Tu boca. ¿Sabes? Puedo dibujarla de memoria.
Puedo dibujar su curva en el aire con el dedo e imaginar que de un soplo de viento es ella la que se acerca. Puedo imaginar lo que quiera. Podría imaginar incluso si quisiera que es tu boca la que me dibuja. Que es ella la que me llora, la que me suplica, la que me idolatra. La que me sueña.
Puedo cerrar los ojos y provista de la pluma de mi dedo, puedo llenar el aire con una bandada de miles de pájaros que tienen el contorno de tu boca.
Me aprendí tu boca de memoria buscando una manera de asaltar sus defensas sin darle una sola oportunidad de que se resistiera. Porque tu boca no se deja. Por qué tu boca no se deja.
Cierro los ojos y ahí está tu boca. Y mi deseo de besarla, de devorarla, de amarte.
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