Puede darte en la situación más
insospechada, de una manera tan simple que resultará boba, o puede que
pase un año y tú esperándolo y finalmente nada. El caso es que es casi
imposible predecir el momento en el que el espíritu de la Navidad te va a
dar su bofetada.
Estaba yo esta mañana esperando mi turno para sacar dinero en el cajero cuando accidentalmente me he cruzado con la mirada redonda, negra y plástica del enorme muñeco de nieve hinchable que estaba atado a la reja de la ventana de la heladería que en esta época del año vende sus turrones. Diversificarse o morir dicen. Me ha sonreído y de un flechazo su espíritu me ha poseído.
Mirada atontada de atontolinada felicidad con sonrisa tonta incluida en el paquete y una extrema amabilidad hacia todas las cosas.
Total, que ya está aquí, ya llegó por fin la Navidad.
Estaba yo esta mañana esperando mi turno para sacar dinero en el cajero cuando accidentalmente me he cruzado con la mirada redonda, negra y plástica del enorme muñeco de nieve hinchable que estaba atado a la reja de la ventana de la heladería que en esta época del año vende sus turrones. Diversificarse o morir dicen. Me ha sonreído y de un flechazo su espíritu me ha poseído.
Mirada atontada de atontolinada felicidad con sonrisa tonta incluida en el paquete y una extrema amabilidad hacia todas las cosas.
Total, que ya está aquí, ya llegó por fin la Navidad.
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