complicado. Puede que revele el título otro día.

Lo bueno de dormirse llorando es que te entra sueño y es un sueño bastante placentero. Lo malo de despertarse llorando es que te entra sueño y es un sueño bastante placentero.

Ese hombre es un vivo ejemplo de por qué no me gustan las personas altas. Me da miedo.

Futura adicción a la vista: Diario de una Volátil. Me encaaaaaaantaaaaa!!!!

Y he conectado mi google+ y mi blogger. ¿Qué sucederá??? C'est un mystère...

 

Sí. Tengo tres exámenes por corregir y 0 ganas. ¿No se nota?



Good Morning Vietnam, a ver qué tal el día.   



miércoles, 15 de enero de 2014

Art Naïf

Ahí donde me veis era una de las personas más crédulas que hayáis podido llegar a conocer. Aún hoy me cuesta desenmascarar el engaño. Creo que lo que me pasa es que carezco de picardía. Podían soltarme el rollo que quisieran que acababa siempre creyéndomelo. No sé si era bueno o malo pero era un hecho. Era lo que se llama una crédula, una ingenua, una incauta. 

Con el tiempo y los años, te vas dando cuenta de tus defectos, carencias o  debilidades y procuras estar sobre aviso. Intentas ponérselo difícil a los que pretenden engañarte. Incluso te vuelves cauteloso de más, todo te lo cuestionas una y otra vez por miedo a caer de nuevo en tu renombrada ingenuidad y llegas a emparanoiarte un poco con algunos temas. Lo que sea con tal de que no te vuelvan a engañar. 

Pero el que es bobo lo es y tarde o temprano vuelve a caer. Lo malo es que las caídas en mi cuerpo me duelen bastante más que antes, los golpes tardan más tiempo en curarse y el tiempo ya ni se toma la molestia de borrar algunas cicatrices.

Día de claroscuro, pero estamos bien.

martes, 14 de enero de 2014

Un chupito de grappa y otro de ron miel

Recuerdo cuándo y cómo empezó el día y me parece increíble haber pasado por todo y estar aquí saboreando un chupito de grappa. 

(Bueno, lo de saborear es un decir. La grappa está mala, puaj, es horrible, increíble que algo así proceda de los creadores del lambrusco, del limoncello y del disaronno originale, pero fue antojo mío así que me lo bebo yo. Sólo me quedan unos cincuenta chupitos. Lloro por dentro).

La culpa es mía por ir con los hombros al aire. Pero esa camiseta es tan cute!!! Y tenía el ánimo bajo y nada levanta tanto el ánimo como descubrir un hombro. Y también por twittear lo de que mi vida es como un vídeo clip de Katy Perry. Eso también es culpa mía. Pero ¿habéis visto sus vídeo clips? Son absolutamente geniales y divertidos y me cuesta tanto a mis años no reírme de mí misma. Que cada genio haga con su vida lo que le salga. A mí me enseñaron a reír.

Pues eso. Que he gafado por completo este horrible día que parecía no acabar nunca. Y no es que me guste malgastar el tiempo pero este en concreto ha sido horribilis y como suele pasar siempre, cuanto más quieres que acabe algo, más ralentiza su marcha. 

Pero haciendo balance me doy cuenta de que el conjunto de este día tan tedioso está hecho de pequeñas partículas no tan discordantes de cómo suele discurrir el común de mis días. Una palabra amable, una risa, un abrazo, una canción, una mueca infantil, un esquema de la línea del tiempo para enseñarle a un grupo de niños que el mundo lleva mucho tiempo en danza y no sólo 2014 años y de por qué Jesús nació en el año 1, un mensaje en el grupo familiar, un Line de tu sister, o compartir unas risas con mi marido mientras leía hace un momento que los rayos lásers no son líneas discontinuas que hacen "tiu-tiu".  

Y yo lo siento mucho, pero sólo me voy a quedar con esto. Y seré tajante pero es la única actitud que me vale.

Buenas noches!! :))

Verdades como puños

Pero de todas formas e independientemente de todo lo demás ajeno a mí, hoy llevo el pelo espectacular.

De besos, hombres y cabras

(Los hombres que miraban fijamente a las cabras)

Hay películas que no deberían verse jamás. Terminantemente. Porque si no van a cumplir las expectativas creadas por un título tan irresistible como evocador de los mejores (entiéndase en mi caso como los más bizarros) momentos tarantinianos, es mejor quedarse con esa dulce miel en los labios que genera el deseo y despierta la imaginación.


(Vértigo Vol. 1)

Como también debería estar prohibido buscar aquel disco recopilatorio por pensar de pronto, sin ningún motivo aparente, en unos acordes musicales que poco a poco se van convirtiendo en una rutina que te amartilla la inconsciencia, y van despertando lo que se asemeja a recuerdos de un tiempo ahora resuelto. Lo buscas con ahinco, lo encuentras por fin, te pones a escucharlo y te das cuenta de que la mayoría de sus canciones te aburren o te duermen o te ponen una mueca amarga en la cara en lugar de una sonrisa incapaces como son de rescatar ningún recuerdo real. Y lo que te gustaba ya no lo hace, y puede que eso sea lo que llaman envejecer y que tanto trabajo te está costando asumir pero que no quieres que nada ni que nadie te fuerce a admitir.


(Besos)

Y también hay besos que no deberían haberse dado nunca. No por no desearlos sino simplemente porque en el fondo un beso no deja de ser un beso. Mejor habría sido quedarse con el sentir de lo que pudo ser.



El día va empeorando por momentos. En fin...

La conspiración de los servicios técnicos de reparación

Creo que el auténtico problema de este país no es ni una monarquía corrupta y trasnochada, ni unos políticos corruptos y trasnochados, ni unos banqueros corruptos y usureros, ni siquiera los chorizos metidos a políticos, banqueros o reyes. 

El auténtico problema de este país son los servicios técnicos de reparación. ¿Quién como ellos para jurar y perjurar que todo estará arreglado en un par de días a sabiendas de que alargarán la espera semanas e incluso meses? Desde televisores de los antiguos abombados, hasta los de pantalla plana LED y LCD, vídeos programables, lectores de CD y de DVDs, equipos de música y MP4, teléfonos móviles, portátiles, equipos informáticos enteros, lavadoras, calentadores, aspiradoras, planchas, frigoríficos e incluso vehículos, todo un arsenal acumulado a través de los lustros en  almacenes gigantescos repletos de estos objetos que una vez pertenecieron a nuestras existencias, y que ahora yacen abandonados a la espera de sus incautos amos que de tanto reclamarlos acabaron por olvidarlos.

El porqué de sus promesas va más allá del entendimiento de cualquier persona que ejerza su trabajo con profesionalidad. Para empezar, una persona normal y cabal no se marca plazos que tened por seguro que va a incumplir. Porque ¿por qué decir cuatro días cuando pueden decir dos semanas? ¿No tenemos todos el ligero convencimiento de que el motivo real de que alarguen los plazos es por puro placer sádico y no por no tener el tiempo y los medios de cumplir con lo dispuesto como ellos mismos alegan con risitas incluidas? Todos lo intuís al igual que yo. Todos hemos tenido alguna vez ese pensamiento de que se tiran las horas muertas mirando nuestro objeto de deseo, contemplándolo sin hacerle absolutamente nada.

No, no me han devuelto el portátil, y hoy ya van ocho días de los tres prometidos por no sé qué de un repetidor, que me he desvelado hace un rato, ya no sólo no me devuelven mi portátil sino que me quitan el sueño, una hora antes de la marcada por el despertador me he despertado pensando que puede que no vuelva a verlo, o que haya un sádico que está copiando mis copias de seguridad en busca de no sé muy bien qué y recopilando datos para hacerme un salvaje chantaje o que simplemente se está deleitando con el dolor que me inflige y no sé muy bien cuánto tiempo va a tardar mi Mrs Hyde en salir a sabiendas de que ellos lo tienen como rehén y que poco tienen que perder.

Malditos servicios técnicos. Quiero mi portátil. Aunque ahora mismo me conformaría con que fueran las seis de la tarde. 

¡Buenos, buenos no, horribles y madrugadores días!

lunes, 13 de enero de 2014

A dream by David Lynch

Hay sueños que perturban el despertar durante un  tiempo, unos minutos, unas horas.

Sueños de pintalabios de un brillante rojo pasión que pintan los labios y acto seguido desaparecen para ser objeto de búsqueda y de deseo. ¿La chica pintada que refleja el espejo era yo o no lo era? Bella, sexy, vestida con un corpiño negro y ceñido, con una bonita melena corta, castaña de bonitos bucles grandes, se parece a mí pero creo que no soy yo.

Escenarios inquietantes que se disfrazan de lugares conocidos, que los mezclan, estoy aquí pero no es exactamente este lugar. Y se está preparando una gran fiesta, hay mucha gente que va y viene preparándolo todo, pero yo me estoy preparando para huir y no estoy sola pero tampoco estamos todos, sólo estamos tres de nosotras. Y nos vamos de aquí si antes encuentro el pintalabios rojo. 

Sueños que parecen reales pero a todas luces no lo son de un yo que nunca actuaría como yo y sin embargo todo parece seguir una lógica natural de actos y de secuencias. Y puedo sentir como propio el agobio de no poder quedarme aquí por más tiempo y la necesidad de encontrar ese pintalabios. Maldito pintalabios rojo. 

El despertador suena. No he encontrado el pintalabios pero ya no puedo hacer nada. Vuelvo a mi vida de aquí. Pero puede que sólo por unas horas.



domingo, 12 de enero de 2014

Vidas de serie B: acólitos

El encuentro de esta mañana ha sido fortuito. Llevaba dos días pensando en otra entrada, desde que los vi a los dos vendiendo caracoles. O eso creía. Ella se rió de mí. Siempre lo hace. Oí que me ofrecía coles en lugar de caracoles y mi malentendido le hizo gracia. Le dije que no quería caracoles, que los caracoles me dan asco de siempre y que nunca me he comido ni uno. Es la verdad. ¿Así se ganan la vida? pensé, ¿vendiendo caracoles? Pero estaba equivocada. Cuando fui de segundas a por los churros, vi que ya no estaban detrás de las dos bolsas de caracoles. El dueño había vuelto de desayunar y a cambio de vigilarle el puesto se habían ganado el café de la mañana. 

Nunca le caí en gracia ni ella a mí tampoco. Mucho antes de lo que es ahora, cuando aún vivía en una casa de verdad, con techo y con su propio dormitorio, no nos caíamos bien. Por qué lo íbamos a hacer ahora.

Pero siempre que la veo no dejo de preguntarme qué o quién decide los derroteros de cada existencia, qué hace que yo tomara el mío y no uno como el suyo.

Vidas de serie B: L'épave

Llegamos a la rotonda que sale de la autovía. Ahí, por el arcén, va andando un hombre. Parece un indigente. Lleva ropa de un color oscuro uniforme, no se distingue muy bien dónde acaba la túnica y dónde empieza la cintura del ancho pantalón. Está gordo, es mayor, anda con la panza por delante y los hombros echados hacia atrás. Anda de puntillas a ratos. Lleva melena, en realidad más que melena son greñas que le cuelgan alrededor de la coronilla absolutamente calva. Nunca lo he visto antes. ¿Qué hace en mi pueblo? Nos acercamos. Esa mirada de ojos achinados, la conozco. Es él. Dios mío.

Frecuentaba el reservado del Roque en la misma época que nosotros. Alto, moreno, desgarbado, con un aire mestizo, unos pocos años mayor que nosotros, siempre iba con Leoncio hasta que mataron a este último en un accidente de coche. El conductor del coche que chocó contra el suyo iba borracho. Tenía entonces veintipocos años y no recuerdo por qué le decíamos Leoncio.

No sé si bebía antes de que muriera Leoncio. Sí sé que Leoncio era un chico prudente, educado y sano. Así que lo asocio con él y no me creo que fuera muy distinto. 

Antes de esta mañana, el recuerdo que guardaba de él era el de hace unos pocos años, una ruina, siempre ciego, siempre borracho, siempre drogado, con la mirada vacía y endurecida, ida, al que procuraba no mirar demasiado por no provocar en él nada que no fuera indiferencia. 

Bueno, en realidad, hasta esta mañana hacía tiempo que no guardaba nada de él.




Épave evoca en sólo cinco letras y dos sílabas los restos de un barco abandonado en la orilla de alguna playa desierta, una máquina rota, desconchada, sucia y oxidada y la carcasa de lo que fue alguna vez un hombre.

viernes, 10 de enero de 2014

Conversaciones de por la mañana (III)

- Y ¿cómo va tu libro?
- Bien, escribiéndolo.
(It's true... intuyo que aquí falta alguno de los emoticonos del wassap aunque no tengo muy claro cuál).
- ¿Es que estás escribiendo un libro?
- Sí.
- ¿Escribes libros?
- Llevo toda la vida escribiendo.
(Sólo me queda por perfilar lo de acabarlos)
- ¿Y qué escribes?
- Asesinatos sobre todo.
- ¿Asesinatos?
- Truculentos.
- ¿Con mucha sangre?
- Es divertido. Deberíais probar a matar a alguien. Es divertido y bastante relajante.
- ¿Has matado alguna vez a algún alumno?
- La verdad es que nunca. Pero no lo descarto, ¿quién sabe?
- Te estás riendo. Eso es que has matado a alguno.
- Ja , no, prometo que nunca he matado a ningún alumno. Todavía.
- Bueno, ya te leeremos.
- No os preocupéis, lo publicaré anónimamente.
- Sí, como rosé composé.
- Hablando de passé composé, sigamos con la pasiva.


Encuentros en el Mercadona

Hacía tiempo que no lo veía. 

Si queréis ver a alguien, id al Mercadona con regularidad y os acabaréis cruzando con esa persona tarde o temprano. 

Me recordó que hubo un tiempo en el que daba clases particulares de inglés en verano para sacarme unas perrillas. Será porque fueron muchos veranos que detesto dar clases particulares. De hecho, una clase con menos de seis alumnos consigue agobiarme bastante.

Sigue igual de alto, of course, mucho más alto que yo pero su pelo se ha vuelto gris. Ha envejecido. Igual que yo, supongo.

Al parecer sus primos han regresado al pueblo. En el poco tiempo que llevan aquí ya han logrado cerrar un bar con sus amenazas y chantajes. Nadie se sorprende. Son ellos. Los de siempre. No hace tanto tiempo que los que mandaban aquí eran ellos, no lo suficiente como para olvidar.

Y yo un verano acabé dándole clase de inglés a uno de ellos.

Y por cierto. Nunca me pagó. 

Fue twittear lo de happy

y la cosa empezó a torcerse.

Que ya sé que el chándal es verde, lo que no sé es desde cuándo las niñas de 4 años no pueden llevar chándales verdes!!! Sí, tú hazme más chantaje emocional, sigue llorando por el color verde del chándal para que empiece a creerme lo de que tus amigas van a dejar de invitarte a cumpleaños, a los que por cierto odio, si no vas vestida con colores fashion, ya está, ya me ha entrado la neura, VAAA-LEEE, deja de llorar y cámbiate de chándal... Bien, he dormido más de ocho horas y sólo puedo comunicarme a través de twitter y de facebook, tengo la cara hinchada, el pelo alborotado y la lengua embotada se me traba; y entonces te pones a hablar conmigo, cuando más tonta parezco. Ay.  Lógico. Que vaya al edificio de la eso que es el que más odio del mundo mundial a hacer qué. Bien, tendré que preparar los tres exámenes que me quedan por hacer en la última hora que me queda para no llevármelos de fin de semana porque el fin de semana se presenta cargaíco de cumples y viajes y coches que no se pueden mover del sitio y rebajas. Rebajas. La luz al final del túnel. Ya sólo os falta ponerme una hoguera ahí en el patio en plan Sálem.

Son las 14:33. He sobrevivido a medio día. Ya sólo me queda la otra mitad.

Buen fin de semana!!!

jueves, 9 de enero de 2014

La nube y la luna

La verdad es que no pinta tan fiera la luna de día como de noche.

Hoy me la he encontrado de cara, mientras conducía, antes de llegar al cruce de Fines. Me ha acompañado durante un rato, frente a mí, observándome mientras yo la observaba a ella. Iba ataviada de una gasa blanca que se traslucía. Era sólo media luna, como medio desnuda, medio fuerte, vulnerable, y puede que por ello anduviera camuflada entre nubes de algodón dulce difuminado que rayaban el cielo. En particular había una que parecía acompañarla sobre todas las demás. Una nube tan fina como la gasa de la luna que parecían luna y nube hermanas se ha puesto aposta delante de ella para tapar su media desnudez. Y la luna que lo mismo te lisonjea que al rato se burla de ti se ha vestido de nube para hacerle creer su afecto a la incauta. Y luna y nube parecían una. 

Pero Luna, tú a mí no me vas a engañar nunca.

Escuela 2.0

Ordenadores viejos y atrasados, desactualizados,  en completo desuso.

Teclados pasados que hay que amartillar para lograr un solo enter. 

Conexiones agonizantes.

Impaciencia y desesperación para realizar la acción más tonta como mandar un archivo o pasar una falta.

Proyectores ausentes, supuestamente en reparación. Pizarras digitales en perpetuo out of order.

La escuela del futuro.

Desalentador.

miércoles, 8 de enero de 2014

Un répit

El invierno se ha disfrazado de primavera por unos días. Sí, hoy hace un día fantástico. De hecho, menos el día en que se levantó aquel viento huracanado, ha hecho bueno todos los días de este nuevo año. Es ese calorcito agradable del sol que calienta pero no quema y que te tiene remoloneando en la calle como lagartijas en mangas de jersey. 

Y quiero creer que no es la singularidad de estos días  la que me hace disfrutar de ellos sino simplemente el agrado de sus horas.


Apelativo

Esto no es un ordenador portátil. Es pequeño, tanto que hasta mis deditos pequeñitos parecen las zarpas de un grizzly. No sólo eso sino que anoche me fue imposible instalar un chrome o un google drive por culpa de no sé qué incomprensible error. Sí. Exacto. Ahora mismo estoy trabajando con un solo navegador. Moi. Ha sido como volver a las cavernas. Y además sus filtros me han bloqueado la mitad de mis búsquedas. A mis años.

Así que podremos llamarlo de cualquier forma pero ruego que evitemos lo de ordenador portátil.

Villanos II

Juraría que hoy me han colgado el teléfono. Cuando he visto que diez días después seguíamos igual, he llamado, por supuesto, y mi error ha sido no disimular mi ánimo sino admitir directamente que la llamada venía provocada por un estado de enojo previo. No me ha dado tiempo ni a reaccionar. Ha sido un "espera" seguido de las tititi de la llamada ocupada y finalmente el piiiiii letal.

Aún no he logrado salir de mi consiguiente estado de asombro.

martes, 7 de enero de 2014

Porca Miseria!!

Maldita sea!! Maledetta sei o sia o como sea!!

Hoy no era un día lo bastante duro de por sí?, ¿no?, ¿en serio? No era ya lo bastante- uuuhhhh!! Pues no. Al parecer no era suficiente. 

De tres a cuatro días en la UCI!!! Puede que incluso más!!! Tres días, mi pequeño, allí solico, en aquel almacén, a manos de quien sabe quién, pobrecito!!! 

Aaaayyy!!! Y como no me lo arreglen?? Qué voy a hacer sin él??? 

(Respira, respira hondo, hu hu hu, respiiiira. Tranquila-)

La alimentación de los cojones, para variar, hasta los mismísimos me tiene la alimentación!! No sólo eso sino que al parecer he estado a punto de quemarlo! Dios mío!!! C'est affreux!! Yo a punto de quemar a mi bebé!!! 

Había otro allí, en las mismas condiciones lamentables que el mío. Es más común de lo que creía y al parecer tiene solución. Al menos sonreía y parecía sincera cuando me lo ha dicho.

Nada. Que durante tres o cuatro días, puede que incluso más, voy a tener que hacer las cosas que hace la gente que no tiene portátil. Uuufff. Respira hondo. Además siempre puedo echar mano de mi wiko. No es como si estuviera desconectada del mundo. Uuuufff... No me miréis ni me habléis. Ya avisaré cuando me encuentre mejor.

Aaaayyyy!!! No es justo :'((

lunes, 6 de enero de 2014

Antonio Gasset

Yo fui una de las politoxicómanas insomnes que se tragaban los Días de Cine de Antonio Gasset. 

A diferencia de los programas intelectualoides dedicados a la decorticación de obras literarias que ya desde la canción de inicio me suelen abrir soñolienta e impúdicamente la boca, siempre me han encantado los dedicados al cine.

Eso es lo que mola de no trabajar. Que los mejores programas  te los ponen en horario de jubilados, lactantes y estudiantes de facu. ¿A qué hora te ponen los casos de asesinatos en la sexta? De 9 a 12, claro que sí. ¿A qué hora te ponen los Días de Cine? de 10 a 12. Olé. No, no es justo. Bastante duro es ya madrugar como para que además te restrieguen por las narices lo que te vas a perder. Y más ahora con la perspectiva que hay de que cuando te toque jubilarte probablemente no lo hagas antes de los 80. Lo que me recuerda que tengo que contratar un plan de pensiones.

Me encantan los programas sobre cine. Me quedo embobada escuchando los intrígulis y los busilis de los rodajes, me vuelvo a tragar las mismas historias, las mismas anécdotas, las mismas biografías truculentas tantas veces como reponen el programa de turno.

Yo fui de las que se tragaban sus Días de Cine mientras mi horario me lo permitió. Luego vinieron las opos, las niñas, el internet y la Caye, insufrible y enchufada, y el programa perdió la gracia y de confundirse con Versión Española olvidé Días de Cine. Pero desde hace unos meses he descubierto el Todo Cine y he recordado lo mucho que me gustaba que me contaran el cine.  Y sólo quería dejar constancia de ello.

Tradiciones navideñas

Como les ocurre al 99% de los guiris afincados en este país, sigo sin entender la tradición de esperar al último día para entregar los regalos. No hay regalo capaz de mitigar el desánimo que me invade en este momento. O tal vez sí. Pero está absolutamente fuera de mi alcance.

Lo que sí me encanta son los regalos de Rebajas.

Al fin y al cabo ser feliz consiste en ponerse metas asequibles que hagan nuestro cotidiano más soportable. 

Ni me despido.

Villanos

En algún lugar del universo, existe un grupo de superhéroes que luchan por contrarrestar los efectos perniciosos de los estropicios realizados por la pandilla de torpes que trabajan en la sucursal de Cajamar de un pueblo que no voy a nombrar.

Es convicción.

domingo, 5 de enero de 2014

El olivar

Pasado el puente el camino se desdobla hacia abajo hasta llegar a la ramblilla que siempre llevaba agua hasta este año. Va seca. Es extraño. Una de dos, o alguien se está quedando con el agua o este año ha sido más seco que ninguno. La rambla se ha secado y ahora guarda el aspecto de un camino de tierra. 

Si tiras para arriba, te encuentras pronto con el carril que va rodeando los cerros hacia los bancales de olivos. Andan desperdigados por las laderas escalonadas por ribazos tan viejos como los propios árboles o escondidos en barrancos que el ojo inexperto jamás descubrirá. Son árboles centenarios, los más jóvenes, los plantones, no andan lejos de los 70 años de edad. La tropa de jornaleros conoce cada paraje por su nombre, desde el de las aguas vertientes en el cerro más alto hasta el del aguaor abajo. Y en uno de ellos quedan, y mientras media tropa camina carril abajo, carril arriba, portando los fardos y la espuerta, algunos sacos y las escaleras, como por casa, los otros cruzan por los cerros, subiendo y bajando como cabras el monte. Hablando de animales, esta mañana hemos visto bajar como alma que lleva el diablo a cinco jabalíes enfrente de nosotros. Uno de la tropa se había percatado antes que el suelo había sido escarbado y se ve que los hemos sorprendido por donde estuvimos ayer, en busca de nuestros desperdicios. El aire trae aromas que no consigo distinguir pero con los que me lleno los pulmones. Me informan que es romero, y tomillo, y que también puede ser la albaida que huele muy bien.

Se escoge el olivo y se pone los fardos por debajo para que las olivas queden recogidas en la red. Aquí se les llama olivas, no aceitunas. Se corta la retama que no deje que se estire bien el fardo. Con el trabajo que cuesta cogerlas nadie quiere que se escape ni una. Se avisa de si hay algún agujero que haya quedado tapado, la entrada a la madriguera de algún conejo o de algún zorro. Las caídas y los esguinces no son raros en un terreno tan escarpado. Algunos recuerdan cómo antiguamente se daba caza a los conejos con hurones, que luego prohibieron. No mucho más lejos encuentran la salida.  Las mujeres cogen las olivas de las faldas, incluso las del suelo, los hombres se atreven a subirse a las escaleras a por las ramas más altas. Se sierran algunas. Cuando se acaba la recogida, se recogen los fardos, se le quita la broza más gorda, se llena la espuerta y de la espuerta al saco, y a otro olivo. 

El sol pega pero no quema. El viento sopla de vez en cuando y estremece. Pero se está a gusto o no hay tiempo para pensar en el tiempo, sólo que no quede ninguna de esas olivas negras escondidas entre las ramas espesas de hojas verdes y platas que brillan con el sol de cara, ciegan y no dejan verlas. 

Empieza a haber hambre. Se llena el saco con el último fardo, se recogen los aperos y se baja hasta el siguiente bancal. La tropa se sienta en el suelo, no hay lugar para remilgos, no se come, se devora, nada hay más bueno que una comida en el campo. Es así. Pero hay que volver pronto a la faena y se vuelve porque es lo que hay que hacer. 

Y por encima de todo, está el sentimiento de que estamos solos. En ese momento no hay nadie más en el mundo que nosotros. Estamos solos. Hasta donde alcanza la vista no hay nadie. Sólo cerros y más cerros. Se oye el viento. Los demás ruidos apenas se distinguen. No hay nadie más que nosotros y el tiempo ha debido de parar para los demás porque el día ha transcurrido en aquel lugar y sólo para nosotros.



viernes, 3 de enero de 2014

El Camino Real

El Camino Real unía antiguamente Albox con Cantoria, y de hecho era la única carretera que enlazaba directamente las dos poblaciones. Y ese camino que fue en su día una vía importante ha quedado completamente dejado de la mano de Dios. Parte de su pavimento o suelo o empedrado o lo que fuera su calzada está hecho añicos, un pedregal por el que cuesta circular con el coche. Es lo que pasa cuando no conduces a ninguna finca de algún riquillo o algún politiquillo de tres al cuarto. 

Pues por curioso que parezca, conozco muy bien ese camino, he pasado por ahí decenas de veces, he contemplado tantas otras veces el Cortijo señorial de la Media Legua tan imponente en su ruindad y abandono, del cual se adivina a lo lejos que sólo queda en pie la carcasa pero que tuvo que ser en su día un edificio fastuoso que la gente admiraba al pasar. He pasado las mismas veces por el puente que construyó el Pa'Juan. Entre los hitos que marcan los kilómetros 2 y 3. Hasta estos, de piedra desgastada pintada de blanco huelen a solera, a historias, tantas como gentes anduvieron por esos mismos parajes.

Ahora ya no pasa apenas nadie por ahí que no sea de vez en cuando algún senderista en busca de nuevas veredas. Pero yo cada vez que paso disfruto como una enana imaginando cómo era aquel entonces cuando la gente iba a Cantoria por el Camino Real.

Microcuento

Un día por fin admitió ante todos su adicción y que vivía enganchada a un recuerdo.

jueves, 2 de enero de 2014

De escraches y de fondues

Al final ganó "escrache" y creo que es una palabra que no me acaba de convencer del todo. Tal vez porque es muy politiquilla. O puede que sea por su etimología. Es argentina. Sí. Que yo les haría un escrache a todos, pero lo de hacérselo siempre a los de siempre como que me cansa y me huele a rancio. O todos muertos o a tomar por culo. No, no he dicho eso. Está tachado.

A propósito, la Fondue me mandó una respuesta a mis ciento y una peticiones de formar parte del club de los detectores. No lo he dicho antes pues mi agenda repleta de compromisos me lo ha impedido pero resulta que ayer se acabó lo del club, lo han cerrado, c'est fini, liquidé, caput y ahora discuten vía Facebook. Sí. El facebook sigue haciendo mucho daño. A lo tonto a lo tonto. Y lo cierto es que no sé si me apetece discutir asuntos filológicos teniendo en frente a mis 231 contactos. Sería casi como andar en bolas delante de ellos. Y yo en el fondo soy muy tímida. Pero puede que el momento más inesperado tome carrerilla y me lance al vacío. Conmigo ya se sabe!!

Y ahora toca arreglar lo de las migas,


Día 2

y dos contactos menos.

Ya no tengo edad para chuminadas ni para perder el tiempo.

Sorry.

De consensos y de migas

Las migas de hoy no estaban consensuadas y por ende, han sido un auténtico desastre. Es lo que tiene vivir en una casa donde todo se consensúa. Todo se consensúa y todo se comparte. Como una sartén de migas.


miércoles, 1 de enero de 2014

Año Nuevo Misma Resaca

Un año más y seguimos con los mismos rituales y tradiciones.

Llegar a casa y empeñarse en acostarse tarde, por querer hacer lo de siempre, o sea por tontería, no hay programación en la TDT más patética que la de Nochevieja. Lejos quedan aquellas noches del Coloso en Llamas o de Lo que el viento se llevó. ¿Qué pasa señores programadores? Espero que la estén pasando bien puta con la resaca de hoy, para vosotros  mis mejores deseos para este año.

levantarse al día siguiente a la misma hora, por costumbre. Ahora mismo soy como una niña chica, con mucha hambre, más de la que he tenido en toda la Xmas y sueño, mucho sueño. Qué manía con empezar el año hecho polvo, para variar, un Año Nuevo más. Pero una cosa me consuela. Mañana no curro. Sí, lo sé, es un pensamiento muy positivo y que me llena de orgullo. 

oír el concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, sobre todo la que tocan siempre al final, que creo que es la marcha Rasiski. El tío que dirigía la orquesta este año estaba un poquito "pallá". En fin, era complicado innovar, ese mérito no se lo quito. Lo mismo habrá que ir pensando en hacer lo mismo en esto de celebrar el Año Nuevo el año que viene si Dios quiere. Esta tradición, la del concierto, que mola bastante la inauguramos hace muchos años, mucho antes de la maravillosa etapa de la maternidad e iba normalmente acompañada de la elaboración de una sopa de arroz, único reconstituyente eficaz anti-resaca. Desgraciadamente, ya no queda margen ni para peli chula de Nochevieja ni para resaca de alcohol. Programadores, os tengo en mis pensamientos.
¿Y cuánto costaría asistir a un concierto como ese?

ir de visitas varias cuando uno tiene chiquillos. Cuando uno no los tiene parece que no haya prisa por darle el coñazo con las susodichas. Y es que alguien tuvo la brillante idea de inventarse las celebraciones postNochebuenivieja para matar a dos pájaros de un tiro: aprovechar las sobras y ver a los querubines, obviando el porculo que se le da a los papis. Mi alternativa, mucho más inteligente de dosificar a partes iguales hidratos de carbono, sofá, manta y pelis chulas (lo tengo clavado en el corazón), ha sido rechazada un año más. 


En conclusión, mañana nos recuperaremos pero lo que es hoy!!

A todos los que me siguen leyendo, un besito, y a los demás también!

FELIZ 2014!!!