miércoles, 1 de abril de 2015

Y de confesiones

Literalmente. Sí, ya lo sé, parece demencial pero ya ha pasado un año. Pascual. Un año pascual me refiero. Mi padre me ha asegurado que ha venido el mismo padre filipino que el año pasado, así que voy sin estrés. Total, ni él me va a entender ni yo a él tampoco. Lo cual facilita mucho las cosas cuando se trata de contar las vergüenzas de una propia. Si fuesen las ajenas, entonces sí que sería un problema. Y que tampoco es que este año haya contravenido ningún mandamiento. Ni siquiera el más importante de todos. Y no ha sido por falta de ganas. Grrrr. El cinco. Uy, como el Chanel. Chanel número 5. Uy, ahora que lo pienso... No. No tengo tiempo para elucubraciones. El quinto es el de no matarás. No matando casi casi que no pasa nada. Bueno, la verdad, entre vosotros y yo, tampoco he tenido tiempo para desobedecer ninguno de los demás. Lo sé, es bochornoso admitir algo así pero una carece de tiempo incluso para pecar. Mi vida es una gran juerga. Ahora bien, el día que me jubile, lo voy a petar. Lo que no sé es que siendo hoy el día de las inocentadas, síii, el Poisson d'Avril, el April Fools' Day, hasta qué punto se tomarán en serio nuestras confesiones. 

Besis, ¡¡tengo hasta las 20:00 para pecar!!



Uuufff... que todo es broma... No tomarse las cosas tan en serio que no llegáis a viejos. 

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