Shorts rabicortos moño choni y chaqueta vaquera. Estoy fuera. Tengo frío. Se oyen unos niños chillando en su terraza y el rugido del mar. El sonido que hace el mar es lo que me lleva a quedarme fuera pese al frío. Es una de las cosas por las cuales sigo viniendo aquí, aunque sea a regañadientes. Me gusta el mar. De hecho creo que sólo me gusta el mar.
Y hay noches en que se pone bravucón, como esta noche. Es fácil dejarse llevar por su sorda cadencia. De vez en cuando estallan violentos golpes de ola contra la arena de la playa. Suenan a latigazos.
El ruido del mar es aterrador e hipnótico como una nana.
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