Que digo que después de un fin de semana de ponerme ciega a arroces, lasaña de la mamma y dulces de chocolate varios, después de tirarme parte del sábado, y del domingo también, roncando del sofá a la cama y de la cama al sofá, de hablar emitiendo gruñidos, aunque cuando de verdad lo he entendido ha sido al verme las pintas de leñador canadiense que llevaba a mediodía, la conclusión sólo puede ser una y es que estoy hibernando o en proceso de hibernación.
Lo dicho. Un examen por corregir y un sueño que me muero. Pffff....
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