Y de las noches que compartíamos me despertaba con tu recuerdo. El alba se abría paso a través de tus abrazos diáfanos, tu silueta se iba borrando, tu mirada se despedía de mí en silencio y todavía ahora puedo sentir la soledad en la que me postraba tu partida. No recuerdo cuándo dejaste de visitarme. Pero sí me acuerdo de cuando te volvía a encontrar al dormirme, esperándome, como el primer día, como si nada fuera a separarnos nunca y como me sonreías siempre. Entonces nos lo perdonábamos todo por extrañarnos mucho. Fuimos felices al otro lado del muro de los sueños.
Dicen que los deseos si se cuentan no se cumplen. Cuando nos volvamos a ver, te susurraré al oído, lejos de todo, como en aquellas noches, las palabras que nos dijimos, los gemidos, los jadeos, los gritos, los poemas de amor, los deseos incumplidos, te los susurraré, para que nunca te sueñe nadie como yo lo hice.
Dicen que los deseos si se cuentan no se cumplen. Cuando nos volvamos a ver, te susurraré al oído, lejos de todo, como en aquellas noches, las palabras que nos dijimos, los gemidos, los jadeos, los gritos, los poemas de amor, los deseos incumplidos, te los susurraré, para que nunca te sueñe nadie como yo lo hice.
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