Hay muchas clases de alegrías, tantas como momentos tiene el día. No sé, creo que por lo general suelo ser optimista y busco el lado bueno de las cosas, excepto cuando ovulo. Pero es que no conozco a ninguna mujer que no tenga ganas de matar cuando ovula.
Y hoy estoy contenta, y lo mejor es que yo misma soy el motivo de mi alegría y eso me hace sentir doblemente satisfecha. Es una satisfacción diferente a las demás, un orgullo que siento caliente por dentro, un amigo que me ha hecho fuerte de repente cuando más lo necesitaba, una válvula de escape, una isla donde refugiarme, hoy de pronto me he dado cuenta de que no soy tan chica y he vislumbrado un pequeño foco de luz, allí al fondo cuando pensaba que me sería imposible hallar el camino a ciegas y que estaba a punto de abandonar. Me he reído por Dios, ¿sabéis cuán maravillosa sensación es la de esa carcajada inesperada, asombrosa, esa que no esperas que vayas a soltar?
Estoy contenta. Satisfecha. Aunque sigo sorda. Y está haciendo el peor día de todo el invierno. Pero esa es otra historia.
Ah, y no pienso desvelar el final de la historia. Siento ser tan críptica ahora mismo, pero mis razones tengo,
Ah, y no pienso desvelar el final de la historia. Siento ser tan críptica ahora mismo, pero mis razones tengo,
Que todos vuestros lunes sean la mitad de buenos que este lo ha sido para mí,
No hay comentarios:
Publicar un comentario