La he encontrado sin querer en mi bolso de caracol cuando he ido a coger el talón de recetas y un boli para rellenarlas, pues es verdaderamente como una concha de caracol pero con forma de bolso. Y nunca dejaré de sorprenderme de todo lo que consigo meter dentro.
Primera otitis del año, y es que cuando los niños se creen renacuajos o sirenas es lo que pasa.
Eso sí. Qué médico más encantador, qué farmacéutico más entusiasta. Tanto es así que me estoy planteando muy seriamente trasladarme a Águilas.
Y hasta aquí las crónicas de la señora Pepis. Voy a echarme mi crema!!!
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