Organizar los minutos, repasarlo todo mentalmente una y otra vez por miedo a extraviar alguno, perder uno y perderlos todos, no conciliar el sueño de noche, despertar una hora antes de lo previsto de día. Todo en uno. A la vez.
Vorágine de sensaciones y sentimientos de sentidos enturbiados por el agotamiento que andan borrachos y titubeantes.
Necesidad imperiosa de vaciar la mente de todo. No quedarse con absolutamente nada.
Recuperar mi norte. Dibujar un rumbo.
Parar.
Simplemente para.
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