¿Conocéis esa sensación que se siente de niño cuando te prometen que te van a llevar a un lugar por primera vez? Cómo os imagináis que debe ser el lugar más fabuloso del mundo, que ir allí es lo que más deseáis hacer y que nada os hará olvidar ese deseo hasta que no se vea cumplido??? Sabéis a qué sensación me refiero, ¿verdad?
Pues así me siento yo desde el 15M de 2011 y desde el momento en que se constituyó la primera asamblea. Y si no me creéis, sinceramente ni me conocéis ni me importa demasiado. Pero eso de ver a un montón de gente, personas normales y corrientes como yo, unidos para actuar juntos, no sé, me parecía tan utópico y a la vez tan extraordinario.
Y puede que no haya sido como estar en el 15M, ni de lejos por supuesto, pero esta tarde he asistido a mi primera asamblea y ha sido emocionante e increíble y me siento increíblemente bien aunque muy mareada por todo lo que hay que hacer y que no sé si conseguiré. Pero por primera vez después de mucha indignación acumulada, siento que voy a hacer algo, no sé si servirá para mucho o para poco, pero voy a actuar, me voy a mover y voy a intentar poner un granito de arena, el mío propio, para conseguir que las cosas cambien y eso me hará sentir muy muy viva.
Echaba de menos esa sensación... Pero me da un poco de vértigo ahora mismo... Uuufff... Me repetiré esas mismas palabras que un día pillé a mi Gabriela decirse a ella misma mientras intentaba subirse a un columpio. "¡Tú puedes! ¡Tú puedes!"
Uuufff... pero qué miedo...
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