viernes, 10 de enero de 2014

Encuentros en el Mercadona

Hacía tiempo que no lo veía. 

Si queréis ver a alguien, id al Mercadona con regularidad y os acabaréis cruzando con esa persona tarde o temprano. 

Me recordó que hubo un tiempo en el que daba clases particulares de inglés en verano para sacarme unas perrillas. Será porque fueron muchos veranos que detesto dar clases particulares. De hecho, una clase con menos de seis alumnos consigue agobiarme bastante.

Sigue igual de alto, of course, mucho más alto que yo pero su pelo se ha vuelto gris. Ha envejecido. Igual que yo, supongo.

Al parecer sus primos han regresado al pueblo. En el poco tiempo que llevan aquí ya han logrado cerrar un bar con sus amenazas y chantajes. Nadie se sorprende. Son ellos. Los de siempre. No hace tanto tiempo que los que mandaban aquí eran ellos, no lo suficiente como para olvidar.

Y yo un verano acabé dándole clase de inglés a uno de ellos.

Y por cierto. Nunca me pagó. 

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