No me gusta. Lo leeré porque no me queda más remedio que conocer el final pero no me gusta. No sólo no me gusta sino que su lectura se está haciendo intolerable. La prosa descriptiva de Muñoz Molina es intachable, excelente, superior, envidiable, sí, realmente envidiable de cómo es capaz de dar vida y cuerpo al objeto más insignificante, sin aburrirnos, sin sorprendernos, de la manera más natural del mundo; nos hace cómplices de su visión de las cosas, nos es fácil entenderla y casi participar de ella, y a la vez apabulla por la precisión y la belleza de la palabra. Pero estoy irremediablemente empezando a detestar ese libro. Es atroz, abominable. No puedo leer la muerte de una niña, no puedo leer cómo la han violado ni cómo le han metido las bragas por la boca, no puedo leer el dolor infundido y quedarme indiferente como si la cosa no fuera conmigo. Y ese conato de empatía indeseada es lo que me hace abominable la novela de Muñoz Molina. Y me gustaría coger el libro, enterrarlo y olvidarme de que se me ocurrió una vez abrirlo. Pero es que quiero que ese excremento muera de la manera más indecible y abyecta que pueda imaginarse. Y como Muñoz Molina no se ponga de parte de la víctima, al mínimo intento por humanizar ese excremento, no volveré a leer a Muñoz Molina en mi vida.
Sí, lo admito, soy así de fanática.
Y debe haber una manera más allá de la muerte, más terrible que esta de que estos excrementos la paguen. Sólo es cuestión de pensarla.
Lector, que te aventuras por estas páginas, es improbable que compartas, entiendas o comulgues con mi visión de las cosas. No busco convencerte de nada. Bref, no tengo más propósito para escribir estas líneas que el deseo y el placer de hacerlo... Los culpables: Una vida de película Mi madre la reina
jueves, 31 de octubre de 2013
martes, 29 de octubre de 2013
Decepción.
Me bajé de los tacones (qué alivio! qué tortura!) y me di cuenta de que el mundo seguía igual de estúpido aquí abajo.
Y ahora me voy a dormir con Muñoz Molina. Un antojo de muchos años que de pronto he querido aliviar. Llevo pocas páginas y aún no sé si me gusta. Y eso me intriga.
Buenas noches a la gente de buena voluntad,
Y ahora me voy a dormir con Muñoz Molina. Un antojo de muchos años que de pronto he querido aliviar. Llevo pocas páginas y aún no sé si me gusta. Y eso me intriga.
Buenas noches a la gente de buena voluntad,
De frívolas
¿Por qué me dará por ponerme tacones cuando tengo catequesis?
No lo sé. C'est un mystère. Pero da que pensar.
Ahora bien, desde aquí arriba las preocupaciones de la vida se reducen a dos:
- no perder el equilibrio
- contonearse la suficiente como para que los tacones no pasen desapercibidos
¿Sonrisa? :))
_____________________________
Hay dos cosas que no soporto en un hombre.
La primera es que tenga el culo grande y respingón. Es una visión muy desagradable, tanto que da grima, no me digáis que no.
_____________________________
Ayer, al pitar la alarma al salir de Bershka y pasar todas las bolsas, nos dimos cuenta finalmente que le habían dejado activada a mi bolso de Mango la etiqueta antirrobo.
El efecto tacones no conoce límites. Pero es que son tan monos!
_____________________________
No lo sé. C'est un mystère. Pero da que pensar.
Ahora bien, desde aquí arriba las preocupaciones de la vida se reducen a dos:
- no perder el equilibrio
- contonearse la suficiente como para que los tacones no pasen desapercibidos
¿Sonrisa? :))
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Hay dos cosas que no soporto en un hombre.
La primera es que tenga el culo grande y respingón. Es una visión muy desagradable, tanto que da grima, no me digáis que no.
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Ayer, al pitar la alarma al salir de Bershka y pasar todas las bolsas, nos dimos cuenta finalmente que le habían dejado activada a mi bolso de Mango la etiqueta antirrobo.
El efecto tacones no conoce límites. Pero es que son tan monos!
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domingo, 27 de octubre de 2013
La vida de Adèle
Finalmente y después de todo el día de ayer deliberando he decidido que quiero verla.
No ha sido tarea fácil. Normalmente basta con que una película reciba una buena acogida y algún premio importante para que tenga ganas de verla. Pero es que lo del destape me aburre tantísimo... Sí. Me aburre. En serio. Para eso está internet. La escena de la mantequilla de Marlon Brando se queda en braguitas comparado con el 99% de lo que puedes encontrar en internet. Y que un tío con cara vicioso mande a dos tías buenas y heterosexuales a que se lo monten a pelo suena a muy déjà-vu del redtube. Además, según comentan los sectores más críticos, las escenitas en cuestión carecen de veracidad al no haber seguido el manual de las buenas prácticas íntimo-lésbicas.
No. En un principio no quería verla porque el sexo ya no es argumento suficiente para malgastar tontamente dos horas del tiempo de uno, por lo general tan escaso. Me refiero al tiempo. Pero después de todo un día leyendo críticas, quiero verla. Y tampoco es producto del morbo generado por el odio visceral que se profesan el dire salido y la menos guapa de las dos que además es una repija. Con lo que me gustan las repijas. No. Quiero verla por un solo motivo. Para ver si de verdad es LA historia con H de amor con A o si esto último sólo se corresponde a la opinión vehemente de algún fanático. No sé. Y si fuera así y por prejuicios me perdiera algo grande... De pronto me apetece que me enseñen. Nunca es tarde.
A dormir!
No. En un principio no quería verla porque el sexo ya no es argumento suficiente para malgastar tontamente dos horas del tiempo de uno, por lo general tan escaso. Me refiero al tiempo. Pero después de todo un día leyendo críticas, quiero verla. Y tampoco es producto del morbo generado por el odio visceral que se profesan el dire salido y la menos guapa de las dos que además es una repija. Con lo que me gustan las repijas. No. Quiero verla por un solo motivo. Para ver si de verdad es LA historia con H de amor con A o si esto último sólo se corresponde a la opinión vehemente de algún fanático. No sé. Y si fuera así y por prejuicios me perdiera algo grande... De pronto me apetece que me enseñen. Nunca es tarde.
Del bofismo
O de clases magistrales a lo Marx
Viernes penúltima hora: 2ºBachillerato.
Porcentaje de alumnos que me entregan las seis páginas de ejercicios que les mandé diez días antes para que trabajaran la asignatura en casa durante la huelga: 0%.
Nivel de cabreo disimulado y en aumento por el porcentaje anterior: alto.
Tema del día: le bof ou beauf.
- El otro día en clase con 2º, eso sí de la ESO, buscando una traducción para el término bof, me topé con bofisme y bofiste y estos términos me hicieron tanta gracia que me puse a indagar un poquito acerca de ellos.
¿Sabéis lo que es bof? ¿No? Pues Bof es una interjección que se podría traducir por poh o por el meh inglés. Realmente no sé cómo se escribe poh, pero entendéis lo que es poh, ¿verdad?
Pues como os ha ocurrido a todos, pensé que bofisme y bofiste procedían de bof, pero he ahí que descubro que no y que para expresar esa predisposición a no tener interés por nada el francés ya dispone del vocablo je-m'en-foutisme o jemenfoutisme que viene a significar algo así como melasudismo, concepto más conocido como pasotismo.
Entonces, ¿de dónde procede le bofisme? Aaaah, ¡paciencia!
Poned como título "de drôles de parents". Ya tenemos al tanguy, que es ese hijo que vive como un parásito en casa de mamá y de papá (como la peli, que echaron dos veces seguidas por cierto no hace tanto, se me olvidó avisar, sorry), y ahora os presento al beauf' que viene de beau-frère, el cuñao. No, cuñado no, cuñao.
En los años 80 (puede que sea incluso anterior pero entonces la menda carecía de conocimiento así que para mí todo empieza en los 80) surge la figura del beauf' como un personaje parásito, inaguantable y que siempre trae problemas, lo que viene a ser la familia política. De ahí a que beauf' se haya transformado en un ser, cómo decirlo, no sé muy bien cuál podría ser el equivalente en español.
... (pensando y enseñando fotos) ...
¡Sí! ¡Muy bien Juanito! Ese sería el equivalente perfecto: ¡Torrente!
imagen con copyright, seguro |
No sólo le beauf' es un ser cateto, inculto que se la pasa bebiendo y fardando, sino que es un tremendo chauvinista (=chauvin, un pro de la raza gala), o sea del partido de Jean-Marie Le Pen (cuando veíamos escrito Le Pen añadíamos -is -> Le Penis, el pene, literalmente).
(No me puedo creer que siga con la imagen anterior en la pantalla. Gracias a Dios tienen examen de la caverna justo a posteriori).
Ah, ¿y qué tiene que ver le bof con le beauf'? Tenéis razón, como siempre me pierdo. Bof viene de boeuf-oeuf-fromage. ¿Y qué significa boeuf-oeuf-fromage? Sí, muy bien, carne- huevos-queso. Ah no, pues no procede de boeuf sino de beurre.
otra con copyright, sorry |
El término BOF se remonta a la segunda guerra mundial, cuando se racionaban los alimentos. Racionar. Sí. Las cartillas de racionamiento. No, de racionalización no, ¡cómo va a ser de racionalización! ¿Jamás habéis oído hablar de lo que es una cartilla de racionamiento?
Imágenes relativas a dichas cartillas |
Durante la segunda guerra mundial, como durante todas las guerras en general, la escasez de alimentos hizo que cada uno sólo tuviera derecho a una cantidad determinada de alimentos cada cierto tiempo, y su distribución era controlada a través de esas cartillas. Si alguien necesitaba una cantidad superior de algo, tenía que recurrir al mercado negro, y el BOF representa a ese comerciante que se aprovecha de la desgracia ajena, en este caso una guerra, para enriquecerse a través del mercado negro. Y aunque en un principio ambos términos, beauf' et bof, no representen al mismo tipo de gente, el hecho de que ambos encarnen a personajes deleznables y que se pronuncien igual ha dado lugar a cierta confusión entre ambos conceptos, no teniendo muy claro el propio francés la diferencia entre los dos. De ahí que cuando se habla de beauf también se hable de bof.
En cuanto al texto que os he pasado sobre los bofs (uy dios mío, cómo ha pasado la hora), dos conceptos importantes a retener:
- le Ricard (ou pastis)
- y Johnny Halliday (de nombre Jean-Philippe)
que viene a ser algo así como el Fary roquero francés:
Ay toriito, ay torito braavo!!! (melodía que 48 horas después sigue metida ahí... anda leche, si es guapo...)
Ufff....
viernes, 25 de octubre de 2013
El reflejo
Era incapaz de hacerlo. Aquellos que la conocían bien, lo sabían. Era un comportamiento invariable. No podía mirarles a los ojos. No. No sólo no los aguantaba por dentro sino que aquella aversión se manifestaba en su incapacidad absoluta por mirarles a la cara. No supo nunca si no quería encontrarse con los ojos de aquellos a los que no quería ver o si temía que a través de sus ojos fueran capaces de hacerle aún más daño del que ya le habían hecho. Los que la conocían podían adivinar que algo no iba bien cuando la veían actuar confusamente buscando la manera de no desvelar su tara. Y cuando ya no le quedaba más remedio entonces miraba a los ojos con la cabeza ladeada, nunca enteramente de frente, y en su mirada de ella se adivinaba un atisbo de sufrimiento al hacerlo.
Así que nada le sorprendió aquella mañana cuando al plantarse delante del espejo de su cuarto de baño fue incapaz de enfrentarse a su propio reflejo...
Los pájaros negros hacían tornasoles
Aquella vez me quedé con ganas de contarlo pues me pareció un acontecimiento absolutamente extraordinario en su sentido más literal aunque por distintos motivos no lo haya hecho hasta ahora.
Algunas mañanas, al salir de la autovía en dirección al polígono industrial de Fines, el coche se cruza con varias escuadrillas de pájaros negros que sobrevuelan el cielo. En algunas ocasiones aquellas bandadas caen en picado en un ataque aéreo aparentemente calculado para de pronto retomar el vuelo justo cuando parecen alcanzar a los conductores. Me es imposible decir de qué clase de pájaros se trata, ni siquiera puedo decir ahora si su presencia es estacional, pues no lo sé. Sólo que son muy muy negros, y que más que volar, por el escaso movimiento de sus alas, parecen planear sobre una masa de aire invisible, uniforme y ondeante.
Pues una mañana, al pasar el doble carril de la cuesta que sube hacia el polígono, en la recta que hay antes de llegar al cruce, de pronto no sé por qué, miré a la izquierda y lo que vi fue una bandada de pájaros de luz. Cada uno hacía tornasoles en el cielo, brillando con la misma luz de los primeros rayos del alba que ciega, como si cada uno de esos rayos se hubiera convertido de repente en pájaro. El suyo era el mismo movimiento insinuante que el de los pájaros negros pero en ese momento creí que se trataba de pájaros áureos mágicos que por alguna razón se presentaban ante mí aquella mañana en una escena tan fugaz como difícil de olvidar.
Esta mañana, al sobrevolarme la bandada oscura, he pensado que tal vez estos habían sido los mismos que aquella mañana irradiaban luz. He pensado que al igual que la luna nunca es más grande de cómo es siempre sino que es la luz la que con sus juegos de reflejos engaña a nuestras retinas, puede que aquella mañana el sol decidiera engañarme pintando de oro tornasolado las plumas de los pájaros negros.
Sea como fuera, fue... ufff... inolvidable.
Feliz finde a tod@s!!!!
jueves, 24 de octubre de 2013
#24O (2)
Un mar de dudas y de contradicciones, inestable, inconstante, absolutamente inconexa e incomprensible siempre.
Hoy día de la huelga educativa (otra) me he levantado refunfuñando como cada vez que hay una huelga y segura de que esta vez (la buena) me iba a encontrar el instituto vacío de compañeros (los buenos, todos ellos, menos yo) quedando yo como la única esquirol (shame on me).
No me enorgullezco de no haber ido a la huelga una vez más. O menos. Creo que había motivos suficientes como esta nueva ley infumable (llevo tres en quince años) y con una más que probable fecha de caducidad. Y es infumable porque no ha contado con el visto bueno de los únicos que entendemos de Educación que somos los decentes, perdón, los docentes. No cuenta ninguno más, y mucho menos el de los putos políticos que lo único que tendrían que hacer es firmar un pequeño consenso para que durara más de una legislatura. Ninguno más. Y no hace falta decir que quemaría en la misma Hoguera a Iglesia y Nacionalismos en cuanto a Educación se refiere. Que la Educación sea la moneda de cambio para desgobernar es simplemente aberrante. Como todo lo que concierne este país, por otra parte.
Motivos había y de sobra. Pero es que tampoco quiero que los sindicatos de señoritos, una oposición que me provoca arcadas y los medios manipuladores de este país se apunten un tanto conmigo o sin mí ni que crean que cuentan con mi aprobación (en absolutamente nada) pues son una parte muy muy grandísima del problema que hoy en día tenemos en educación y en todo en este país.
Quiero ser marea pero no me siento parte de ella. Y así voy, encabronada cada vez que hay huelga, con los puños apretados por querer y no querer hacerla y sintiéndome muy culpable por ambos motivos.
Menuda mierda. Ascazo. Hoy he sufrido otra pequeña derrota en mi universo personal.
#24O
En el día de hoy en que ha fallecido el primer almeriense ilustre Manolo Escobar, he puesto fin a mi relación con Tuenti.
Ciertamente las dos noticias no tienen nada que ver la una con la otra, pero he estimado conveniente dejar constancia de ambas pues las dos denotan relevancia.
miércoles, 23 de octubre de 2013
Paradojas
Al parecer, la niña ha salido corriendo al encuentro de su padre al grito de "¡huelga!" con el puño en alto y pegando botes.
Su padre no ha vuelto en sí del shock.
Y de no haber perdido mi capacidad para sorprenderme yo tampoco!
Su padre no ha vuelto en sí del shock.
Y de no haber perdido mi capacidad para sorprenderme yo tampoco!
domingo, 20 de octubre de 2013
El coche de mi marido
O diversas formas de cagarla, perdón, liarla (ligeramente)
No me gusta decir de este agua no beberé (lo de ponerse límites en mi caso es contraproducente) pero a Dios pongo por testigo que no volveré a coger el coche de mi marido para salir jamás.
(Domingo 20. 12 del mediodía)
- ¿En qué coche vamos?... En el mío no, mejor en el tuyo... Es que quiero ver si le he hecho algo... No, no le he hecho nada, bueno, creo que no le he hecho nada, pero es que pasé tan cerca de la puerta, quiero ver si lo rayé o no... Si vas sin música en el coche y rozas una puerta, ¿eso hace ruido? Pero el coche se tendría que mover, ¿no? Digo yo que te das cuenta si le estás dando o no, ¿no?... Es que pasé a ná de la puerta, que me sorprende que no le diera... El coche de atrás estaba muy salido, imposible hacer maniobras para meterlo como lo hago normalmente-
(Viernes 18 a última hora de la mañana. Guardia pasillo. Reproducción ficticia de la conversación Whatsapp)
- A qué hora has quedado?
- Me lavo el pelo?
- Me pinto?
- Nos vamos luego a la feria de Huércal?
- No.
- Jo.
- Es en plan informal. Sólo unas cervecillas. A las 8:30.
Debería haber escuchado mi instinto que intuía que cuando las Bridget se juntan por la noche nunca se toman una sola cervecita pero en ese momento mi instinto no insistió demasiado por miedo a estropear su intuición. Así que me limité a estrenar tacones (otros) (más cómodos).
Ahí estaban las cuatro, sentadas, hablando de manera íntima de sus cosas mientras tomaban unas copas de Chardonnay, probablemente jubiladas inglesas, y al lado estábamos nosotras, dos bodas, cuatro niñas, un proyecto de futuro de los importantes, y unos cuantos billetes transatlánticos después, la mesa cubierta de tercios de mahou vacíos (porque la cruzcampo es la caca del campo, no lo sabía y pido disculpas por esa ronda, no lo volveré a hacer) riéndonos a mandíbula batiente y nadie se habría creído seriamente que hacía al menos cinco años de la última vez que la liamos parda. Pero era así.
La única diferencia era que entonces las Bridget Jones no tenían smartphones. Gracias a Dios. Y eso unido a las pocas luces. Lo admito. Cuando me emociono me vuelvo gilipollas. Sube una foto inocente al instagram de las decenas de botellas de tercios de Mahou, añade un comentario mordaz acerca de quién se las ha bebido, remata con otra instantánea acertada de unos chupitos de tequila y tendrás a tus padres haciendo guardia de noche hasta las cuatro y media de la mañana. Sí. A las cuatro y media de la mañana pude ver la sombra de mi padre a la ventana del comedor observando cómo huía en el coche de mi marido y casi doy gracias por irme a mi casa a dormir. No sé si a mis años y a esas horas habría aguantado bien una bulla de mi padre.
Ahí estaban las cuatro, sentadas, hablando de manera íntima de sus cosas mientras tomaban unas copas de Chardonnay, probablemente jubiladas inglesas, y al lado estábamos nosotras, dos bodas, cuatro niñas, un proyecto de futuro de los importantes, y unos cuantos billetes transatlánticos después, la mesa cubierta de tercios de mahou vacíos (porque la cruzcampo es la caca del campo, no lo sabía y pido disculpas por esa ronda, no lo volveré a hacer) riéndonos a mandíbula batiente y nadie se habría creído seriamente que hacía al menos cinco años de la última vez que la liamos parda. Pero era así.
La única diferencia era que entonces las Bridget Jones no tenían smartphones. Gracias a Dios. Y eso unido a las pocas luces. Lo admito. Cuando me emociono me vuelvo gilipollas. Sube una foto inocente al instagram de las decenas de botellas de tercios de Mahou, añade un comentario mordaz acerca de quién se las ha bebido, remata con otra instantánea acertada de unos chupitos de tequila y tendrás a tus padres haciendo guardia de noche hasta las cuatro y media de la mañana. Sí. A las cuatro y media de la mañana pude ver la sombra de mi padre a la ventana del comedor observando cómo huía en el coche de mi marido y casi doy gracias por irme a mi casa a dormir. No sé si a mis años y a esas horas habría aguantado bien una bulla de mi padre.
Si el wiko no llega a quedarse sin batería y llego a subir a instagram las fotos de Jesús volviendo del eclipse del Calar Alto, la del baile del fiesta fiesta de la Rafaella Cará, la del inglés travestido de Rod Steward, la del facebook de Chiapas, la de la aceituna o la del Machu Picchu, no sé si ahora mismo estaría aquí tan tranquila blogueando. Y lo mejor del caso es que por lo general así eran las noches de las Bridget Jonestal y como las recordaba mi instinto.
Sin embargo, y a pesar de lo que ponía en el instagram, solo me tomé una cerveza con alcohol y dos chupitos de tequila en toda la noche. Y no por culpa del instagram, ni de un control de alcoholemia, ni por no preocupar a mis padres, ni por la resaca, o por tener que madrugar, ni por seguridad, ni mucho menos por falta de ganas, ni por nada parecido. Fue porque llevaba el coche de mi marido, y si no llego a dejarlo sano y salvo y sin hacerle ni un rasguño en la cochera, no creo que estaría ahora mismo aquí tan tranquila blogueando,
Feliz final de finde!!
jueves, 17 de octubre de 2013
Al límite
Hace un par de horas. He sido incapaz de encontrar mi móvil. Llámate. ¿Para qué? Si tengo esa manía de tenerlo en silencio siempre. Es que me molesta que tenga que sonar para cualquier chorrada. Deberían ponerles tonos selectivos a estos cacharros y que sólo sonaran cuando algo o alguien es realmente importante. Pero ante esa laguna tecnológica me veo en la obligación de tenerlo siempre en silencio y que no me moleste. Mi vida está ya bastante llena de molestos como para añadirle uno más. No tendré de muchas cosas pero lo que son molestos, los tengo de todos los tamaños y de todas las condiciones. Dos horas subiendo y bajando, dos horas perdidas para nada, buscando y rebuscando e inventando elucubraciones elucubrantes sobre el paradero del dichoso móvil. Total para que apareciera en la única ubicación lógica en la que no había mirado. Si a eso le sumamos lo de antes. Antes son las suspicious minds, nadie se imagina hasta dónde estoy de sentirme fiscalizada toda la santa mañana. Ah y en catequesis también. Ahora le ha dado al cura por pasarse por las catequesis. Sí. ¿No querías lentejas? Pues toma tres cazos. Y hablando de curas está la monja que insistió que nos reuniéramos cada semana para diez minutos y en dos semanas hemos sumado ya tres horas de charlas amenas. Porque a mí me sobran tres horas. Claro. Por supuesto. Ah no, que se me olvidaba, que lo de cada cual es lo más importante y lo de los demás minucias. Esto como lema para muchos. ¿De verdad lo creéis? Antes están las chorraditas de la tonta de turno preguntándome si no voy a hacer esto o aquello. He dicho que no lo iba a hacer. ¿Me ves que lo esté haciendo? ¿No? ¿Y eso no te da pistas sobre si lo voy a hacer? Ese es uno de los motivos por los cuales no tengo amigos. Que me puedo morder la lengua cienes y cienes de veces que al final acabo cagándola siempre. Antes está este resfriado gilipollas que me pilla siempre en el mejor momento, ¿en serio que tengo tiempo ahora para un resfriado? y me hunde en la inoperancia de mis miembros. Es lo único que me jode de los resfriados. No estar al cien por cien cuando debería estar al doscientos. Eso y no poder volver a la infancia cuando una se ponía mala y se convertía instantáneamente en el centro del universo. Resfriada y con un dolor de pies por esos zapatos que me compré el otro día y que eran tan monos pero que duelen. Cómo duelen. Desde la patada al carrito del mercadona mi dedo no ha vuelto a ser el mismo. Duelen que me temblaban las piernas y que dos días después sigo teniendo agujetas. Así de mucho duelen. Jo. Eran muy chulos. Mañana me los pondré y que me amputen los pies si quieren. Antes son los deberes de una y la gimnasia de la otra. Eso no son deberes. Eso es que como unos juegos del hambre de segundo de primaria donde unas maestras son las encargadas de ir cargándose a los niños a base de cuentas y comentarios de texto hasta que sólo quede uno. Pero claro, si hay algo que no aguanto son unos deberes sin hacer. Es genético. Y me da igual que existan atajos. No puedo y punto. Y antes está que cuando más liado está todo y más agotada estás es cuando decides que todavía le quedan un par de barritas color ámbar a tu indicador de energía y que te puedes poner a preparar un cocido, unas espinacas con jamón y bechamel y unas coles de Bruxelas salteadas con vino dulce, como cuando el coche te dice que debes repostar y te lo tomas como un reto a ver hasta dónde aguanta. Y cuando por fin está ya todo hecho y te echas en el sofá te das cuenta que la única cosa razonable que te queda por hacer es arrastrarte hasta la cama porque ya no tienes viente años y rezar, rezar mucho por dormirte pronto y que el indicador suba aunque sea un par de barritas más que son las que necesitas para llegar al viernes hecha una papilla a la quedada de las chicas que como vengan todas como yo vamos a parecer las fugitivas de un geriátrico. Y con esto acabo mi lamento y plegaria, porque tengo cosas qué hacer vaya por delante por supuesto mi odio y asco profundo hacia todos aquellos que disponen de algo llamado tiempo para sus cosas. Gracias a lo que sea, mañana por fin es viernes, yupi, etc, etc, y bye.
Esa lengua
Contrariamente a lo que pudiera pensar mi entorno, me muerdo la lengua algo así como unas cien veces al día. Recomendación de mi psiquiatra si no quiero acabar mis días como una paria social.
Pero ¿en serio? No, realmente, ¿EN SERIOOOO???????
Uuuuufffff...
Y ya van ciento y una.
Pero ¿en serio? No, realmente, ¿EN SERIOOOO???????
Uuuuufffff...
Y ya van ciento y una.
Del tirón
No recuerdo la última vez que caí como lo hice anoche. Muerta. Soy incapaz de decir cuándo fue la última vez que me acosté y dormí toda la noche sin desvelarme ni una vez.
En mi último sueño, mi hermano y mi marido nos dejaban tiradas a la peque y a mí en Mojácar en plena noche en la puerta del despacho de un siniestro abogado liado con su vecino de enfrente para irse a jugar un partido de padel, y además se llevaban en el coche mi bolso con mi móvil y mi dinero. Pero el abogado resultó no ser tan malo. Y ya al final, cuando ya venían a por nosotras, se cometía un asesinato en el bajo del edificio y la policía nos dejaba los últimos para testificar.
Lo que se llama un dulce sueño reparador.
En mi último sueño, mi hermano y mi marido nos dejaban tiradas a la peque y a mí en Mojácar en plena noche en la puerta del despacho de un siniestro abogado liado con su vecino de enfrente para irse a jugar un partido de padel, y además se llevaban en el coche mi bolso con mi móvil y mi dinero. Pero el abogado resultó no ser tan malo. Y ya al final, cuando ya venían a por nosotras, se cometía un asesinato en el bajo del edificio y la policía nos dejaba los últimos para testificar.
Lo que se llama un dulce sueño reparador.
domingo, 13 de octubre de 2013
Mr MacGuffin
Aquellos fueron días insólitos girando en torno a la fecha. La fecha maldita y que prefería olvidar pues reflexionando sobre ella sus pensamientos se volvían aciagos. La cuenta atrás se había iniciado, pensó que demasiado pronto, y no cabía escapatoria. Si una cosa había ineluctable era que se acercaba el momento y que la manera en que se enfrentaría a él sólo dependía de ella. Le habría gustado ser más fuerte o menos insensata. Contrariamente a lo que decían el conformismo no reflejaba más en muchos casos que una dosis razonable de prudencia y reflexividad. Pero hélas, ella nunca fue proclive ni a lo uno ni a lo otro, así que temía incluso llegado el momento perder la razón.
Otras veces, las menos, se esforzaba en reflexionar sobre lo que tenía porque era un hecho, siempre fue afortunada. Sonrió pensando en la convicción que tenían algunos de la insolencia de los beati. Pero en seguida se los quitaba de la cabeza, al fin y al cabo sus elucubraciones no eran su problema. Carpe diem, nunca una frase tuvo más sentido.
El macguffin es un elemento recurrente en las películas de Hitchcock. Es algo absolutamente delicioso que descubrí ayer y que me encanta. Esto sólo ha sido un mero ejercicio de práctica a ver qué tal era y os aseguro que es muy muy divertido. A otros les da por hacer tablas de Excel sobre competencias (absolutamente fascinante a la par que muy útil) o por practicar un complicado entrelazado de ganchillo. A mí me ha dado esta mañana por probar el macguffin. (Como autocrítica, exceso de introspección).
¡Feliz domingo!
sábado, 12 de octubre de 2013
La cara de la muerte
Aquel hecho anodino ocurrió una tarde de verano en la que fueron al Alcampo. Su marido iba adelantado, con el carro, mientras las niñas y ella se habían quedado rezagadas al mirar los preparados y adornos para tartas del Dr. Oetker. En un momento dado, miró sin querer hacia la sección opuesta, al otro lado del pasillo y reconoció su larga figura. Haciendo alarde de su habitual simpatía, cogió a las niñas y las llevó en busca de su marido antes de que el otro se percatara de sus presencias. Nunca le había caído en gracia por aquel ego tan grande que le caracterizaba. Además y por lo general no le gustaban las personas altas. Siempre le habían parecido de otra especie diferente a la suya. Se preguntó si se toparían con su mujer y su hijo o si había venido solo al supermercado. Luego se acordó que necesitaba tahini porque quería probar a hacer humus pues aquella crema de garbanzos era una forma muy divertida de que las niñas comieran legumbres y en cuanto se reunió con su marido en la sección de vinos, se dirigieron a la de los productos "exóticos".
Un mes y medio más tarde, se despertó una mañana tras haber soñado con la mujer. Y al abrir los ojos, recordó de pronto que dos años atrás, aquella mujer no muy mayor que ella había muerto repentinamente de un ataque al corazón en la sala de operaciones de urgencias. La había imaginado en el pasillo de un supermercado porque había olvidado que había muerto. Y había olvidado que había muerto porque nadie debería morir como lo había hecho ella. Recordó su cara intentando reconocer algún rasgo, alguna señal que pudiera revelar tan funesto destino.
Las mañanas de otoño
El frío de las mañanas de otoño. Lo echaba de menos. Lo mismo que el calor me tira de la cama, el fresquito me engandula, me vuelve perezosa. Cuando me despierto y hago el amago de levantarme, al destaparme, me vuelvo a tapar inmediatamente en busca del calorcito de las sábanas. Y me hago siempre la misma pregunta de cuándo fue la última vez que me quedé todo el día en la cama. Debería haber un día al año en que estuviera prohibido salir de ella.
Buenos y adormilados días!!!
Buenos y adormilados días!!!
Noche de chicas
- ¡Está la niña rolliza!
- Si es como su madre, le gusta el comer! (Y es absolutamente cierto. Genéticamente ambas gozamos de apetitos pantagruélicos). Pero la hemos apuntado a gimnasia rítmica y nos hemos puesto a plan.
(Miradas de póker del tendero y de la señora que está esperando a que le den la vuelta a lo que llevamos en la cinta transportadora. Un bote de pringles, una bolsa de cheetos, un kit de cómo hacer una torta de chocolate milka, un paquete de emmental en lonchas y una bolsa de cuatro doowaps.)
(Largo suspiro interior por mi parte y la certeza de que no se han creído ni una palabra de lo que acabo de decir. Cansancio e inapetencia por explicarme).
- Pues mi Pedro* llegó a pesar 200 kilos.
- Pero tu Pedro* es muy alto-, arguye la señora de la vuelta.
- Es que picoteaba mucho. Eso es lo que engorda, el picoteo. Se dejó el picoteo y adelgazó tanto que su madre pensaba que le iba a dar algo o que estaba enfermo. Ahora pesa 80. Lo malo es el picoteo.
- Si la hemos apuntado a gimnasia y además estamos a plan durante la semana, pero es que su padre sale mañana por la noche con los amigos y no nos vamos a quedar en casa comiendo sopa además. (Es noche de chicas).
- Así que en una noche os pegáis todo el panzón de una semana.
- Ea, y así la semana que viene la pillaremos con más ganas.
Risita del tendero.
¿Y por qué me veo siempre abocada a contarle mi vida a la gente, pregunto?
Buen fin de semana a tod@s, claro!!!
* nombre absolutamente ficticio.
viernes, 11 de octubre de 2013
Viernes
Sonrisa enorme de la pequeña al preguntarme si hoy es viernes a sabiendas de que sí lo es.
Cinco minutos necesita la menda para desperezarse y bajar por fin a tirarse en el sofá a ver dibujitos.
Primeros refunfuños de la mañana hasta conseguir que levanten el culo del sofá y se sienten a tomarse la temida y odiada leche con nesquik.
Vistazo al cuaderno de cono inglés que hoy hay examen de anatomía.
Imposibilidad por parte de la examinada de recordar palabras como smell, sour, sweet o salti.
Convencimiento de que salti no existe pero duda más que razonable que no viene al caso y que es mejor callar.
Segundos bufidos de la mañana. Más que bufidos cabreo monumental y trompetero que espanta desde el más grande a la retoña.
Vergüenza profunda de la matriarca porque uno de sus vástagos no vaya preparado a un examen.
Reiteración de las dichosas palabras mientras nos vestimos, nos peinamos, nos arreglamos, todas a una y a la vez.
No. Todas a una no. La peque sigue abajo, ajena al salti, viendo Doraemon y prometiendo a voces que se está tomando la tan temida y odiada leche.
La matriarca baja furibunda a por la filibustera láctea y la sube tras tres tragos de leche. Fijación con el número tres. Siempre tres. Curioso.
Acabamos de arreglarnos. A la matriarca le ha dado por peinar a sus retoños con peinados cuquis y todos los días se organiza de 8:20 a 8:35 una microfiesta peluquera.
8:40. Las barbies están listas pero la mayor se ha encerrado en el cuarto de baño, y a la peque, aunque los abuelos ya están aquí, le ha dado uno de sus momentos mamitis y anda agarrada a su pierna sin querer cuentas con más nadie.
8:45. Hora de partir. Aún me pregunto cómo en tan escaso tiempo hemos logrado meterlas en el coche con chaquetas y mochilas.
8:50. Como cada mañana a estas horas, ya estamos cansada de día. Pero hoy es viernes por fin, así que ¡¡¡buenos días!!!
jueves, 10 de octubre de 2013
Fue curioso...
verlos a los dos juntos, ella agarrada a su brazo. Vivitos y coleando. Pasamos con el coche justo a su lado y de repente me dieron ganas de decirle a mi marido que detuviera el coche para bajarme e
informarles que era absolutamente aberrante que estuvieran paseando de
aquella manera.
Sí. No sabría muy bien explicarla pero es una sensación realmente extraña ver a alguien al que has matado en una ficción, vivito y coleando.
El perfil
De todos los perfiles que guardaba en su armario y que se iba poniendo alternativamente, a veces usaba tres o cuatro en pocas horas, otras veces se tiraba varios días con el mismo, se había dado cuenta de que ese era en el que más a gusto se encontraba.
Porque en cuanto se lo ponía, de pronto se tornaba inofensiva e infundía una imagen de dulzura y de cariño alrededor de ella, infranqueable e intocable.
Era un hecho que le resultaba más fácil conjurar y esbozar, acomodada como estaba dentro de aquel perfil. Allí se guarecía.
Las voces
Se puso los cascos. No tanto para escuchar música como para que se callara el mundo alrededor. El momento le pertenecía, tenía derecho a ello, siempre con la acuciante necesidad de apartarse de todo con su única compañía, porque sólo ella la conocía, sólo ella sabía lo que pensaba y sentía.
Pocas canciones habían resistido el embiste de su hastío, y en mitad de aquellos acordes que sólo ella oía aparentemente a través de los cascos y que le repetían que lo quemara todo de pronto le vino el eco de voces hondas, sordas y oscuras, cercanas, que parecían hablarle en un idioma que desconocía de otro tiempo y otro lugar.
Y se preguntó hasta dónde tendría que huir para dejar de oír aquellas voces.
Pocas canciones habían resistido el embiste de su hastío, y en mitad de aquellos acordes que sólo ella oía aparentemente a través de los cascos y que le repetían que lo quemara todo de pronto le vino el eco de voces hondas, sordas y oscuras, cercanas, que parecían hablarle en un idioma que desconocía de otro tiempo y otro lugar.
Y se preguntó hasta dónde tendría que huir para dejar de oír aquellas voces.
miércoles, 9 de octubre de 2013
Y de un día para otro un abismo.
Y entre medias de pronto una sonrisa puesta ahí, en mitad de la cara, por el presentimiento de que al final todo acabará bien en el mejor de los mundos.
De aboliciones y defectivos.
Hállome indignada desde esta mañana por descubrir (no sé si de nuevas pues últimamente mi memoria chochea y tengo el sueño de las abuelas) que no puedo abolir yo solita cuando me dé la gana.
¡¡¡NOOOOOOOO!!!!! ¡¡¡No puedo!!!! No puedo decir "Por mi real xxx, abuelo este régimen", ni tampoco que lo abolo. No puedo. Abolir es un verbo defectivo y añadiría que defectuoso.
Toda la vida deseando emular a mis paisanos aboliendo la monarquía de este país por otro lado acorde al resto del panorama, una absurdidad, y llegado el caso, no podré abolirla. Como mucho, la aboliremos entre varios. Pero yo sola no podré. ¿Y por qué? Porque el castellano es la lengua más defectiva que me haya dado por hablar. Y añadiría que represora.
Pues nada. A rezar y a rogar que esto acabe por sí solo.
Saludos auténticamente republicanos,
Toda la vida deseando emular a mis paisanos aboliendo la monarquía de este país por otro lado acorde al resto del panorama, una absurdidad, y llegado el caso, no podré abolirla. Como mucho, la aboliremos entre varios. Pero yo sola no podré. ¿Y por qué? Porque el castellano es la lengua más defectiva que me haya dado por hablar. Y añadiría que represora.
Pues nada. A rezar y a rogar que esto acabe por sí solo.
Saludos auténticamente republicanos,
La teta de la Mariana
Pocos no franceses saben de la importancia de la imaginería mariana en la cultura republicana gala. Bueno, realmente no es mariana sino relativa a Mariana, Marianne para los amigos. Sí, los republicanos también adoran imágenes pero estos lo hacen de manera coherente.
Mariana no será famosa, no así su teta y en cuanto se describe el cuadro de Delacroix de una mujer blandiendo la bandera francesa en medio de un campo de batalla con una teta al aire en seguida caen, que no es gorro frigiano sino frigio o pitufo para el vulgo. Ahora bien, no se aconseja imitar la escena si no deseamos que todas las miradas acaben dirigiéndose hacia el punto álgido del cuadro que no es otro que la teta y como la regla de Murphy dicta, nunca hubo mejor momento para que escapara una teta, episodio que según me fue contado el curso pasado realmente ocurrió a una docente de cierto centro que no es la que suscribe pues no estaría contándolo ahora ciertamente.
Dos tetas en dos días en dos momentos distintos y un abismo entre ambos, una republicana y la otra en plena señal de la Santa Cruz que ha de hacerse en el espacio que los senos permitan llamando de nuevo la atención hacia el punto álgido y haciendo que de últimas se haya de recolocar el corazón hacia un lugar más pudibundo como podría ser el alto vientre o el bajo cuello, pero no la teta que tres años después aún recuerdan mis antiguos alumnos de aquel 1ºESO que se dice "nichon" en la cultura argótica gala por un error digital involuntario al parecer imborrable de sus jóvenes memorias. Pero como bien dice Fili, si no quiero llamar tanto la atención hacia el punto, más me valdría llamarlo pecho que no teta.
martes, 8 de octubre de 2013
Contrastes para un día
Quand le chat dort, les souris dansent. Ou vont au boulot dans ce cas-ci.
Hay días como hoy en que la mirada que echo al mundo me parece distinta. Pero creo que es por las ausencias que acuso a veces y que me la velan con un poco de melancolía. Añorar según a quién es tan inevitable como imprevisible y deja ese regusto, agrio, amargo, desagradable al que cuesta hacerse. Y puede que lo peor sea no poder admitirlo.
Mañana libre de niños en que se han mezclado en un extraño méli-mélo las conversaciones íntimas y reconfortantes de los compañeros que han acabado conformando mi cotidiano y otras, inesperadas, ligeras y alegres con perfectos y la verdad es que muy simpáticos desconocidos. Algún día hablaré de ellos cuando a nadie ya le importe y a nadie le pueda afectar.
Y tarde de locura con mis catequendi a los que no recordaba tan... ¿enérgicos? Es terrible y no existen anabolizantes para enfrentarse a esos ocho críos. Pero en cierto modo, nos hemos alegrado de vernos mutuamente y creo que eso es la señal inequívoca de que en el fondo nos llevamos bien.
Sigamos pues con "le spleen". Como los resfriados. No hay forma de hacer nada. Ya pasará. .
lunes, 7 de octubre de 2013
Bañarse en octubre
No fue premeditado. Sólo que los primeros días de octubre han decidido disfrazarse de verano. El calor ha empezado a remitir por fin pero la semana pasada fue asfixiante. Incluso desagradable. Así que decidimos ir a la playa. Tenía en mente la idílica imagen de una playa desierta barrida por un viento fresco mientras paseábamos por su orilla. Pero mis hijas son dos sirenas, incapaces de acercarse al agua y no tocarla. El agua estaba movida, claramente turbia tras la luz cegadora del sol de octubre que pica y al que cuesta acostumbrar la vista. Pero aún así, sus ganas de sumergirse en cualquier charco de agua son inagotables y no tardaron mucho en zambullirse en un agua helada e inhóspita. Y si esas dos renacuajas se bañaban, no íbamos a ser menos. El agua fría me dejó sin respiración nada más capuzarme. Pero fue sobre todo la visión del interior del mar lo que me asustó un poco, incapaz de reconocer el fondo traslúcido de nuestra playa de verano, como si penetrara de repente en un mundo paralelo a kilómetros de la playa que había dejado a escasos metros detrás. Lo admito. Nunca seré una sirena, por ese terror que siento a veces tan real y perceptible de que el mar me engulle para siempre.
Y mañana catequesis.
Después de un año, por fin he captado la esencia de lo que quieren que logre a nivel catequístico.
Lo admito, soy extremadamente lenta en algunos procesos cognitivos.
Pues eso. Que tengo que lograr que mis catequendi reciten el "Creo", el "Gloria" y el "Mea culpa" con el tono rápido y monótono de las misas de domingo.
Y para ello, tengo que lograrlo yo primero. No, no sé hacerlo aún. A mí los franceses me enseñaron a recitar entendiendo y sintiendo lo que digo y no como un papagayo. Lo cual creo que tiene más mérito. Gracias a Dios que siempre fui una alumna aventajada y sin duda lo conseguiré.
(¿En serio "Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso, Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios Cordero de Dios, Hijo del Padre"? A mí me suena a batiburrillo repetitivo y un pelín de cachondeo... vale, me callo. No expresaré más mi opinión. Me limitaré a recitarlo de memoria y sin pensar.)
(¿En serio "Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso, Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios Cordero de Dios, Hijo del Padre"? A mí me suena a batiburrillo repetitivo y un pelín de cachondeo... vale, me callo. No expresaré más mi opinión. Me limitaré a recitarlo de memoria y sin pensar.)
Lo dicho, buenos días.
(Y sí, mi vida es una gran juerga. Una fiesta continua. Esta mañana por ejemplo, no he tenido clase y he madrugado lo mismo. En fin, esta tarde (des)fogaremos un poquito jugando al padel)
Quiero mi extra.
Los quince primeros días de septiembre son esos días en que los docentes,
- bueno, la mayoría de nosotros, excluyo del pack a esos no sabría muy bien cómo llamarlos que dan sus clases de refuerzo poniendo a los niños delante de un ordenador a que se metan en el tuenti y en páginas porno mientras wasapean sentaditos en sus escritorios, que los hay, por desgracia, y como en todo; no, a esos no me refiero, me refiero a los docentes de verdad-
pues esos primeros quince días de septiembre en que nuestra tarea es meramente burocrática
- papeles, papeles y más papeles. Sí. Existe la convicción entre los no-docentes que participan del proceso educativo de este país y que desgraciadamente por aquello mal llamado democracia son los que maquinan nuestras leyes educativas cuando no han puesto ni pondrán en toda su puta vida un pie en un aula, de ahí la idea que tendrán las criaturas, que el fracaso de nuestro sistema educativo actual se resuelve a base de enterrar a los profes bajo toneladas de formularios, actas, informes, memorias, programaciones etc etc. Previeron que Apple convertiría al ser humano en gilipollas pero fallaron al pronosticar que acabaría con los burócratas que junto con las cucarachas son la única especie que sobrevivirá al armagedón -
probamos lo que sería tener un trabajo administrativo normal, sentaditos detrás de una pantalla, charlando con los colegas, con un horario bastante más relajado que el que está sujeto a un reloj, sin gritos, sin malas palabras etc etc. No imagináis lo relajantes que son para mí esos quince días.
Y entonces llega el día D. Ruido, mucho ruido. Cientos de niños hablando, chillando, gritando. El timbre. Escasos minutos, incluso segundos para meterse en el aula. Calma. Conseguir la calma dentro del aula en el menor tiempo posible. Exabruptos. Distinguirlos. Evitarlos. Ignorarlos. Corregirlos. Controlar un aula con treinta y tantos alumnos. Que atiendan. Que escuchen. Que copien. Que entiendan. Que lo que les estás contando esté repleto de ética, de moral, de buenos conceptos, y absolutamente transparente, que no preste a confusión. Corregir sin herir. Respeto por respeto. Dejarlo claro en todo momento. Y además, que les guste lo que les cuentas. Que sientan interés. Que ese interés no decaiga ni un segundo, que sientan entusiasmo pero controlando a la vez cualquier disrupción. Una hora. Toca el timbre. Escasos minutos cuando no segundos para llegar a la siguiente clase. Otros niños, diferentes, cada uno con su forma de ser, su capacidad y sus necesidades. Sin olvidar nunca la demanda incesante de papeles por parte de los burócratas que quisieran que interrumpiéramos nuestra labor docente para rellenar sus formularios, ahí mismo, en el aula.
Es un trabajo difícil, absolutamente vocacional y quién no lo sienta así es mejor que se busque la vida en otro lado. Quien critique nuestra labor es simplemente un ignorante. Y además, que no me tengo que justificar. Que efectúo mi trabajo y como tal quiero que se me pague y punto.
Para que venga ahora una payasa, una don nadie que no ha dado en toda su puta vida un palo al agua, que lo único a lo que se ha dedicado ha sido a chupar culos y a poner zancadillas hasta llegar adonde está, con su equipo de gobierno chorizo, corrupto, que han chupado de la teta del ciudadano honrado lo que han podido y más, que han estado costeando las orgías de los sindicatos con el dinero de aquellos a los que debían defender y me siga robando mi dinero.
Escoria, que es lo que sois. Basura. Y chorizos de mierda añado. El día que se monten de verdad barricadas, seréis los primeros en caer.
¡Buenos días!
jueves, 3 de octubre de 2013
Una del Oeste
Habiéndose reunido subrepticiamente las miembras que a continuación se reseñan, se ha procedido a la elección de Míster Bellezón 2013/2014, habiendo sido elegido por unanimidad inequívoca y añado justa, sin que la que suscribe haya intentado influir en las votaciones ajenas, Don... eso sí, sin desmerecer a los demás candidatos todos a decir del jurado chicos muy amables y muy simpáticos.
Y sin más puntos que tratar se levanta la sesión extraordinaria precipitadamente por no hallarse una de las miembras donde debiera estar,
De todo lo cual doy fe como secretaria del Cheyenne Social Club.
(Como ha quedado reflejado consecutivamente, la supuesta pertenencia de la secretaria a varios clubs no muestra más que su afán por encajar en algún lugar y/o sitio).
miércoles, 2 de octubre de 2013
El Club de las Bridget Jones (IV)
Tarde de evaluaciones en el IES.
Imaginad a Mr Bean. Con gafas, moño y tetas.
Pues ahí estoy yo, sentada en mi sitio, un territorio el cual defiendo año tras año con uñas y dientes colocando estratégicamente libros y carpetas hasta quedar totalmente oculta tras ellos, de pronto desparramada sobre la mesa de la sala de profesores, de pronto bostezando con la boca bien abierta, de pronto levantándome para darme una vuelta en conserjería, de pronto oliendo a ver lo que está haciendo el vecino, de pronto jugando con el boli, de pronto estirándome de manera silvestre, de pronto- y así durante cinco horas y sufriendo como madre y esposa que soy por haber abandonado a mi marido y a las dos niñas a su suerte...
Las nueve de la noche. Por fin en casa. Las niñas parecen felices. Huelen bien y están limpias, deduzco que están duchadas y disfrutando de su programa favorito en la tele. Su cena favorita está a punto de ser servida en la cocina, la cual huele deliciosamente a un rape que se está horneando para mañana. Las niñas me cuentan su tarde y cómo han hecho los deberes, han hecho su lectura, han ido al parque donde mi marido ha hablado animadamente con la amable vecina cuyo marido odio a muerte e incluso a la vuelta han estado viendo vídeos muy divertidos de gatitos por el youtube.
Tarde o temprano ocurrirá, pero ruego a Dios que tome en cuenta mi condición de catequista y que ocurra muy muy tarde cuando se den cuenta por fin de lo absolutamente prescindible que soy.
Jo. :'(
Buenas noches, y chut!!!
El carrito de los portátiles
Juro que acabo de leer mientras arrancaba este portátil escrito en modo ms2 "cargando demonio de autoapagado".
Por otra parte mi manejo de este aparato prehistórico es un auténtico desastre.
La diferencia entre un cambio de marcha manual y uno automático supongo.
Y así pasaba el rato de las horas de guardia en el C.
Por otra parte mi manejo de este aparato prehistórico es un auténtico desastre.
La diferencia entre un cambio de marcha manual y uno automático supongo.
Y así pasaba el rato de las horas de guardia en el C.
Avant-goût au déjeuner
Ha sido raro, aunque no inesperado. Lo había imaginado muchas veces y al fin y al cabo lo llevaba buscando desde hace casi un año. No digo que me haya gustado, pues estoy convencida de que en otro lugar estaría mucho más a gusto, pero hay cosas que no por no gustarnos del todo no han de ocurrir para, a la larga, el bien de uno mismo.
Y pensándolo bien, si mañana se repitiera y así indefinidamente para siempre o mientras tanto, creo que lo preferiría. y me lo merezco. Además, hay cosas que sólo duelen la primera vez. ;))
martes, 1 de octubre de 2013
Sol de octubre
El sol de octubre tiene la extravagancia de picar. Su luz pica, agobia, molesta, ciega. En otoño el sol molesta, es un hecho. Y sea dicho de paso, hoy ha hecho además un calor excéntrico.
Mi otro yo ha vuelto a despertar y me es absolutamente imposible disimular sus aprecios. En un mundo perfecto, supongo que esto causaría baja laboral, el tiempo suficiente para acabar con Walter White, pero este es probablemente el más imperfecto de los mundos, así que la única baja que pueda causar serán las que no lamentará.
Mi otro yo podría aparentar antisociabilidad pero de lo que realmente adolece es de una profunda fobia hacia todo lo que implica perder el tiempo en lo que no merece ni el esfuerzo. Y en un mundo perfecto eso sería valedor de una medalla. Desgraciadamente es este un mundo bastante imperfecto. Tsss.
Sonrisa, ¡la vida es de color rosita!
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