Estaba dispuesta a portarme "normal"; no hacer ruiditos, no resoplar, no ponerme a escribir, no corregir, no taconear, no mirar el móvil, no mirar al cielo, no hacer bromitas, no beber agua, no rebuscar en el bolso, no garabatear en la agenda, no dibujar en la hoja de la convocatoria, no jugar con el boli, no ir al servicio por el gusto de mirarme, no analizar la cara de todos los demás, no jugar con mi pelo, no recomponerme un millón de veces la ropa, no moverme en la silla, no hacer muecas con la cara, no pensar en otras cosas, no-
¿sabéis que en francés existe un hermoso verbo difícil de traducir, el verbo rêvasser? rêver es soñar, a secas. Rêvasser sin embargo es soñar adrede, dejar llevar el pensamiento hacia esos lugares a los que ni siquiera la mente dormida se atrevería.
Pues me había propuesto no "rêvasser" siquiera, actuar como una mujer adulta "normal" asistiendo a una reunión y atenta a todo lo que ahí acontecía. Incluso me había pintado, actuar es siempre más fácil cuando se va pintada. Todo iba perfecto hasta que de pronto cuando quedaban escasamente segundos para dar por finalizada la sesión he echado en falta mis llaves, y qué llaves: las llaves de Arboleas, de Albox, de la verja, de la puerta de delante, de la de atrás, de la del departamento, de las aulas, de los cuadros de ordenadores, de sitios que ya ni siquiera recuerdo.
Bueno no ha sido como dejar la olla en el fuego, mais tout de même. A veces cuesta mucho ser yo.
Good night dear's!!! :))
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