Cuando leí aquel artículo en mi facebook, (sí, lo sé, es simplemente increíble la cantidad de información que se puede recabar en el facebook) sentí espanto. De las diez cosas que las mujeres supuestamente hacen cuando están solas ocho parecían sacadas de una peli pastelosa sobre princesitas disney organizando una pyjama party. ¿Cantamos? ¿Bailamos? ¿Declamamos frente al espejo???
¿En serio?
Lo primero que hacemos las mujeres cuando nos quedamos solas es ponernos cómodas: fuera refajos, cinturones, pantalones vaqueros prietos, camisetas ceñidas, fulares (foulards), cuellos roulés, medias que dan picores, calcetines oprimidores de tobillos, tangas astringentes etc etc.
Una vez cómodas, pasamos al paso siguiente que es exactamente lo que no podemos hacer cuando hay gente delante. Sí. Pensar mentalmente en todos los hidratos de carbono y bolsas de grasas hidrogenadas que podamos hallar en casa y trazar un menú de cómo racionarlas para ponernos hasta el culo de calorías. Y lo bueno de que nadie nos vea comiéndolas es que lo que no se ve, no cuenta, o sea que esas calorías jamás han existido y por consiguiente tampoco engordan. Sencilla regla de tres.
Cuando nos hemos puesto hasta el culo de chocolate y de gusanitos, con el estómago lleno se piensa mucho mejor, caemos en la cuenta de que de verdad podemos hacer todo aquello que no nos dejan hacer en público. Y eso sólo significa una cosa: PORNO. Pero no porno cualquiera, que ese ya está muy visto, sino PORNO RARO. O lo que es lo mismo para una chica hetero o bis o les: PORNO GAY.
Es- es- es- monótono.
Limpiar. La culpabilidad de haber perdido el tiempo viendo porno gay nos lleva a intentar adecentar un poco nuestro entorno por eso de que nadie nos pueda achacar que nos hemos pasado la tarde entera tiradas en el sofá. ¿Y por qué? ¿Por qué no podemos las mujeres tirarnos la tarde sin hacer absolutamente NADA??
Bueno, en un cuarto de hora hemos conseguido hacer lo que tardamos una hora con público. ¿Y ahora qué hacemos? Aburrimiento total visita al facebook, visita al facebook visita a nuestros contactos, visitas a nuestros contactos- y de pronto sin saber muy bien cómo nos vemos inmersas en un tsunami stalkeador irrefrenable que nos obliga a teclear nombres verdaderos y nicknames en la barra del chrome buscando indicios que vengan a corroborar la historia que poco a poco va tomando forma en nuestra cabeza y que normalmente tiene que ver con cuernos y tríos y ex y más ex etc etc.
Ya está, ya hemos agotado todas las líneas de investigación que nos podría ofrecer el google (¿para cuándo una app que nos deje leer conversaciones ajenas??? Esa sí la petaría, y no es por cotillear a nadie en el fondo ni para hacer daño, sólo para salir de dudas de si somos buenas intuyendo vidas ajenas o si simplemente estamos desquiciadas), y como nadie nos da bolilla por el messenger, ni por el whatsapp, ni por el Line, ni por el Telegram, ni por el Skype, sólo nos queda una cosa por hacer. Y no, no es cantar bajo la ducha ni declamar ante el espejo ni pintarnos ni hacernos peinados, eso lo hacen las niñitas de 8 años, no, así no se plantea la cosa; cogemos el móvil, nos echamos una foto sexy con morritos, miramos la foto sexy con morritos, y de repente ¡Dios mío! ¡qué espanto! ¡con razón me va como me va si soy un monstruo!!! ahora me arrepiento de las 2.000 calorías fantasmas que he ingerido hace dos horas, soy un monstruo, una ballena, una foca monje, fea y vieja y espantosa- y entonces y sólo entonces es cuando nos liamos a pintarnos y a peinarnos hasta lograr en la penumbra un selfie morritos sexy medio en condiciones.
Et voilà. Esto señores es lo que hacemos la mayoría de las mujeres cuando estamos solas. O no. ;)
¡¡Feliz fin de semana!!!