Cuatro leyes educativas diferentes, mucha democracia e igualdades impartidas desde que me examinara a finales del siglo pasado y sin embargo, sigue habiendo una división académica muy clara que el tiempo parece no lograr disipar.
Han pasado, ¿cuánto?, dos años y pico desde que yo fuera preuniversitaria, y siguen estando los que se examinan de selectividad en junio y los que lo hacen en septiembre, los guays de junio y los pringados de septiembre.
Septiembre parece condicionarlo todo. Si te examinas de selectividad en septiembre es que eres más tonto, más gandul, te han quedado unas cuantas o simplemente y más difícil aun, fuiste tan burricondo como para no aprovechar la oportunidad de aprobar en junio. Te has tirado tu primer verano de tus 18 años estudiando y encerrado mientras tus colegas aprovechaban la venia parental para liarla parda en los chiringuitos y dormirla luego en la playita. Y tanto esfuerzo ¿para qué? ¿Qué queda para ti? ¿Las cuatro plazas que han quedado vacantes en julio porque nadie las quería? Y esa miradita condescendiente con la que te miran todos, no, no has sido tan listo como el hijo de fulanico o la hermanita de menganica. Con tan sólo 18 años en el mejor de los casos, ya eres un fracasado o lo que se denomina vulgarmente UN PRINGAO.
Yo aprobé le bac en junio, sí, y con mention, es cierto. Pero selectividad la aprobé en septiembre (*). Fui una de esas pringadas que se tiró todo aquel verano estudiando selectividad (ojo, que las matrices, aprendí a hacerlas yo solita con la ayuda de un libro que me dejaron). Y la aprobé (*). Claro que cuando llegué a la Facultad de Filosofía y Letras de Granada para matricularme en aquella extraña carrera llamada ""filología inglesa" y que supuestamente correspondía con lo que quería hacer en Francia (aunque todavía no lo tengo muy claro) ya no quedaban plazas en los grupos selectos matinales (esta es otra división académica a posteriori, el turno de mañana y el de tarde/noche) y me tuve que matricular por la tarde, con el curso ya iniciado. Y así fue cómo descubrí el fascinante, alternativo e informal mundo de los horarios vespertinos. Y noooo, tampoco acabé en cinco años (*).
Yo también fui una pringada de septiembre. Somos muchos más de los que se piensa la gente y lo de que sólo pudimos superarlo a base de Prozac es otra de esas estúpidas leyendas urbanas que se inventan los guays.
De hecho, con el tiempo se descubre que también existen los pringaos de junio, los pringaos con cátedra e incluso los pringaos millonarios. Y las cosas siempre ocurren por algún motivo. Más vale aprender a aceptar y a convivir con esos motivos.
En cuanto a los exámenes de hoy, casi nada que reseñar.
Examen de Lengua Extranjera (inglés)/
OPTION A : question 13: Rewrite the sentence without changing its meaning. Begin as indicated: I can't drink this tea. It's too cold. This tea isn't______
El contexto está muy claramente definido, más claro imposible, pues aun así, explicar el ejercicio a un chico de 18 años y pronunciar la frase "no es lo bastante caliente" no una sino varias veces con naturalidad y manteniendo un tono neutro, no es fácil.
Wink, smile and kiss,
(*) Los motivos y circunstancias que rodean aquellos incidentes en mi casi intachable expediente académico pertenecen a la historia negra de mi familia sobre la cual pende un secreto de sumario indefinido.
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