miércoles, 28 de noviembre de 2018

Los abuelos del facebook

¿Sabéis esos padres que desde muy chiquitillo te dicen que no te metas en peleas, que no le faltes a nadie, que tengas mucho cuidado en alejarte de los enfrentamientos y de las disputas, que no insultes, que no te pegues, que no te pelees con nadie, que pongas la otra mejilla, que no te piques, que huyas, que los cementerios están llenos de valientes, que no respondas a una provocación, que pegarse es de gente baja y que no te han pagado los estudios para que te líes a tortazos con nadie? Pues eso han sido mis padres con mis hermanos y conmigo desde que tengo uso de razón y supongo que antes. 

Y ahora resulta que después de tanto predicar y predicar, en sus ratos de asueto, a dúo, cada uno por su lado armado de su portátil, se dedican a liarla parda en el facebook (gracias a Dios que no han descubierto aún el twitter), llamando hijueputas, mal nacidos, analfabetos, desgraciados o imbéciles en el mejor de los casos a todo quisqui que se les encara o que dice algo de lo que discrepan. Pero ¿desde cuándo alguien es imbécil por no pensar como uno mismo? ¿Dónde están esos padres que nos criaron en el respeto hacia el otro? Se han convertido en unos macarras. Y una cosa es decirlo y otra cosa es leerlos, que a mí me sube y baja la tensión alternativamente conforme voy leyendo sus comentarios. Vamos, que la otra mañana, desayunando, un poco más y me atraganto con el café al leer en todas sus letras: "Franco, que resucite YA".  Que creo que me dio hasta taquicardia. Ay Dios mío. Y todos sus contactos leyéndolo igual que yo. ¿Qué pensará la gente de nosotros? Si yo sé que mis padres no son franquistas ni nada que se les parezca, si siempre han sido muy abiertos de mente. ¡Si mi madre odia las monjas! Lo que tienen es comunistofobia, agravada en épocas de elecciones, como si fueran a invadirnos los bolcheviques. ¡Es que no pueden, no pueden ni verlos! Preferirían que traficáramos con órganos antes que hacernos comunistas. Es algo patógeno. No los soportan, ven a alguno asomar en alguna noticia y se ponen histéricos. ¿Dónde están esos padres que nos pedían que contáramos hasta cien antes de responder a una afrenta? No, estos son de gatillo rápido. Y ya cuando se nombra al coletas, es que se desata en ellos una especie de síndrome de Tourette a lo bestia, y venga soltar sapos y culebras, y venga dar palos a diestro y siniestro, toma y toma, no dejan piedra sobre piedra.

Estamos mis hermanos y yo asustados pensando que algún día alguien se tome en serio sus arengas. Lo menos malo serían los 200€ que costaría cada insulto. Habría que pedir un crédito, pero bueno. Ahora bien, imaginad el escándalo, "una pareja de abuelos imputados para hacer apología del fascismo" y la foto al lado de los dos. Y que a los nietos les digan en el cole, mira tus abuelos. ¿¿Por qué no piensan en sus nietos??? ¡¡Qué culpa tienen las criaturas!! Si cultivaran maría, nos daría menos fatiga. 
Desde que están así, los tres (mis hermanos y yo) estamos muy asustados. Desde luego. Pero ¿qué hacemos? A ver, ¿qué hacemos?


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