Hangouts es uno de esos iconos de las tropecientas (*) apps que se te van colando en el smart sin tener un recuerdo concreto de cuándo llegaron hasta ahí, pero que permanecen bajo la amenaza latente de que si están es por algún motivo que escapa a tu poco conocimiento tecnológico y que si las borras acabarás provocando una hecatombe smartphoniana como por ejemplo la implosión del wiko: así que acabas dejándola porque en el fondo, tampoco molesta demasiado y así hace bulto y da caché entre el google+, el colornote y el instagram.
(*Lo de tropecientas puede que sea un pelín exagerado, por eso de darme importancia).
Así que cuando ha sonado, lo primero que he hecho ha sido poner mi habitual gesto sieso de ¿esto qué es? seguido de ojos desorbitados de ¡oh sopresa! ¡alguien está intentando comunicarse conmigo a través de un medio desconocido por mí hasta la fecha y no sé muy bien si lograré entender el mecanismo de este nuevo medio de comunicación!!!
Y probablemente sea la cosa más inesperada que me podría haber ocurrido hoy o esta semana. Y tal vez fuera exactamente lo que necesitaba. Hablar con un extraño a 500 kilómetros de distancia. Como dijo Blanche en un Tranvía llamado Deseo, "siempre he dependido de la amabilidad de los extraños".
(Ya hay tema de conversación para la paella familiar del domingo).
Nooo!!! :)) Realmente al principio me he quedado un poco desconcertada y un pelín desconfiada (por eso de que hay tanto degenerado sexual en la red), pero luego ha resultado ser tan amable, simpático y directo, que bueno, sé que el camino que me espera por recorrer empieza ahora y que no va a ser fácil y puede incluso que me quede a la mitad pero hemos empezado de buen pie, con una sonrisa en la cara y quiero creer que es un buen presagio!!
Un abrazo a Leganés!!! :))
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