El jueves por la tarde, ya al caer la noche, sobre las seis y media, el viento dejó de soplar de pronto y al salir a la calle, la gente se quitó las chaquetas, consintiendo el hecho de que había llegado la primavera con tres semanas de adelanto, cosa por otra parte no poco habitual aquí.
Y hasta aquí puedo escribir sobre estos seis largos días. Y sus noches. Aunque es cierto que el otro día garabateé algunas frases en un folio que doblé y metí en el bolso. Os sorprendería la cantidad de folios garabateados y doblados que caben en él. Pero sé que no es el momento de transcribirlo.
¿Qué pasó este puente? Lo habitual sería que no me costara nada disfrazar el mundo con palabras, adornarlo, pintarlo a mi antojo, o más fácil aún, inventarlo. Pero hoy no puedo. En la superficie no ocurrió nada. Nada sustancial. Todo transcurrió en aparente calma. En apariencia no cambió nada.
Y hasta aquí puedo escribir sobre estos seis largos días. Y sus noches. Aunque es cierto que el otro día garabateé algunas frases en un folio que doblé y metí en el bolso. Os sorprendería la cantidad de folios garabateados y doblados que caben en él. Pero sé que no es el momento de transcribirlo.
¿Qué pasó este puente? Lo habitual sería que no me costara nada disfrazar el mundo con palabras, adornarlo, pintarlo a mi antojo, o más fácil aún, inventarlo. Pero hoy no puedo. En la superficie no ocurrió nada. Nada sustancial. Todo transcurrió en aparente calma. En apariencia no cambió nada.
Mientras pasa, me dedico a colgar fotos. Colgar fotos en el blog como forma de fingir normalidad cuando todo es caos y fluctuaciones. Así soy yo.
¡¡Feliz semana!!
¡¡Feliz semana!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario