La ventaja de tener un hijo y no un perro es que no tengo que sacarlas a hacer sus necesidades ya de buena mañana. Lo digo por la vecina que me he cruzado con las gafas de sol puestas y paseando a su bola de pelo blanco.
Estoy destrozada anímicamente por tener que ir yo a comprar algo para el desayuno nada más levantarme.
No recuerdo que el cura dijera nada de esto. No recuerdo firmar nada de esto en el contrato. ¿Dónde quedaron aquellas promesas nunca hechas de traerme todos los días el desayuno a la cama?
No hay derecho a esto. Necesitando un mortero de café ya.
Buenos días!
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