... madre, hija, esposa, currito y no reventar en el intento.
Admito que el único momento placentero que he tenido en todo el día de hoy ha sido el ratito de las 7:20- 7:45 en que he disfrutado de "Crímenes imperfectos" en Xplora y... ¡para de contar!
Porque que te obliguen ya a una sesión de fitness recién tomado el café, persiguiendo a la enana por la cama, debajo de las sábanas, por encima del edredón, por debajo del edredón, detrás del armario, detrás de la cómoda para vestirla para ir al cole...
Y que luego la grande que a veces y con pesar me recuerda al Jack Nicholson de "Mejor imposible" me obligue a atarle y desatarle tres veces los cordones de los tenis, alegando que las cuatro trozos de lazos no están equidistantes, vamos, que un trozo es más largo que los otros...
Que se desate un tormentón, con tijeras en mano incluídas para cortar el trocito ese que sobra, que los albañiles de al lado paren los martillazos para escuchar la tragedia que se ha montado, todo bajo la atenta y horrorizada mirada de los abuelitos que seguro que en el fondo habrán pensado que ellos se lo montaban mejor...
Que acabes secuestrando a las Pin y Pons y llevándotelas en el coche para tirar los cuerpos en una cuneta llegado el caso...
Que después de una jornada regulín con mis terroristas como colofón llegues a tu casa arrastrando el coche y te encuentres con el plato de cocido que tú misma has preparado la noche anterior cuando hubo una época en que perjurabas que sólo cocinarías platos que te gustaban. Sí estaba bueno. No, no me gusta el cocido.
Que entonces te dé el gusanillo de que te mimen un poco y piensas automáticamente en PE-LU-QUE-RÍA. Tienes un libro que te apetece leer en el bolso, unas horas libres y un flequillo que te tienes que echar para el lado para poder ver. Rezas para que los hados estén por fin contigo.... Soy catequista, tendría que tener ese derecho de vez en cuando, digo yo!!! pero resulta que las pelus en este pueblo de M no abren los miércoles por la tarde. Lo he comprobado no en una sino en varias. Estás al borde del colapso emocional, sientes cómo te vas hinchando por dentro por minutos en plan olla a presión, y entonces, te dices a ti-misma "luchar o morir" el todo adornado con unos cuantos calificativos e improperios más!!!
Y te acuerdas de que alrededor de este pueblo de M, existen más pueblos y que justo debajo de tus papis hay una pelu, English, pero pelu. ¿De qué me iba a servir el inglés que sé si no???? Piensas en pararte en una que hay a la entrada de tu maravilloso pueblo, pero ya te has cruzado con dos coches que te han hecho las luces. Y eso aunque ilegal sólo significa una cosa. Control. Y el hecho de que el coche patrulla estuviera justo a la puerta de la macropelu (es como una pelu pero en plan nave disco) me ha hecho desistir de pararme. ¿Llevaba drogas en el bolso? Sólo paracetamol 1 g y un par de paquetes de Nobel triple filtro. ¿Acababa de cometer alguna infracción? No que yo sepa. Pero era la poliii, joooo!!!!!
No pasa nada. La pelu de la inglesa, la que le cobró una millonada a mi hermana por aquellas mechas, esa va a ser la que rompa la mala suerte. Cómo se decía tinte???? Dry o algo así... Pero si dry es seco, era... dye... Cuche aquella señora mayor que se está bajando con dificultad del coche, seguro que va a por mi peluquera, o hairdresser en este caso, pero yo soy más joven, tengo más energía o en todo caso manejaría con más agilidad las muletas de llevarlas. Venga, come on, ya estamos dentro. Y lo educados y sonrientes que son los ingleses... pero será posible que en diez años todavía no sepan decir un hola... En fin... Quiero que me corte el pelo y que me eche un tinte. Llevo mucho dinero y se lo voy a dar todo a cambio de una sesión de pelu. No, mañana no. Hoy o nunca. Aaaah... que tiene otra señora para hoy... Y sólo puede atender de uno en uno... ¿Y cuántos continentes habéis invadido así, dices? Entonces veo entrar a mi muletera por la puerta... Bad fucking luck.
¿Es difícil entender que en momentos como estos lo que menos necesitas es que te toquen la moral? ¿A que no? Pues eso...
Menos mal que mi amiga Mónica me ha hecho mirar por el otro lado del cristal. A lo mejor los hados me estaban advirtiendo simplemente que hoy no era el día para cortarme el pelo y que de persistir el resultado podría haber sido catastrófico.
Mañana iremos a la pelu pero esta vez iremos las cuatro. No es lo mismo estar sola con un buen libro mientras te masajean el cuero cabelludo que estar con dos bichos y esperar cuatro horas por unas mechas que no son ni siquiera tuyas, pero es lo que hay.
Además, si todos mis días fueran siempre de color rosita y sólo me dedicara al chichimiento, me moriría de aburrimiento.
CIAO!!!
(PD: he vuelto a reconciliarme con mi Leo... Y la verdad es que eso me pone contenta!!!)
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