Dormitando en el sofá hace un rato por tomarme una de esas infusiones que te garantizan el descanso y el bienestar pero que a mí me dejan tirada como un despojo inútil y derrotado de mirada drogada por el sueño, con una miniatura de portátil en el regazo, he borrado mis dos entradas estelares del fin de semana. Las acabo de ver vagando por el google+ y el blogger como juan sin tierra y les he dado el golpe de gracia. Simplemente habían cruzado la delgada línea que separa la satisfacción de la condescendencia.
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