Anquilosada como estaba por ese miedo que he tenido siempre al rechazo y al fracaso,
- no es fácil enfrentarse al hecho de que puede que no sea todo lo buena que siempre pensé ser, ni todo lo lista que he presumido siempre-
no me había dado cuenta hasta esta tarde que tal vez, cuando ya nada te llena o todo te frustra, por más enemigos invisibles que te inventes contra los que luchar, por eso de mantener la mente ocupada, por más reproches que hagas a todo el mundo, por eso de echar las pelotas fuera, tal vez haya llegado el momento de cambiar las reglas del juego.
Una vez me aconsejaron que dibujara círculos alrededor de mí. Así que después del café, creo que en parte debido a las empanadillas de mi madre, me he metido en el ordenador de mi padre, he abierto mi blogger y mi google+ y me he puesto a agregar y a sumar y a seguir a otros que se parecen más a mí que todos aquellos a los que conocía hasta la fecha.
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