8:49. A mi espalda un tímido sol encendiendo el horizonte.
Delante de mí, sobre las sierras que dominan mi camino, hay un océano de nubes negras y grises que anuncia la noche en día, un océano estriado de olas estáticas hecho de un aire opaco amenazando con el apocalipsis.
Y yo en mi coche minúsculo, estoy a punto de precipitarme en ese mar de tinieblas y sin embargo sonrío.
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