jueves, 6 de febrero de 2014

Pasos para poner una sonrisa en la cara (III)

Y como ocurre teniendo paciencia, a un día gris le suele seguir un magnífico y soleado día. Aunque nunca está de más darle un empujoncito para que salga. 

No obstante, confesaré que no pintaba tan claro a las ocho de la mañana cuando por ganas más que por necesidad a la que suscribe se le ocurrió la brillante idea de pronto y sin avisar de inaugurar el día con una lista de todo lo que había que echar en cara por la presente semana:
- porque YO he perdido un día de mi trabajo para llevar a la niña al médico
- porque YO  he aguantado estas tres últimas noches la tos de la niña
- porque YO he buscado el disfraz de fresa online para la niña
- porque teniendo tres horas libres, bueno, disculpa, dos, A MÍ me toca esta mañana ir a la unicaja para efectuar la transferencia del disfraz de la fresa y además andando porque vivimos en un pueblo donde es imposible aparcar en el centro antes de volver andando a la casa y coger el coche para ir a mi insti
- porque desde hace dos años YO le doy catequesis a la niña
- porque YO no dispongo de dos horas libres por las tardes para ir a expansionarme al gimnasio, 
- porque BLABLABLA-
(Ya digo, esto por ganas más que por una necesidad real)

Respuesta a todo: ¡Qué de buen humor nos hemos levantado esta mañana! 

Y antes de encontrar una respuesta contundente, ya había enfilado hacia la puerta por donde desapareció.

Entonces surge el monólogo interior de siempre. 

Tenías toda la razón al echarle todo eso en cara. faltaría más. hasta ahí podríamos llegar. Esto es un abuso. Por qué no remontarnos a la época troglodita o a la de la esclavitud y blablabla-

Todo ello amenizado con bonitos apelativos... Hasta que el monólogo se transforma en un momento dado no se sabe muy bien cómo en un mea culpa llorón. Y surgen los arrepentimientos. Y la verbórrea se transmuta en un tímido SMS o en dos. Y toca entonces esperar. Esperar a que el otro te haya perdonado para saber si a la vuelta a casa toca tragedia, comedia, romántica o bélica. 

Así que cuando en el recreo, el móvil ha sonado con su característico politono y he visto el nombre del hombre más antiredessociales que haya conocido jamás encima de un tímido whatsapp, me he percatado que había salido hoy un sol esplendoroso. 

Muy buenos días a todos, sonrisas a tutiplén!!!






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