Estoy roto. Hago agua. Ayúdame. Sólo tú puedes hacerlo. Tú, mi mar en calma donde sujetar mis tormentas, tú, mi playa de arena blanca donde arrojar mis despojos. Qué fue de aquel navío me preguntas. No lo sé. Si tuviera fuerza tan sólo para recordar el cuándo y el porqué. Me han roto. Me han roto. Ahora sólo necesito descansar, tumbarme y descansar en tu orilla de aguasal.
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