Esta mañana he conocido a la mujer con los tonos agudos más altos que jamás había oído
y de pronto he pensado, ahí está, es ella, mi media naranja vocal, la yin de mi yang oral, el motivo por el cual el mundo y el universo entero mantienen su equilibrio musical.
He estado a punto de comunicarle la buena nueva, decirle que por fin la había encontrado,
pero había demasiada gente esperando en la cola así que cuando me ha preguntado si necesitaba algo más, le he contestado que no, la he saludado y me he dado la media vuelta.
(¿?)
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