viernes, 23 de mayo de 2014

Morten Harket

Pasa, pasa, que pases, olvídate, pasa, no merece la pena, déjalo, pasa, que no te afecte, vive tu vida, sigue tu camino, pasa de todo, diviértete, disfruta de lo que tienes, valóralo, rehaz tu vida, olvídalo y pasa, no merece la pena, que pases-
hummm...
Es que uno ya está acostumbrado a ir en bolas por la vida. La primera vez es chocante, en lo propio y ajeno, no hace falta siquiera imaginarlo, y ni que decir tiene bastante embarazoso. Y a la tercera te das cuenta de que es algo inherente en ti. La desnudez como sino, rumbo y procedimiento. No hay más. Y tampoco es para tanto. Los hay peores. Y todo lo que añadiría a este punto competería más a la charlatanería más chabacana pues hay cosas que por desgracia no deben describirse con palabras.


Pero lo realmente importante es que esta mañana, al abrir el apoyabrazos delantero y meter la mano en busca del CD de Linkin Park como banda sonora a un estado de sitio que no parece tener fin, me encontré con él sin recordar cuando lo puse ahí o si alguna vez lo hice.

Quita el CD de los Cranberries y ponlo, está ahí por ti, ha venido porque sabía que lo necesitabas. Canción 1  y 4. Minor Earth, Major Sky, y déjate llevar por la voz del hombre con el que estuviste a punto de casarte. Tenías trece años, a esa edad no existen los imposibles. Y estabas tan segura de que tarde o temprano te casarías con él que es imposible que no haya estado a punto de suceder. Todavía estás a tiempo. Nunca se sabe, con las vueltas que da la vida. Sólo son 14 años de diferencia. Y lo querías tanto. Eso barema bastante.

Y ahora como hace un rato en el coche toca en mis auriculares una y otra vez su dulce voz de falsete que suena a lullaby siempre bálsamo para mi estado de sitio.


Good night!! <3 <3 <3






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