El curso de los acontecimientos siempre sigue una trayectoria lógica y previsible. La única incógnita que queda por despejar normalmente es el detonante de esos acontecimientos. Desgraciadamente en la mayoría de los casos este descubrimiento se realiza a posteriori. Cuando ya todo ha sucedido. Lo que hace que irremediablemente la historia se repita. Sin posibilidad de detenerla a tiempo.
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