Ahora mismo tengo el deseo de comer algo dulce. Lo tengo desde la sobremesa. Ha surgido después de las fresas. Antes del café. Es que creo que es el único pensamiento que ha ocupado mi cabeza en toda la tarde. Ese es uno de los motivos por los cuales me cuesta resistirme a cualquier tentación. Me obsesiono con mis apetencias hasta saciarlas... Algo dulce. Azúcar. Con sabor a fresa o a frutas. No. Mejor vainilla. La vainilla me vuelve loca. Desde siempre. O nata. Nata montada. Está tan rica. Creo que pocas cosas satisfacen tanto mi gula como llenarme la boca de nata montada. Por algún motivo no consigo fantasear con chocolate ahora mismo. Será que... no sé. Lo que sí sé es que hoy voy a ser fuerte y no voy a ceder al chantaje de mis apetitos. Y sólo conozco tres maneras de vencer a la tentación. Un cigarrillo o una copa de vino. ...
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