Es el título de una "chanson paillarde" cuya letra aconsejaría que ni siquiera hicierais el amago de buscar, aunque sin hacer alarde de nada, puedo cantar esta y la Marseillaise que es una delicia. Pero también podría ser el título para la entrada de una mañana cualquiera de domingo.
La casa ha sido invadida por otra niña y como miembro de la servidumbre, estoy recluida en la cocina desde la cual me quedan unos escasos minutos para escribir un rato. (Nota mental: dosificar la ingesta de alimentos en seres de pequeño tamaño para evitar empachos nocturnos)
Es un domingo cualquiera que sigue a un sábado cualquiera en el que me tragué cinco capítulos seguidos de la serie "Fargo". Ahí estuve yo con Molly, Lester y Malvo en versión original y subtitulados y sin capacidad alguna para detener la descarga de capítulos durante cuatro horas. Así que no me hagáis mucho caso hoy, perdida la mente como la tengo ahora mismo en un paisaje blanco
de Minnesota, embutida en un imaginario y engorroso plumón a 20ºC
latitud Almería.
¡Feliz domingo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario