Hay palabras difíciles de pronunciar. Como por ejemplo esternocleidomastoideo. Cuando el año pasado un alumno me pidió que se lo tradujera en francés ni siquiera sabía de su existencia, llegando a interpretarlo como una clase de dinosaurio.
No me refería a esa clase de palabras. Existen palabras difíciles de pronunciar. Como lo siento o me equivoqué o perdóname. Otras incluso son imposibles, como no lo volveré a hacer o lo olvidaré todo.
Y me pregunto qué pasaría de tener la valentía de decirlas a tiempo.
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