Mostrando entradas con la etiqueta Cómo ser mujer y no.... Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cómo ser mujer y no.... Mostrar todas las entradas

sábado, 6 de junio de 2015

Cosas que hacen las mujeres cuando están solas

Cuando leí aquel artículo en mi facebook, (sí, lo sé, es simplemente increíble la cantidad de información que se puede recabar en el facebook) sentí espanto. De las diez cosas que las mujeres supuestamente hacen cuando están solas ocho parecían sacadas de una peli pastelosa sobre princesitas disney organizando una pyjama party. ¿Cantamos? ¿Bailamos? ¿Declamamos frente al espejo??? 
¿En serio?

Lo primero que hacemos las mujeres cuando nos quedamos solas es ponernos cómodas: fuera refajos, cinturones, pantalones vaqueros prietos, camisetas ceñidas, fulares (foulards), cuellos roulés, medias que dan picores, calcetines oprimidores de tobillos, tangas astringentes etc etc. 

Una vez cómodas, pasamos al paso siguiente que es exactamente lo que no podemos hacer cuando hay gente delante. Sí. Pensar mentalmente en todos los hidratos de carbono y bolsas de grasas hidrogenadas que podamos hallar en casa  y trazar un menú de cómo racionarlas para ponernos hasta el culo de calorías. Y lo bueno de que nadie nos vea comiéndolas es que lo que no se ve, no cuenta, o sea que esas calorías jamás han existido y por consiguiente tampoco engordan. Sencilla regla de tres. 

Cuando nos hemos puesto hasta el culo de chocolate y de gusanitos, con el estómago lleno se piensa mucho mejor, caemos en la cuenta de que de verdad podemos hacer todo aquello que no nos dejan hacer en público. Y eso sólo significa una cosa: PORNO. Pero no porno cualquiera, que ese ya está muy visto, sino PORNO RARO. O lo que es lo mismo para una chica hetero o bis o les: PORNO GAY. 
Es- es- es- monótono. 

Limpiar. La culpabilidad de haber perdido el tiempo viendo porno gay nos lleva a intentar adecentar un poco nuestro entorno por eso de que nadie nos pueda achacar que nos hemos pasado la tarde entera tiradas en el sofá. ¿Y por qué? ¿Por qué no podemos las mujeres tirarnos la tarde sin hacer absolutamente NADA??

Bueno, en un cuarto de hora hemos conseguido hacer lo que tardamos una hora con público. ¿Y ahora qué hacemos? Aburrimiento total visita al facebook, visita al facebook visita a nuestros contactos, visitas a nuestros contactos- y de pronto sin saber muy bien cómo nos vemos inmersas en un tsunami stalkeador irrefrenable que nos obliga a teclear nombres verdaderos y nicknames en la barra del chrome buscando indicios que vengan a corroborar la historia que poco a poco va tomando forma en nuestra cabeza y que normalmente tiene que ver con cuernos y tríos y ex y más ex etc etc.

Ya está, ya hemos agotado todas las líneas de investigación que nos podría ofrecer el google (¿para cuándo una app que nos deje leer conversaciones ajenas??? Esa sí la petaría, y no es por cotillear a nadie en el fondo ni para hacer daño, sólo para salir de dudas de si somos buenas intuyendo vidas ajenas o si simplemente estamos desquiciadas), y como nadie nos da bolilla por el messenger, ni por el whatsapp, ni por el Line, ni por el Telegram, ni por el Skype, sólo nos queda una cosa por hacer. Y no, no es cantar bajo la ducha ni declamar ante el espejo ni pintarnos ni hacernos peinados, eso lo hacen las niñitas de 8 años, no, así no se plantea la cosa; cogemos el móvil, nos echamos una foto sexy con morritos, miramos la foto sexy con morritos,  y de repente ¡Dios mío! ¡qué espanto! ¡con razón me va como me va si soy un monstruo!!! ahora me arrepiento de las 2.000 calorías fantasmas que he ingerido hace dos horas, soy un monstruo, una ballena, una foca monje, fea y vieja y espantosa- y entonces y sólo entonces es cuando nos liamos a pintarnos y a peinarnos hasta lograr en la penumbra un selfie morritos sexy medio en condiciones. 

Et voilà. Esto señores es lo que hacemos la mayoría de las mujeres cuando estamos solas. O no. ;)

¡¡Feliz fin de semana!!!



martes, 2 de junio de 2015

How-old

Nunca me habían agobiado los lunes, de hecho no me disgustaban los lunes... que no, que me encantaban los lunes, nunca entendí la fobia que sentía la gente con respecto a los lunes y me solidarizaba con los deuterofóbicos pues por no parecer rara ni tonta, sin sentirlo realmente, pero mis buenos días eufóricos me delataban cada lunes por la mañana.

Hasta ayer. Cuando caí en la cuenta de que sólo me quedaban cuatro. Y así fue por lo que me tiré la mañana del lunes 1 de junio a cara perro, y la tarde del lunes 1 de junio en el sofá después de la reunión de mamis de infantil armadas con pistolas de silicona  para fabricarles caseramente los birretes a nuestros angelitos que se nos gradúan (5 años de infantil ya) llorando como una magdalena con mi ropa interior de leopardo (¡mi primer sujetador leopardo! No sabéis lo sexy que puede llegar a ser la ropa interior con estampado de leopardo, tanto que creo que no volveré a usar otro tipo de ropa interior!!) y tapada con una mantita.

Es que estaba llevando demasiado bien esto de irme. Con lo melodrámatica que he sido siempre. Por parte de la familia de mi padre. Pero ahora que se acaba, caigo en la cuenta de que mi vida era perfecta y que cuando por fin estaba todo en su sitio pillo y lo meto todo en cajas  y me lo llevo a otra parte. Y no es que no tuviera mis cosas y mis problemas aquí como todo hijo de vecino, el vecino era uno de esos problemas, pero lo estaba llevando todo tan bien. Y el futuro ahora es tan incierto. Y está el hecho de que cada cosa me recuerda lo que no volveré a hacer. Y es todo tan triste. 

Así que ahí estaba yo, tirada en mi sofá, en ropa interior de leopardo llorando y tragándome los mocos para no tener que levantarme a por un kleenex echándole la culpa al universo de mi desdicha.

Y ante tanta tristeza, sólo me quedaba una cosa por hacer. Descargarme la app de how-old, la que te dice la edad que aparentas. Primero me descargué la danesa, la de Copenhagen, y esa no os la recomiendo, al tercer "la app no responde, ¿esperar? ¿informar?" la tuve que desinstalar, un engañabobos. Pero no desistí de mi brillante idea y acto seguido me descargué la segunda, para animarme, o despejarme las ideas porque si te dicen que aparentas más edad de la que tienes, del disgusto que te llevas dejas de amargarte la existencia en otras cosas que no sean las arrugas, la flacidez, las caídas etc etc. Quería saber a toda costa la edad que aparentaba así con mocos y todo para resurgir como el ave fénix o hundirme en la miseria más total. Y adivinad qué. ¡SÍ! Según la app, aparento menos años de los que tengo. Así que seguí llorando aunque con más alegría.
 
Hoy, ya es distinto, que es lo bueno de ser una veleta bipolar. Aquí, secuestrada en la biblioteca con un clásico del centro (no hay martes que no me falle ese bribón; claro que ayer lo admití  en mi instagram; nunca se sabe a quién vas a tener que recurrir el día de mañana, aunque sea a un psicópata) acabo de recordar por qué tenía tantas ganas de irme. Mañana probablemente sea otra historia.

Thank you so much and happy week!!! :))

jueves, 28 de mayo de 2015

Café

Y doble por favor. Cualquier cosa que me espabile de este estado catatónico. Un café doble, triple o cualquier otro tipo de drogas que haga que recupere la función cerebral. Sí vale blablabla las drogas son malas  y blablabla y no debería hacer apología de las drogas en un espacio como este y demás sandeces. Hay tantas cosas que no deberían hacerse en esta vida, ¿verdad? Necesito algo que logre que me concentre. ¿Habéis leído mi último poema? Le falta algo, lo sé, debería estar intentando arreglarlo, porque mis poemas son como puzzles y este tiene las piezas revueltas. Tengo que conseguir que cada pieza encaje con la siguiente. Pero no logro centrarme. Leo las palabras pero no encuentro su dirección. Sin embargo, pillo y lo publico. Porque tenía que publicar algo. No puedo perder este blog. Y de buena gana me quedaría aquí arreglándolo. Pero esta noche toca cena. Yuju. Mi última cena. El vino de anoche probablemente sobraba. Pero estaba tan rico. Tomémonoslo tomémosnoslo tomésmosnoslo tomemos Oslo con filosofía. Tomátelo. Tomáoslo. Qué me pasa con el nosotros. Que el nosotros no existe. Nos lo vamos a pasar fatal. No tenemos medias de repuesto preparadas, el vestido es repetido, no tenemos gafas de sol para tanta ojera. Soy experta perdedora en gafas de sol y en paraguas. Es un don. ¿Y si fuéramos en vaqueros? Total. Lo bueno es que las expectativas son tan escasas que la cosa sólo puede mejorar y que lo peor que puede pasar es que me duerma en el coche y que amanezca en el insti con un vestido repetido de la noche de antes, las medias rotas y el rímel corrido. Y con lo de la zorra esa, casi que no me importa. ¡¡Feliz velada a todos!!


lunes, 18 de mayo de 2015

Inspiration, viens à moi!

O de cosas que hacer cuando ni a la de tres


Y qué mejor momento para no dar señales de vida que toda la tarde de un lunes con la agenda absolutamente liberada para quedarse contemplando la maldita página en blanco de una entrada de blog. 
Jadeputa. 
Con tos sus letras.

Pensemos en poesía. 
Somos de la teoría de que cualquier palabra es capaz de imbuirnos de lírica. 
Pensemos en una palabra.
Casa.
Bien. 
Nada. 
Somos de la teoría de que cualquier palabra  es capaz de imbuirnos de lírica. 
Esta teoría es una mierda y queda desde hoy desechada. 

Vamos a inspirarnos con el Candy Crush Saga. 
Por tercer día consecutivo seguimos en el nivel 238. 
Después de gastar cincuenta mil vidas en intentar superar un nivel a todas luces insuperable, ¿quién sería tan sumamente gilipollas como para seguir probando???  Es sólo un juego. Si no consigues superarlo, déjalo, la vida es corta para malgastarla en intentar superar chorraditas de juegos, sal a la calle, escribe, disfruta de cada instante, aprovecha el momento-
cincuenta mil cinco vidas. Seguimos en el nivel 238. Este juego es una mierda. 

Y ese hueco que asoma por la ventana justo enfrente de la casa cada vez que me aúpo un poco de este sofá donde intento hacer poesía y que podría haber aprovechado mi marido para aparcar el coche. Pero que no, que ha preferido pasar y aparcarlo más lejos. 
Yo creo que sí puedo meterlo. 
Además es que me gusta meter el coche en huecos pequeños. 
Llamémoslo filia. Una filia extraña como todas las filias. 
Pues venga, a ponerse los pantalones y a aprovechar que no hay demasiados vecinos asomados a estas horas para hacer maniobras. Estoy segura de que puedo meterlo. De hecho estoy convencida de que no hay hueco que se me resista y que soy capaz de aparcar mi coche en cualquier sitio. Lo sé. Eres muy buena, nena, y entre tú y yo, aparcas mucho mejor que tu marido o que cualquier otro hombre. Llamémoslo talento innato.
Nada. Por cinco centímetros no he podido. 
Jodeputa. 

Inspiration, viens à moi, y golpe de flequillo a la derecha. Inspiration, viens à moi, y golpe de flequillo a la izquierda. ¿Soy la única persona que cree que acariciándose el pelo conseguirá inspiration? No, si conseguir conseguir conseguimos más bien poco, pero es que tengo ahora mismo el pelo fabuloso y tan suave!! Acondicionador-mascarilla-ampolla tratamiento shock-aceite extraordinario a los seis aceites florales todo junto y creo que voy a recuperar mi flequillo sin necesidad de sacrificarlo. Y lo  tengo tan suave.

Las 18:45. Se acabó mi tiempo y volvemos a ser una ama de casa normal. 
¿Tarde del lunes aprovechada? Una mierda.
¿Tiempo malgastado en cualquier chorrada sin interés ni trascendencia alguna? Infinito.
¡En fin!

¡¡Feliz Semana a tod@s!!


martes, 5 de mayo de 2015

Ofuscación

Iba a escribir hoy una entrada magistral, la estaba tejiendo en mi mente de vuelta de Lorca, estaba todo ahí, divertida, fresca, llena de humor y de glamour, ya sabéis, de las que suelo escribir habitualmente, os hacéis más o menos una idea. Porque ¡EA!, la oportunidad surge de la crisis  y qué mayor crisis (otro chupito de mora para el body) que volver de Lorca, o sea del centro comercial abierto Parque Almenara de Lorca, sin haberme comprado absolutamente nada (esperad que me sirva otro chupito... voilà). ¿Qué somos? ¡Chicas! ¿Y qué queremos? ¡Superar nuestras frustraciones comprándonos cosas bonitas! Oh, perdón por ser tan superficial, lo siento enormemente, ooh, dejad que me flagele, mmm, así, mmm, me gusta, mmm. (Chupito dentro. Y no es que me haya vuelto una borracha, es que sólo he cenado un yogur Bio y la botella de licor casero de mora que me traje del barman de Arboleas es la única cosa apetecible que he encontrado en el frigo) (Y dejad de interrumpirme ya que si no no acabo). Diez o veinte bolsas de cosas bonitas después de una tarde de estrés y ninguna para mí... (snif, sí, estoy conteniendo las lágrimas...) Bueno, el caso es que de la crisis surge la oportunidad y después de días enteros en dique seco por fin tenía la entrada perfecta. Pero claro. No contaba con la escenita que me ha montado mi marido en el coche. Llamada de Lola justo al salir del centro. Se ha dejado la chaqueta en la pizzería,  que si me puedo pasar. Para el coche que voy a por la chaqueta de Lola. Corrida para la pizzería, corrida desde la pizzería. Tengo que admitir que tras meses de torturar mis pies ahora corro mejor con tacones. ¡Qué fuerte! (Creo que voy a ir a por un vaso de tubo porque el de chupito no me cunde). La chaqueta estaba. Llamada a Lola, ahora nos pasamos por tu casa a devolverte la chaqueta. Viaje de Lorca. Cocimiento de la entrada en mi cabeza. Mirada al espejo del copiloto. Sí. Tengo esa mirada de tener por fin algo. Nos pasamos por casa de Lola, dejo la chaqueta, vuelvo al coche. Y me lían la de uuuh los tres. Exclamación de mi marido. ¡Si llego a ser yo! ¡Por veinte minutos de charla de nada me han liado la de uuuhhh!!! Y no es comparable a aquella vez que le estuve pitando durante  cinco minutos. ¡No! Primero, porque de todos los coches y de todas las personas que había ese día en la puerta del pabellón el único que no miró hacia el coche que pitaba o sea hacia mí y no se dio por aludido fue él!!!! Y segundo, porque llevaba mucho tiempo sin hablar con Lola y el día que le estuve pitando, él estaba hablando ¿a qué no os hacéis una idea de con quién? con aquella "señora" que tuvo la brillante idea de poner a mi Gabriela vestida de Grease con una falda fabulosa hecha por su abuela detrás de todos, con lo pequeñilla que es para que no pudiera lucir lo guapísima que iba. Qué mala y absurda es la envidia. Ya ves tú, que si se hiciera una rinoplastia se le quitaría esa mala uva que gasta. Así que cualquier madre y mujer me habría legitimado para cortar aquella conversación a base de pitazos. Y podría haberle recordado la vez que interrumpí aquella conversación que tenía con aquella pesada y como me dio las gracias por hacerlo. ¡Hombres!!!! No hay quién los entienda. Un día que les pite, al día siguiente que no. En fin.  El caso es que se ha enfadado conmigo y se me ha ido la inspiración. ¡Encima! En fin. Así que esperaremos  a que se pase el cabreo para que vuelva. 

¡¡Un chupito y me voy a dormir!! ¡¡Besitos amores!! 

miércoles, 22 de abril de 2015

Secuestrada

Que tu amante te deje por una abogada y que se larguen juntos a Estocolmo mientras su ex te persigue para matarte no es ni de lejos comparable con padecer los preparativos de una primera comunión. Más quisiera yo.

Y no hallando otra causa plausible, he llegado al fiable diagnóstico de que tal ha sido el desgaste emocional y físico de las últimas semanas entre viajes, planificaciones, contratiempos, incompetencias, y mezquindades, ¡cuántas mezquindades Dios mío! que hállome desde ya no recuerdo cuando (el jueves pasado) aquejada por un terrible e insólito virus que lo mismo parece una gripe que una alergia, el ébola o un arma bacteriológica letal. Que fue exactamente lo que le sugerí a aquel medicucho de pequeño tamaño y de nombre imperial cuando me dirigí a urgencias el lunes exasperada por la ausencia de mejoría en mi estado; y en el estado en el que me hallaba de frágil y febril conciencia ¿sabéis lo que me dijo??? Pues aquel Napoleón Bonaparte me espetó si nunca había padecido un virus que cursara más de cuatro días, a lo que le espeté que de ninguna manera, a lo que me espetó que un virus podía cursar hasta diez días a lo que le espeté´¿en qué hemisferio si se puede saber?? Bueno fue un cruce de espetaciones esperpéntico sin traspasar la delgada línea de la fría educación. ¿Cuándo me he quejado yo de ninguna enfermedad? ¿Cuándo? ¿Nunca?

Si tuviera que empezar, seguir o acabar describiendo cualquiera de las minucias que han desgastado mi proverbial paciencia hasta postrarme en la cama probablemente no tendría blog suficiente para hacerlo.  He visto presenciado sufrido oído cosas en este proceso que no os creeríais pero que con un mínimo de empatía os quitaría el sueño como poco un par de noches.

Así que puedo afirmar categóricamente que ¡¡¡ojalá tuviera un amante infiel dispuesto a largarse a Estocolmo con su abogada y una ex-mujer asesina persiguiéndome!! Porque al menos le estaría dando un uso excitante y menos aterrador a mi existencia.

Ha sido una semana que podemos calificar como rotundamente espantosa. Estoy agotada todavía pero mientras disminuyo paulatinamente las dosis de barbitúricos ingeridos, poco a poco siento de nuevo el apetito por escribir. Poco a poco. Pero eso ya es un avance. 

Feliz y Sana Semana,

domingo, 5 de abril de 2015

Les papillons batifolaient.

Estoy quemada, la cara ha tomado un color carmesí peligroso, espantoso, un ejemplo viviente de lo que no hay que hacer con respecto al sol, echados por tierra en unas horas cuatro años de tratamiento hidratante, siento cómo me arrugo como una pasa, lo noto, es un desastre, y menos mal que no me quedé en manga corta, el corte camionero habría sido funesto de cara a la comunión de la niña, un escándalo, y además tengo frío, ¿un poco de fiebre tal vez?

Y sin embargo vuelvo exultante, pletórica, bucólica, absolutamente pastoril. Lo que me gusta el campo tú. Podría vivir en medio del campo con un pequeño rebaño de cabrillas y un corral, estoy convencida de ello. No hay nada tan idílico como la vida campestre, lo intuyo.

Pues eso, ya sabéis "domingo de meriendas", la gente sale al campo a comer en pascua de resurrección bablabla y como el otro día descubrí que mi cámara, mi peque tan cuqui que no es reflex, tenía en modo manual (estoy probando opciones, saliendo del modo Auto, vamos, a dos clicks de ser un Capa) la opción súpermacro (y yo sé lo que eso significa) pensé, qué mejor momento para probar mi opción macro que un campo lleno de flores y de bichos y de bichejos repugnantes y de mariposillas. No creeréis la cantidad de mariposas diferentes que pude ver, blancas, ¡azules! de un azul lavanda espectacular, naranjas, e incluso las típicas anaranjadas con arabescos marrones de toda la vida, ya sabéis a las que me refiero. 

Ahora bien. Que alguien me explique cómo se le echa una macrofoto a una mariposa; porque, o ha dado la casualidad de que las que me he encontrado hoy eran todas del género hiperactivo, las TDAH de las mariposas o que me lo expliquen.

Opción 1: te sientas y te mimetizas con el entorno. El entorno y tú sois uno.
Y luego esperar a que una mariposa no se haya percatado del proceso de mimetismo al que te has sometido y se pose cerca del objetivo. Esperar al infinito... ¿No, en serio?
Opción 2: la atraes con perfume que atraiga a las mariposas. Desgraciadamente  no llevaba mi Chanel nº5 a mano.
Opción 3: la rocías con algún producto insecticida no tanto para matarla, pobrecilla, como para dejarla atontolinada.
Opción 4: coges la mariposa, la matas y la clavas con alfileres al entorno.
Opción 5: corres detrás de la mariposa hasta que esta se canse.

Total que de tanto "batifoler" como los "papillons" detrás de las mariposas me he quemado. ¿Mi macrofoto de una mariposa? Al final he logrado echarle una foto a una que se adivina así como a lo lejos posándose sobre un arbusto. Luego si eso os la enseño. Jadepú... 



Menos mal que existen otros bichejos más campechanos.

¡¡Feliz vuelta!! :))




miércoles, 1 de abril de 2015

De comuniones

Ante una situación de intenso estrés, pongamos por ejemplo organizar una primera comunión, sólo tiene cabida una actitud: centrarse en los dos o tres aspectos principales, minimizando así el impacto que puedan provocar los demás detalles, como por ejemplo

que la chica que ayer tomó nota de cómo queríamos la tarta se olvide de comunicárselo a su jefa  por ahora invisible y que al final no haya tarta, ¡no pasa nada!

Que al final se extravíe el papel donde la encargada de la Dulce Alianza ha apuntado mi pedido de dos kilos de peladillas rosas y blancas y que tendrían que llegar como muy pronto en quince días tal vez unos pocos más desde Barcelona, papel que ha metido en el cajón de sastre de los catálogos sin más, ¡no pasa nada!

Que el vestido de la niña que la chica de la lavandería ha insistido en quedarse para que no se arrugue antes de la ceremonia sea confundido, perdido, robado, desvanecido, por una simple regla de Murphy  de las lavanderías o que ese día la lavandería no abra debido a una catástrofe natural y al final nos quedemos sin vestido, ¡no pasa nada!

Que a la Leo se le olvide llamarnos a la hora H del día en cuestión para hacerle los rizos a la niña o que llame tarde o que lleguemos justo antes de que empiece la ceremonia, con ataque de nervios y sin maquillaje incluido, ¡no pasa nada!

Y eso sólo son los detalles de esta semana. Existen tantas variables, tantas situaciones catastróficas imaginables como horas faltan para la ceremonia. Incluso para después. Pero lo llevo todo súper bien. Además el otro día me compré unos zapatos color nude fa-bu-lo-sos y ya me he quitado la mitad de las preocupaciones de encima. Yo, ¿estresarme? ¿Cuándo?

¡Feliz día a todos!

Y de confesiones

Literalmente. Sí, ya lo sé, parece demencial pero ya ha pasado un año. Pascual. Un año pascual me refiero. Mi padre me ha asegurado que ha venido el mismo padre filipino que el año pasado, así que voy sin estrés. Total, ni él me va a entender ni yo a él tampoco. Lo cual facilita mucho las cosas cuando se trata de contar las vergüenzas de una propia. Si fuesen las ajenas, entonces sí que sería un problema. Y que tampoco es que este año haya contravenido ningún mandamiento. Ni siquiera el más importante de todos. Y no ha sido por falta de ganas. Grrrr. El cinco. Uy, como el Chanel. Chanel número 5. Uy, ahora que lo pienso... No. No tengo tiempo para elucubraciones. El quinto es el de no matarás. No matando casi casi que no pasa nada. Bueno, la verdad, entre vosotros y yo, tampoco he tenido tiempo para desobedecer ninguno de los demás. Lo sé, es bochornoso admitir algo así pero una carece de tiempo incluso para pecar. Mi vida es una gran juerga. Ahora bien, el día que me jubile, lo voy a petar. Lo que no sé es que siendo hoy el día de las inocentadas, síii, el Poisson d'Avril, el April Fools' Day, hasta qué punto se tomarán en serio nuestras confesiones. 

Besis, ¡¡tengo hasta las 20:00 para pecar!!



Uuufff... que todo es broma... No tomarse las cosas tan en serio que no llegáis a viejos. 

lunes, 30 de marzo de 2015

De tintes y pelirrojos

El fenotipo de pelo rojo es causado por la mutación del gen MC1R. Menos del 2% de la población mundial es pelirroja. Los pelirrojos son más propensos a los cánceres de piel y más resistentes al dolor. En algunas culturas se decía que los pelirrojos como los gatos negros y los viernes 13 traían mala suerte y por ello incluso se les asesinaba. Adolf Hitler quiso acabar con los pelirrojos. Grandes personajes bíblicos como Eva, Caín y Judas han sido considerados pelirrojos. Se dice de los pelirrojos que tienen mal carácter, que son agresivos, violentos blablabla pero que son sexualmente activos mmm.


Pese a ser los dos morenos, papá y mamá eran portadores sin saberlo del gen recesivo pelirrojo. Y por culpa de Mendel y de sus teorías, así nací yo. Pelirroja. 


Lo que peor se lleva de ser pelirrojo es ser pelirrojo. Por ejemplo, cuando eres pelirrojo, todo el mundo hace hincapié en el hecho de que eres pelirrojo desde los ¡eres pelirrojo! hasta los casos extremos de duda existencial en plan ¿eres pelirrojo? Aunque también es cierto que a los pelirrojos nos molesta muchísimo el intrusismo que existe en nuestro sector pues por culpa de ello, solemos ser objetos de minuciosos exámenes oculares de la ceja y demás vellos públicos para cerciorarse de que no somos fakes sino auténticos pelirrojos. 

Cuando eres pelirrojo se da por hecho de que tienes un fuerte carácter, (y que eres sexualmente activo) que es cierto que lo tienes (y que lo eres mmm), pero que la gente prevea que tienes un fuerte carácter resta una gran parte de espontaneidad a tus reacciones y llega el momento en que te ves forzado a forzar el fuerte carácter por inercia (lo otro no se fuerza, sale natural mmm).

Así que hay veces en que se cansa uno de ser pelirrojo, no por el maravilloso color de tu pelo sino porque es mentalmente agotador ser pelirrojo. Y en esos casos nada como un buen tinte. Esta vez castaña. Las castañas siempre me han parecido personas muy dulces. Y me encanta. 

Y como le he dicho a mi marido, te has levantado con una rubia y te vas a acostar con una castaña, a lo que me ha contestado, ojalá fuera así.
Jo.


sábado, 28 de marzo de 2015

De víruses

Ese plural de virus no existe. Aunque es bonito. A mí personalmente me gusta más que el otro. Pero no lo busquéis. 
Soy filóloga, yo puedo hacerlo. 
No, realmente no puedo. Y no sé hasta qué punto contraviene el código deontológico de los filólogos. 
Pero puedo escribirlo. Físicamente  estoy capacitada para ello. 
En eso se basa el principio de la diferencia entre el "can" y el "may". 
(Siempre he envidiado los teoremas y los principios matemáticos, en cuanto a concepto me refiero; el contenido es el mismo blablabla rollazo de siempre) 
Tal vez os haya mencionado ya en alguna ocasión a Sor Miriam, la directora del colegio Jeanne d'Arc, y también mi primera profesora de inglés. Ella fue como aquel que dice uno de los artífices de que quisiera estudiar inglés.  Ella y las canciones de Madonna. Y Morten Harket.
El caso es que Sor Miriam nos enseñó dos cosas fundamentales. Una de ellas la diferencia entre el "can" y el "may" con aquella anécdota de una sobrina suya que estando en Inglaterra le preguntó a la casera: 
- Can I smoke?
- Yes you can but you may not.
La otra y que no he conseguido corregir desde entonces fue a pronunciar el "can't" a lo francés, a lo "quant" o "kant". El cual suena desgraciadamente muy parecido a "cunt", que es coño o zorra en inglés. Sí. Una monja me enseñó a pronunciar "no puedo" a lo coño. Cosas más extrañas suceden más a menudo por otra parte. 

Y cuando ya me preparaba para irme de vacances, con todo el estrés añadido de las despedidas que ello supone, no os imagináis lo retorcido que llegan a plantearse las despedidas algunas personas, es delirante, algún día os contaré, pero para resumir, estaba yo en ello cuando plof, un virus me ha postrado durante día y medio y me ha dejado tan floja que la verdad es que ni me he enterado de viernes de Dolores.

Lo malo de los víruses es tener que decirles a los compañeros que te encuentras mal porque un virus intestinal  te tiene secuestrado el estómago, vamos, que estás con- que te estás- que tienes- joooo, y que tú en el insti no piensas hacer esas cosas porque tu código ético-moral te lo impide, vamos, once años que llevaba aquí, que claro que para lo que me queda en el convento, me podría, y mira tú, literalmente, a lo bestia, pero que no, me niego, mi cuerpo se niega, no puede, prefiere reventar, va en contra del código ético-moral de mi cuerpo, claro que podría recurrir a uno de los cuatro cuartos de baño secretos que hay esparcidos en el centro, (¡hay cuatro cuartos de baño secretos y sólo he visto tres de ellos!!! ¿dónde está el cuarto?? ¿me podré ir de Macael sin conocer cada uno de los rincones secretos del centro??? cuánto estrés) y suplicar a los detentores de las cuatro llaves mágicas de los cuatro cuartos de baño secretos que me dejaran una, tengo mis métodos, pero es que eso de violar santuarios no va conmigo,
así que jo qué mal. 

Lo bueno de los víruses es que te dejan tan grogui que no te enteras de nada durante día y medio, y eso cuando se sufre mucho por todo como una servidora es un bálsamo, una situación idílica, casi una bendición.


¡¡Feliz Semana Santa a todos!! ;P

miércoles, 25 de marzo de 2015

Evaluaciones

Aburrirse en casa nivel llegar media hora antes al insti (desierto) (ayer).

Wasapear nivel llegar con la hora pegada al culo, a uuuuffff kilómetros por hora por la autovía en obras, con olor a salchicha (de sobre y a la plancha), sin haber tomado un mísero café y sin haberse siquiera lavado los dientes. Con deciros... (hoy) (desastre)

miércoles, 18 de marzo de 2015

Efeméride

Mañana hará un año. Un año ya. Es imposible que haya pasado ya todo un año. Pero es así.

Esta mañana iba conduciendo en el coche, a veces la música no es suficiente para impedir que la mente quede atrapada en los pensamientos y hoy no ha sido muy distinto a tantos otros días. Será por el tiempo que hace. Está lloviendo y hace frío. Hace frío de invierno y la lluvia se presta más a los pensamientos taciturnos. Por eso prefiero el sol, el salvífico sol, que me hace sonreír quiera o no quiera. Hoy está lloviendo. El año pasado no llovía. El año pasado fue muy seco. Y mientras iba conduciendo, he tenido el pensamiento de que no podía faltar ya mucho para la fecha. Así que he abierto la guantera y he sacado el sobre que lleva ahí metido un año, con los resultados. Mañana hará un año de la mamografía. De aquel señor que me dijo que no era grave pero que tenía que ir cuanto antes a mi ginecólogo. De aquel mal diagnóstico que me golpeó por sorpresa y me derrumbó por unas horas. El mismo que me descubrió que no pertenezco a los valientes. El mismo que me tuvo por unas horas cavilando a la orilla de un abismo.

Puedo recordar las horas infinitas del siguiente día en el instituto, el último sitio donde tendría que haber estado. Lo recuerdo extrañamente vacío de gente. No tendría que haber ido allí ese día, ajeno, frío e indiferente a lo que me estaba pasando. Y yo que ya me hacía muerta.

Y luego, muchas horas después, por fin la voz ronca del ginecólogo, un señor mayor gruñón que fuma como un carretero, medio gritándome que no tenía nada "¡Tú no tienes NA!" y yo agarrándome como una náufraga a sus palabras.

La noche previa a la siguiente prueba, la que iba a decirlo todo, una noche infinita en vela y en ayuno, como si de algo hubiera servido que no comiera ni durmiera. Pero es que no tengo hambre de nada porque lo único que quiero es no tener nada, sabe usted.

Y por la mañana, el viaje a Almería a solas conmigo misma. Y los ojos tontos que deciden ahora que tienen sueño. Claro que tienes sueño pero no puedes dormirte ahora hasta no saber. ¿Lo entiendes? Maldigo una y otra vez mi estirpe por hacerme tan dramática. Y me alegro de mi estirpe una y otra vez por ser tan dramática porque de no serlo, la enfermedad me pillará desprevenida y con cara de tonta. "¡No puede ser! ¿Que tengo qué?" No. A mí no me pillará por sorpresa. Yo diré valientemente lo de "Doctor, hable claro, ¿cuánto me queda?" Esa clase de pensamientos tan productivos es la que me llena la cabeza durante el trayecto. Tengo mucho sueño. Me dormiría ahora mismo.

Y luego la absurdez de todas esas pruebas, la falta de dignidad del que va a espicharla. La penumbra de la habitación. La camilla donde el celador corre  un poco del rollo de mantelillo verde que está encima de la cabecera. Desnúdese pero sólo de cintura para arriba, puede dejarse los tenis puestos, ahí tiene una silla, la doctora llegará en seguida. ¿Pero me espero a que salga usted o me quito ya la ropa??? Me siento imbécil.

Mucho después, al salir de la calle Padre Santaella, me encuentro con el sol de cara y veo a un montón de chicos a la puerta del Celia Viñas. Sí. Hace sol y debe ser la hora del recreo.  Las calles alrededor del Mercado Central están repletas de gente. Busco una cafetería por la Obispo Orberá. Me siento fuera y me pido una coca-cola. Cojo el teléfono para llamar a todo el mundo. Sonrío. Es viernes 21 de marzo, el primer día del resto de mi vida. 


lunes, 16 de marzo de 2015

Mi pelo y yo

No quiero parecer superficial.

Bueno, tal vez parezca fingirlo ligeramente. Pero no lo soy para nada. 

Significa ser superficial ¿sentirse insegura e indefensa ante las agresiones que les supone a los demás y que en el fondo la aterran, y querer ocultar la propia fragilidad bajo un aspecto impecable y envidiable porque prefiere despertar celos y admiración antes que la compasión y la misericordia de nadie?

Porque si eso es lo que significa ser superficial, entonces no me estaba refiriendo para nada a eso.

Mi pelo. Esta mañana. He vuelto a caer. Irremediablemente. Con la plancha. No me odiéis. No me critiquéis. Si hubieseis vuelto del fin de semana con el aspecto espeluznado con el que he amanecido esta mañana, vosotros tampoco habríais dudado en utilizar la plancha. A 230º. No me siento orgullosa. Pero me ha quedado tan bonito, liso y sedoso, que no me arrepiento de nada.


¡¡Feliz semana!!


miércoles, 11 de marzo de 2015

Azúcar

Ahora mismo tengo el deseo de comer algo dulce. Lo tengo desde la sobremesa. Ha surgido después de las fresas. Antes del café. Es que creo que es el único pensamiento que ha ocupado mi cabeza en toda la tarde. Ese es uno de los motivos por los cuales me cuesta resistirme a cualquier tentación. Me obsesiono con mis apetencias hasta saciarlas... Algo dulce. Azúcar. Con sabor a fresa o a frutas. No. Mejor vainilla. La vainilla me vuelve loca. Desde siempre. O nata. Nata montada. Está tan rica. Creo que pocas cosas satisfacen tanto mi gula como llenarme la boca de nata montada. Por algún motivo no consigo fantasear con chocolate ahora mismo. Será que... no sé. Lo que sí sé es que hoy voy a ser fuerte y no voy a ceder al chantaje de mis apetitos. Y sólo conozco tres maneras de vencer a la tentación. Un cigarrillo o una copa de vino. ... 

miércoles, 4 de marzo de 2015

De cenitas frugales

Con esto de la comunión de la niña, de los cambios por llegar, de la falta de tiempo, en fin, con tanto lío, ya me entendéis, esta noche no me apetecía cenar nada. Pero claro, algo tienes que cenar. Porque anoche no cené, y así me he desvelado, en mitad de la noche, e imposible volver a dormirme. No sólo hambrienta sino también muerta de sueño todo el día. Hay que cenar porque si no, no haces nada. Es contraproducente. Cinco comidas al día es lo que hay. Miro en el frigo. Una crema de lo que sea. Hace calor. No me apetece. Miro en la despensa. Naranjas de mi pueblo y manzanas. Ambrosía. Están muy ricas. Me decanto por una manzana. Pero es un poco triste cenar sólo una manzana. Así que la he adornado un poco. La he cortado en cuadritos, eso sí, sin quitarle la piel. La piel en una manzana es fundamental. Casi más que lo de dentro. Ahí es donde lleva la pectina. Así que por favor, no peléis las manzanas nunca. Se lava muy muy bien para quitar las toxinas y los productos y se come toda. Toda. En cuadritos. Y le he echado un poco de Cointreau. Unas gotitas. Un chorreoncico. Bueno, no sé cuánto Cointreau le he echado porque el cuenco era pequeño y lo tapaban todo los trocitos de manzana. Pero estaba muy rica. Y ahora estoy pffffff bien. Bien bien bien. Satisfecha. Creo que al final he hecho bien en escoger la manzana. ¿Sonrisa? Shiiiii. ¡¡¡Besitos de buenas noches!!! :)))

The village

- ¿Que os venís el año que viene? ¡Qué bien!-
Miro su cara. Parece sincera. Incluso sonríe. La que acaba de manifestar su agrado por la noticia de nuestra futura mudanza es la vecina de al lado, la madre de Martita, la amiga que las niñas se echaron este verano, la que se sentó con ellas en mi sofá a ver Frozen en mi tele, desterrándome a la mesa del comedor y que acaba de llevarse a las dos no sé dónde con una caterva de niños que tocan más o menos a dos o tres por portal, la misma vecina cuyo marido quita el coche de delante de mi casa cada vez que venimos para que tengamos donde aparcar y sin necesidad de poner ni vado ni nada. El mismo marido que justo llega en ese momento con su bici de competición y unos pantalones ciclistas que hacen que mire automáticamente hacia otro lado, el mismo que al ser informado de nuestra mudanza también parece alegrarse. Pongo mi cara de señora educada con cierto grado de timidez a la que agrada que su futura mudanza agrade a sus vecinos. Entro y salgo y me encuentro a otra vecina, la madre de los dos rubiales, (sí, siempre procuro controlar a cada uno de los habitantes de las zonas en las que me albergo, llamadlo talento natural, don, o como queráis) la cual a su vez me saluda con una sonrisa. De nuevo pongo mi cara de señora educada con cierto grado de timidez, adivinando que la misma ha sido informada de nuestra futura mudanza.

Yo. Moi. La que no hace falta que os describa porque más o menos ya me vais conociendo. Formando parte de una comunidad  de vecinos normales, cordiales y educados de los que charlan por encima de los muros de los patios, con niños normales, alegres y ruidosos que forman esas pandillas que están todo el día en la calle jugando a la pelota y dando vueltas al vecindario con sus bicis, de madres normales, agradables y preocupadas por rebajar esos kilillos de más y por llevar a clases de inglés a los niños, de las que comparten cafés y recetas. Yo, moi, una más, ahí metida en esa composición coral, condenada por fin a esforzarme a ser normal. Yo, moi, normal, por fin... Es raro. 


martes, 3 de marzo de 2015

Puente de Andalucía

El jueves por la tarde, ya al caer la noche, sobre las seis y media, el viento dejó de soplar de pronto y al salir a la calle, la gente se quitó las chaquetas, consintiendo el hecho de que había llegado la primavera con tres semanas de adelanto, cosa por otra parte no poco habitual aquí.

Y hasta aquí puedo escribir sobre estos seis largos días. Y sus noches. Aunque es cierto que el otro día garabateé algunas frases en un folio que doblé y metí en el bolso. Os sorprendería la cantidad de folios garabateados y doblados que caben en él. Pero sé que no es el momento de transcribirlo.

¿Qué pasó este puente? Lo habitual sería que no me costara nada disfrazar el mundo con palabras, adornarlo, pintarlo a mi antojo, o más fácil aún, inventarlo. Pero hoy no puedo. En la superficie no ocurrió nada. Nada sustancial. Todo transcurrió en aparente calma. En apariencia no cambió nada.

Mientras pasa, me dedico a colgar fotos. Colgar fotos en el blog como forma de fingir normalidad cuando todo es caos y fluctuaciones. Así soy yo.

¡¡Feliz semana!!

lunes, 23 de febrero de 2015

Zapatos

Ni retifismo ni altocalcifilia lo mío con los zapatos es otra cosa. (En serio, ¿de dónde sale esta gente?) ¿Quieres hacerme feliz? Ponme una zapatería. Una de lujo, con Manolos y Louboutins. Probablemente la iba a llevar a la ruina, pero ¡¡todos esos zapatos tan bonitos a mi alcance!!  

Hay tres verdades absolutas sobre los zapatos. 
Uno. Nunca te compres zapatos made in china. Jamás. Acabarás con los pies retorcidos, son el paradigma de la mala praxis zapateril y de todas formas no te iban a durar más de un par de meses. Y no merece la pena encapricharse de unos zapatos por un idilio tan efímero.
Dos. La atracción que puedas sentir por unos zapatos es proporcional al daño que te van a hacer. Sí. Igual que una mujer caprichosa. O un hombre.
Tres. Que alguien me explique para qué sirven los meñiques de los pies.  ¿Tiene alguna utilidad ortopédica??? No, gracias, no soy un mono, no me voy a poner a trepar a los árboles a estas alturas. Así que de buena gana me los amputaba con unas tijeras de podar, clac clac. Yo y muchas de las que padecemos su tortura cada vez que intentamos llevar unos zapatos medio decentes. 


Sí. Efectivamente hoy he estrenado zapatos. Me hacen mucho daño. A pesar de ser muy monos. Jo. Ahora bien, el placer que se siente cuando te los arrancas por fin de los pies es inconmensurable.   

domingo, 22 de febrero de 2015

And the Oscar goes to

¿Quieres hacerme feliz? ¿Muy muy feliz? ¿la mujer más feliz del mundo? Que yo no quiero ni joyas ni pieles ni cosas caras. Llévame a los Oscars, al teatro Kodak, quiero asistir al desfile de estrellas por la alfombra roja, quiero observar entre bastidores las luces y los brillos, del espectáculo más increíble del universo.

Todos los años la misma canción. Si le echara más morro a la existencia, me quedaría toda la noche viendo los Oscars y mañana iba a ir al insti Rita la cantaora. Todos los años la misma tentación. Ya no tengo cable, tendría que verlos online, y no es lo mismo que verlos en la tele, que todavía recuerdo los Oscars del 2001 cuando nos quedamos las tres toda la noche viendo la ceremonia. Y en el fondo daba igual el quién o el qué, lo que nos ha fascinado siempre es la magia del cine más allá del cine en una ficción con sabor a clásico, una comedia lujosa a modo de cuento de hadas donde los actores que desfilan son los protagonistas de una película llamada Hollywood.  Y me encanta!!!

Chhhtttt, que empieza...