... desde el nuevo frente.
Para ti que siempre estuviste aquí.
Puede que no fuerais muchos, incluso que fuerais escasos, pero estaba yo tan tranquila y confiada con vuestro silencio, confiada en que no lo estaba haciendo tan mal si seguíais ahí que aquella confianza me envalentonó para seguir e incluso multipliqué por cuatro mis entradas, escribía sobre todo y sobre nada, sobre las tonterías más tontas que me ocurrían en mi día a día, y me divertía y me reía y disfrutaba haciéndolo. Porque me sentía libre de hacer lo que me entraba en gana.
Y entonces, un buen día, a decir verdad hace cuatro días de eso, me envalentoné tanto, o es que me aburría, yo qué sé, ¿ha habido algo en mi vida que haya hecho desde la reflexión?, no lo creo, y vosotros, los que lleváis leyéndome desde hace tanto que ya habréis empezado a conocerme, tampoco lo creéis, y de pronto me encontré con cientos de escritores que escriben y mucho, y que leen, y que son leídos, y que publican, y que interactúan, y de pronto, ante el más mínimo comentario que tengo que hacer me siento tan tonta y falta de palabras, no estoy segura de que estén siquiera ahí, me refiero a las palabras, y por lo menos me he puesto a leerlo todo, porque no quiero sonar a bluf, Dios mío, eso sería horrible, que esta gente entiende de palabras y sabrían reconocer si les intento engañar, Dios mío, con lo a gusto que estaba yo a solas conmigo y con vosotros, claro, pero vosotros no me decíais ni sí ni no sino más bien un haz lo que te plazca, y al final he acabado haciendo lo que me place, y lo que me place no es tan placentero como yo creía, un calentón pasajero de los que acaban saliendo caros a la larga.
Pero no iba a abandonar a la primera, dichoso amor propio, y me he puesto a escribir entradas un poquito más trabajadas, y no sé si gustan o no, si es todo lo que puedo dar de mí, si soy esa, o si soy la de los jijis, la que contaba sus tonterías y se divertía haciéndolo, pero a quién le puede gustar los jijis, no lo sé, y ayer, Dios mío, ayer, lo que nunca pensé que haría, publicar aquí entradas eróticas, ya esa es la señal definitiva de que me estoy transformando en otra cosa pero la verdad es que no sé si eso es de verdad lo que quiero, o seguir aquí sola sin necesidad de preguntarme si esto es para lo que yo valgo. Seguir aquí sola sin necesitar la aprobación del otro.
En fin, lector fiel desde el principio, te agradezco tu infinita paciencia en este momento que he tenido de pánico y de hiperventilación, y prometo seguir informándote de mis progresos y desilusiones como lo he hecho desde el principio.
Un besito de mi yo que hacía tiempo que no se sentía tan insegura como ahora y lo detesto,
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