Se acaba el año, y que quede entre nosotros pero la del 2012 no ha sido lo que se dice una buena añada. No, no creo que recuerde el 2012 por nada en concreto que me despierte una sonrisa. Eso sí, como todo es empeorable, lo diré con la boca chica, no vaya a ser que 2013 sea aún peor, que podría serlo y que por bocazas, eche de menos el 2012. Y como con esto pasa lo mismo que con los buenos propósitos, que hace falta decir una cosa para que hagamos exactamente lo contrario, conjuraré para que esto no suceda. Aunque yo no soy especialmente supersticiosa y no creo en el estigma del 13 del año que entra. Al contrario, simpatizo con él, por impopular y marginado. Lo de odiar por odiar a un número sin esforzarse en conocerlo siempre ha despertado en mí cierta empatía y no diré que el 2013 será malo sólo por la pinta que trae.
Si hubiera que definirlo por algo, diría que recordaré el 2012 como el año que me trajo aires de cambio, algunos muy positivos, otros muy necesarios, y los menos, impuestos, pero los cambios cambios son, ni más ni menos y a mí en lo personal no me gustan. Por muchas razones.
No, no esperéis grandes cosas de este post porque la Nochevieja me deja fría pues hay dos cosas que no soporto del día de hoy.
Uno, que por los santos cojones de no sé quién, esta noche quien no se ponga lentejuelas y tacones, baile el bula bula y acabe a cuatro patas borracho perdido debajo de una mesa es un pringao.
Dos, que nos creamos en serio que mañana nuestra vida va a cambiar por una fecha en el calendario. Pues lo siento mucho por vosotros, porque si esperáis que esta noche a las doce en punto baje el sursuncorda de no sé dónde a arreglaros las cosas, mañana seguiréis siendo los mismos pringaos que hoy. Sólo que algunos con más resaca que otros.
Y tres, que como siempre, ahora que me había acostumbrado a escribir 2012, ahora toca poner 2013.
Ale, mi mensaje de Año Nuevo para todos:
¡¡¡¡Que seáis súper felices y pasadlo súper chachi esta noche!!!!
¡¡¡FELIZ AÑO 2013!!!
PD: No es nada personal, sólo que no me gusta la Nochevieja y ¡ya está!