Una o dos veces al año, juego a ser ama de casa, y me encanta!!! Fijaos que son las 11:24 ahora mismo y he dejado a las niñas en el cole con su millón de besos correspondientes, he ido a la carnicería, he puesto una lavadora de blanco y la he tendido, he desayunado, he preparado almóndigas, una receta nueva, el cocido de mañana y he dejado las verduras cortaditas para el arroz al horno, tengo la cocina casi recogida, y ya llevo cuatro capítulos seguidos de crímenes imperfectos. Ay. ¿Por qué lo hago todo tan bien? Siguen taladrándome la calle (desde las 7:50 de la mañana, lo único que pido es que no le den a ninguna tubería importante por favor!!) y un poco más y el cartero derriba la puerta a puñetazos para que pudiera oírlo. Ese momento en que atiendes a alguien en tu puerta con sólo una bata encima y sabes que en el fondo creen que estás grabando una escena de alguna peli porno o te han pillado en la cama con tu amante o algo por el estilo. Pero lo cierto es que aprovechando que estoy sola pues yo a mi bola. Y es que ha vuelto la calor. Cualquiera lo hubiera imaginado la semana pasada. Me ha traído una carta certificada con el acta de la última reunión de vecinos de Mojácar. Esas actas son siempre tan divertidas. Al parecer seguimos teniendo problemas con los ninis estos drogadictos y ninfómanos a los que alquilan los cuatro defraudadores de siempre. En fin. Modas. Y este año la cosa ha tenido que ser movidita porque media acta está dedicada al "diálogo sobre humedades, olores fecales y color de puerta estético" que mantuvieron la Sra Fresno y la Sra. Mendoza. Lo dicho. Esas reuniones de vecinos no defraudan nunca.
Bueno, voy a seguir a lo mío y ¡viva la Virgen del Rosario!
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