Hoy es el cumpleaños de mi madre.
De todas las mujeres a las que conozco, la única a la que me gustaría parecerme es a ella. No es que no esté conforme con lo que me ha tocado. A estas alturas, he logrado adaptarme por fin (aunque me ha costado). Y no me parezco, nooo, ya lo sé, teníamos muchas papeletas mi hermana y yo, por cuestiones meramente genéticas, pero no fue así. El Señor no quiso dotarnos a ninguna de las dos con su belleza morena, por ejemplo, y nos hizo blancuchas y pecosas. Jajajajaja, no dejo de imaginarme a mi madre sin haber cumplido aun los 30, paseándonos a las dos cabezas pelirrojas y preguntarse el cómo y el porqué. Y no ser la única en preguntárselo. Que yo recuerde, mi madre siempre ha sido guapa y sexy. Tuve un novio al que le gustaba más el culo de mi madre que el mío. No es algo tan fácil de encajar, creedme.
Mi madre, ay, mi madre! Mi madre es... medio bruja. En serio. Cuidado con sus aseveraciones. Raras veces no se cumplen. Y algunas se convierten incluso en maldiciones. Como lo de que mi niña me tenía que salir a mí en el carácter. Y me salió mi Gabriela. Gracias mamá. Y si mi madre dice algo, mejor hacerle caso a la primera, porque lo demás será perder el tiempo, y de todos modos acabarás haciendo lo que ella dijo en un principio. Tengo 38 años, una licenciatura, hablo tres idiomas perfectamente, sé hacer la O con un canuto, me creo inteligente, y sin embargo, aun no he aprendido que mi madre siempre tiene razón.
Mi madre es muchas cosas, pero ante todo es una madre, es una mamma italiana, une "maman poule" a la francesa, conozco a pocas madres que hayan logrado la devoción de sus hijos como lo ha hecho mi madre. Pero mi madre no sólo es una madre, es una artista, una conservadora inconformista, una católica antipracticante, una mujer temperamental, con mucho carácter pero a la vez conciliadora, un apoyo, una amiga, alguien con quien cualquiera puede contar, charlar y reír siempre. Y aparte de todas esas facetas, la que más me asombra y más inalcanzable veo de todas, es que mi madre es una Señora de esas de películas, elegante en su sencillez, educadamente amable, con esos exquisitos modales que cada vez más escasean y que logra que todos respeten el espacio que ocupa su presencia. Y esto, a la edad que me pilla ha quedado a nivel de la utopía.
Y por eso digo que me gustaría haberle parecido. Pero mi Madre es una Reina, y Reina sólo hay una. (¡sonrisa!!!)
¡Felicidades mamá! ¡Te queremos!!!
PD: Mi madre también es adicta a los supermercados. Pero ¿quién ha dicho que nadie es perfecto? ;))
No hay comentarios:
Publicar un comentario