Ayer fue muy distinto. ¿Hay algo más falaz que un sueño? Mi álter ego quiso aprovechar el estado de candidez en el que desperté por culpa de uno de esos estúpidos sueños para hacer de las suyas y poner el mundo patas arriba. A veces me da miedo lo hábil que es manipulando palabras. Sería capaz de engañar a cualquiera de vosotros, hacer pasar un lobo por corderito, la culpa por virtud. Y no es que sea de las que les guste ponerse límites ni barrotes pero con el tiempo he aprendido que hay umbrales que es mejor no cruzar y aguas dormidas a las que hay que procurar no despertar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario