Y mientras mami estaba acostada en su sofá con los cascos puestos viendo su serie y papi estaba no sabemos dónde, cogimos el perigallo que está en el vestidor de los papis, lo arrastramos hasta nuestro cuarto entre las dos y así pudimos subirnos y coger las muñecas de Ariel y de Rapunzel con las que nunca nos deja jugar mamá, las que nos trajeron de Roma y que están guardadas encima del armario.
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