lunes, 17 de noviembre de 2014

A las tres

En el último momento, renunció a ir a la quedada y así se lo comunicó. Una vez más. Se subió a su coche y cuando por fin estuvo fuera del alcance de la mirada de nadie sonrió. Se sintió bien, se sintió libre, durante unas horas se escabulliría del mundo y nadie supo nunca donde desaparecía. Una vez más. 

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