miércoles, 22 de abril de 2015

Secuestrada

Que tu amante te deje por una abogada y que se larguen juntos a Estocolmo mientras su ex te persigue para matarte no es ni de lejos comparable con padecer los preparativos de una primera comunión. Más quisiera yo.

Y no hallando otra causa plausible, he llegado al fiable diagnóstico de que tal ha sido el desgaste emocional y físico de las últimas semanas entre viajes, planificaciones, contratiempos, incompetencias, y mezquindades, ¡cuántas mezquindades Dios mío! que hállome desde ya no recuerdo cuando (el jueves pasado) aquejada por un terrible e insólito virus que lo mismo parece una gripe que una alergia, el ébola o un arma bacteriológica letal. Que fue exactamente lo que le sugerí a aquel medicucho de pequeño tamaño y de nombre imperial cuando me dirigí a urgencias el lunes exasperada por la ausencia de mejoría en mi estado; y en el estado en el que me hallaba de frágil y febril conciencia ¿sabéis lo que me dijo??? Pues aquel Napoleón Bonaparte me espetó si nunca había padecido un virus que cursara más de cuatro días, a lo que le espeté que de ninguna manera, a lo que me espetó que un virus podía cursar hasta diez días a lo que le espeté´¿en qué hemisferio si se puede saber?? Bueno fue un cruce de espetaciones esperpéntico sin traspasar la delgada línea de la fría educación. ¿Cuándo me he quejado yo de ninguna enfermedad? ¿Cuándo? ¿Nunca?

Si tuviera que empezar, seguir o acabar describiendo cualquiera de las minucias que han desgastado mi proverbial paciencia hasta postrarme en la cama probablemente no tendría blog suficiente para hacerlo.  He visto presenciado sufrido oído cosas en este proceso que no os creeríais pero que con un mínimo de empatía os quitaría el sueño como poco un par de noches.

Así que puedo afirmar categóricamente que ¡¡¡ojalá tuviera un amante infiel dispuesto a largarse a Estocolmo con su abogada y una ex-mujer asesina persiguiéndome!! Porque al menos le estaría dando un uso excitante y menos aterrador a mi existencia.

Ha sido una semana que podemos calificar como rotundamente espantosa. Estoy agotada todavía pero mientras disminuyo paulatinamente las dosis de barbitúricos ingeridos, poco a poco siento de nuevo el apetito por escribir. Poco a poco. Pero eso ya es un avance. 

Feliz y Sana Semana,

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