Acaban de salir volando por la ventana delante de mis narices dejándome desangelada, sin ángel.
Me han acariciado los labios, rozado con su sabor y apenas he abierto la boca para atraparlas, se han ido corriendo, las he oído reírse. Y es que de tanto cerrar el pico ahora al verme las palabras se mofan y huyen y se escapan.
Pero aquí sigo soñando y esperando a que vuelvan.
Pero aquí sigo soñando y esperando a que vuelvan.
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