Sigo viva... Milagrosamente...
16:30: catequesis. El niño ha dibujado un pene deconstruido. Puede que le haya inducido una falofobia pero la próxima vez se lo pensará dos veces antes de dibujar un pene en mi catequesis. El padre Antonio nos informa que la misa de gozo del domingo será a las 8 de la mañana. Lo dicho. De gozo.
17:40: médico. Justificar la falta. En efecto. Tengo una farigintis galopante. Desde cuándo, no lo recuerdo. Estoy mala, es lo único que importa e incluso me alegro por ello. Odio mentir a los médicos. Eso debe ser hasta pecado.
18:30: llevamos tres tiendas de compras. Horrible. Al final recurriremos irremediablemente a la Redoute.
18:40: comprar una cinta blanca para la función de Navidad de la niña que va de ángel. Nos metemos en esa tienda. Y... podría haber elegido perfectamente largarme de ahí al intuir que la espera sería más larga de lo deseable. Pero no. Decido quedarme. Hay una señora que no sabe muy bien si la pata del pantalón que le deben arreglar es la izquierda por larga o la derecha por demasiado corta. Claro que su izquierda no corresponde con la izquierda opuesta de la costurera/vendedora/dependienta/mujer que se va cabreando poco a poco cinta métrica al cuello y que le indica reiteradamente que la derecha consta de 14 y la izquierda de 15 y medio y que no entiende lo que le dice. Y el espectáculo de ver a la señora volverse para simular la derecha de la costurera/vendedora/dependienta/mujer que le acaba de recordar que además del problema de la pata del pantalón tiene una pierna más larga que la otra y la entrada en escena de la tercera señora presente en la tienda de hilos y lanas y cintas que también se pone a opinar sobre la largura de la pata del pantalón y se coloca de espalda para simular la derecha de la dependienta que es la izquierda de la clienta mientras esta repite una y otra vez lo contrario de lo que le dice la otra es tan... extraordinario. Que no sólo no me voy sino que me pongo a reír. LO SIENTO. PIDO PERDÓN PORQUE NO ME RÍO PARA OFENDER simplemente ES divertido. Y al final nos reímos todas. La mujer del pantalón decide por fin volver a probarse el pantalón y entonces surge otra señora casi igual que la anterior pero en morena con bolsas de lanas y agujas y que delante de nosotras sin importar a quién le toca saca la bufanda en punto de arroz que le está haciendo a su sobrina de 16 años que vive en Málaga y pide que le cambien las agujas porque estas enganchan la lana. Extraordinario, Acto seguido la dependienta le saca una foto del móvil donde le enseña una chaqueta que le ha hecho a la hija de punto de arroz pero dos del derecho y dos del revés. Yo me asomo disimuladamente para verlo (ya que estamos) y es bonito la verdad. Pero no entiendo las explicaciones. El tiempo no parece importarle a ninguna. Pero de pronto sale la señora del pantalón de la pata coja y sé que o aprovecho la oportunidad para pedirle una cinta blanca o quedaremos atrapadas en un bucle temporal en esa tienda de hilos y lanas y agujas de molde para siempre e incluso puede que acabemos haciendo bufandas de lana y midiendo patas de pantalones. Cinta conseguida, próximo objetivo la carnicería.
19:15: ya sólo nos queda poner la chimenea, las lentejas, controlar los deberes, poner el radiador para la hora del baño y acabar el disfraz a la niña que va de hada de las flores en la función de Navidad. Podría haberle tocado el disfraz de ángel, el de payaso, incluso el de buey como el año pasado pero no. Hada de las flores en un belén. Sí. Una visión un tanto bucólica del nacimiento del niño. Y todo sin quitarme las botas altas y antes de que aparezca mi marido de sus evaluaciones para demostrarle que yo también soy capaz de hacerlo todo en un tiempo récord en esa pequeña competición que hemos establecido el uno con el otro para optar al título de P/Madre del Año.
...
11:30: y aquí estoy por fin. He omitido la mañana. No quería aburriros "más" de lo necesario. Es divertido en el fondo. Llamémoslo vida.
Good night dear's, tomorrow more!!!
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