sábado, 30 de noviembre de 2013

Atardecer

El ocaso estaba rojo de sangre hace un rato y juro que no ha sido producto de mi imaginación. Me da rabia no llevar siempre encima una cámara capaz de contaros todo aquello que veo. Pero os aseguro que lo he visto y que el cielo estaba prendido en la línea del horizonte donde muere el sol, presa de un incendio devastador de tamaño gigantesco y de un rojo tan intenso que por un momento la imaginación ha tenido miedo de encontrarse allí.

Y al instante después, todo se volvió gris.

Variabilidad

No estoy satisfecha con lo que escribo últimamente en este blog. Lo admito. Creo que soy capaz de hacerlo mucho mejor. Y menos mal que borro la mitad de los posts que escribo. 

Odio mi inconstancia. Sí, esa es la palabra. Siempre lo he sido. Desde que tengo conciencia. Me encantaría ser lineal. Creo que es el estado perfecto de todo. La linealidad. 

Sin embargo, como tampoco sé de otra manera de progresar que intentándolo una y otra vez hasta que salga, seguiré escribiendo entradas tontas. Sorry!

Buen finde!!

Vulnerabilidad

No soporto dejar a la vista mis debilidades, llamémoslo cobardía o un miedo extremo al dolor.

El espíritu de la Navidad

Puede darte en la situación más insospechada, de una manera tan simple que resultará boba, o puede que pase un año y tú esperándolo y finalmente nada. El caso es que es casi imposible predecir el momento en el que el espíritu de la Navidad te va a dar su bofetada.

Estaba yo esta mañana esperando mi turno para sacar dinero en el cajero cuando accidentalmente me he cruzado con la mirada redonda, negra y plástica del enorme muñeco de nieve hinchable que estaba atado a la reja de la ventana de la heladería que en esta época del año vende sus turrones. Diversificarse o morir dicen. Me ha sonreído y de un flechazo su espíritu me ha poseído.

Mirada atontada de atontolinada felicidad con sonrisa tonta incluida en el paquete y una extrema amabilidad hacia todas las cosas.

Total, que ya está aquí, ya llegó por fin la Navidad.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Efemérides

Tal día como hoy nació hace unos cuantos años una compañera del gremio, lo que acaba de corroborarme que noviembre es un mes ilustre e imprescindible. ¿Sabéis cuánta gente conozco que haya nacido en noviembre? Es bárbaro!!

9.999 visitas al blog (de las cuales he de agradecer un razonable 50% a los spams americanos y bielorrusos, y un 20% a Papá, gracias pues a todos), más de 500 entradas, cinco trienios recién cumplidos, que son como quince años en esta empresa, y unas cuantas cosas más!

Por todo ello, ¡FELICIDADES!

Pasos para poner una sonrisa en la cara (II)

Desde hace unas semanas alguien se dedica a poner fondos de escritorios varios en los ordenadores de la sala de profes. Total, que cuando inicias los ordenadores y acostumbrados como estábamos a los aburridos cutrefondos de escritorio de siempre, te llevas una grata sorpresa y no te queda más remedio que sonreír. Todavía no sé quién es nuestro benefactor, pero gracias!! Hoy toca los hermanos Marx, genial!!

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Del amor y del desamor

He de confesar que en algunas ocasiones veo muertos... Nooooo, pero siempre me quedo con ganas de decir algo así. Venga, empezaremos de nuevo. Toma 2.

He de confesar que en algunas ocasiones me siento cohibida cuando se habla de según qué temas. Como hoy en la conferencia de esa chica que ha publicado ya dos libros (todo el mundo publica, creo que soy la única persona en el mundo que queriendo hacerlo no publicará nunca y eso resulta muy frustrante) sobre desamor.

Mis pensamientos me han convertido de pronto en una mezcla británica de Hugh Grant con Miss Marple absolutamente fuera de lugar. La escuchaba decir algunas cosas y mi parte Hugh Grant estaba tentada de contestar confusamente y tartamudeando un "no- no exacta- eso no- pssss- creo que-" mientras mi parte Miss Marple permanecía impasible pensando "no está permitido a las señoras con una situación ecosentimentalofamilioprofesional estable opinar sobre este tema". Porque como todo el mundo bien sabe, las señoras con una SEE sólo se dedican a cultivar geranios y cocinar apple pies. Sería absolutamente impropio que una señora con una SEE hablara de pasión, locura, desgarro, abandono o pena. Y si una señora con una SEE quisiera desbocarse un poco, siempre puede leer las cincuenta sombras de Grey o mandar guarrindonguerías a su grupo whassap de señoras con una SEE. Además, ¿qué entenderán las señoras con una SEE de amor, felicidad o de nada que se le parezca?

 A veces me pregunto si soy la única persona en el mundo en tener pensamientos absurdos tan profusos.

Luego sin embargo, al hojear el libro, me he serenado al comprobar que todo me sonaba y que entendía cada frase.

En fin, que he dejado a una septuagenaria con un cuchillo de matanza en el Ayuntamiento y mañana tenemos examen de lengua y de mates.

Buenas tardes!

martes, 26 de noviembre de 2013

Conversaciones de por la mañana (II)

- Hoy toca el adviento.
- ¿Y eso qué es?
- Las cuatro semanas que estuvo embarazada la Virgen. Es cuando hay que poner a la virgen embarazada en el Belén.
- Yo eso nunca lo he visto.
- Yo tampoco. De hecho no conozco a nadie que haya celebrado el adviento.
- Ni yo tampoco.
- Que me ha tocado el grupo de las catequistas más listas.
- ¿Y se puede comer pescado?
- ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra? Dice mi padre que después del adviento viene la cuaresma.
- ¿Y tu padre estuvo en los curas?
- Bueno, sí. Y hay que poner cuatro velas de cuatro colores diferentes. Pero todavía no me sé ni para qué son ni qué colores son. Tengo que buscarlo. Esta tarde cuando vuelva de la reunión con la monja, qué coñazo de monja, creo que si las escogieran con dotes para las relaciones públicas, como unas azafatas de la Iglesia, habría más gente en misa, qué pesadilla de mujer, y eso que hemos conseguido quitárnosla tres semanas al mes, porque mis catequistas hablaron con el cura, pero claro una vez al mes hay que aguantarla y la reunión promete ser laaarga, muy muy larga, porque claro como no sabemos leer, pues nos lo tiene que leer todo, como si nosotras no supiéramos leer, en fin, cuando vuelva de la reunión, pondré a la pequeña a escribir sus apellidos. La Gabriela sabía escribirlos con tres años y medio y esta va para cinco y no sabe. Están dando la letra cereza, que es como una G pero al revés. ¿Y si la niña fuera disléxica? Escribe las letras al revés.
- Y yo que pensaba que la virgen había estado embarazada nueve meses.
- Es por lo de la paloma. Yo la próxima religión que tenga será de las que no te obligue a hacer nada.
- Métete a musulmana que ya verás.
- No, me refería a una religión como más agnóstica... Voy a despertarlas.


lunes, 25 de noviembre de 2013

El secuestro

No he logrado aún encontrar una explicación convincente a los hechos acaecidos la semana pasada. Yo misma me hallo aún en estado de convalecencia y he de sobreponerme a un tentador adormecimiento para relatar lo sucedido como parte de una terapia que me he autoimpuesto.

Mi casa ha estado secuestrada durante una semana. Por un virus. No exactamente el virus de la peli "Virus", sino más bien un virus de los llamados "virus de 24 horas" de los que convierten los cuerpos en fontanas de-... cosas-...  fluidas durante 24 horas, de ahí el nombre. Ya me entendéis. La portadora de ese virus virulento fue cómo no la peque con ese maniático apego suyo por toda clase de bichejos. Y que no diga mi ilustre médico (ilustre entre otras cosas porque ha escrito más libros de los que voy a escribir nunca a este ritmo) y esto lo digo seriamente muy muy cabreada, que estos virus son los de toda la vida porque no recuerdo haber pillado tantos virus (un plural flexivo como víruses o incluso uno desinencial como viri habría resultado mucho más atrevido enriquecedor y no tan aburrido como lo es el español en general) en TODA mi vida. 

En mi época uno se ponía malo del estómago una de dos por un exceso de acetona o dos porque la dueña de un bar que no voy a nombrar tuvo la brillante idea de servirnos unas salchichas que había descongelado unas cuantas veces,  pero no porque un enfermo te tosiera encima. Estaban el sarampión, la varicela, las anginas, las paperas, la gripe, los resfriados, incluso la famosa apendicitis pero jamás oí hablar de un virus intestinal de 24 horas. ¿Y cuál es el propósito vital de algo que te pone enfermo  sólo durante 24 horas? ¿cachondearse? ¿joder pero sólo un poquito? Su existencia es tan absurda y ridícula como este post.

Mi casa ha sido secuestrada durante una semana por un virus y lo peor no es esa pesadumbre tan inoportuna como inexplicable que me ha invadido durante una semana (porque no tenía bastante con ovulaciones y menstruaciones noooo, qué va!!!) sino que me ha secuestrado mi esencia. Llevo una semana que no me la encuentro. Mi preciosa genuina adorada imprescindible propia admirable malograda fina ingeniosa y sutil ironía. Poff!! Ya no está!! Llevo una semana sin poder sacarme una frase de las que me hacían



 en la cabeza y que me hacían feliz a mi manera. Una semana sin disfrutar de mi gracia natural. Sospecho que nadie se ha dado cuenta aún. Se ríen de cosas que digo que no tienen la más mínima gracia por costumbre y hábito. No sé si lograré recuperar mi esencia antes de que nadie se percate del injusto hurto del que he sido víctima. Y lo peor es que no sé si sería capaz de enfrentarme a un futuro sin ella. 

Ay.

Buenas noches!

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Sonrisa

A veces, no siempre, pero sí de vez en cuando, a una noche horribilis le sigue un día no tan horribilis.

Y a veces basta una palabra, o dos, para poner una enorme sonrisa en la cara.

¡Buenos días! ¡Ja! :))

martes, 19 de noviembre de 2013

Una hora al sol

El viento polar de ayer ha amainado por un rato hoy. Aquí se le llama polar a cualquier cosa que haga que el termómetro baje de los 15 grados. No, jamás nos acostumbraremos al frío. Y eso que todos los años es la misma historia, con las mismas obviedades, el mismo echar de menos el calor cuando ya no se tiene así como casi todo. Hablando de frío, dicen que mañana volverá. Pero a última hora unos cuantos rayos de sol se han engallado entre tanto gris  y no ha hecho falta mucho más para quedarnos al sol. Última hora, alternativa, por una vez, qué más da, a quién le puede molestar, y si molesta, qué.

Una hora al sol, tirados en el suelo, para recuperar la perspectiva nublada por una tonta pesadumbre que no se sabe muy bien de dónde procede con tantos o ningún frente abierto o puede que alguno.

Una hora al sol fuera del mundo y tirados en el suelo, hablando de todo y de nada, a gusto, mañana huelga, no tendremos francés, así que nos volveremos a ver el jueves, a quinta hora, en alternativa, los siete más una, si Dios quiere. Lástima que vuelva el frío mañana.


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Le fardeau des mots

Le fardeau des mots qui ne se prononceront plus.

Le fardeau des mots qui simplement n'arriveront jamais.

le fardeau de ceux qui tout à coup s'échouent contre le silence,

de ceux qui s'enfuient en laissant derrière eux un goût brûlant et amer.

Le fardeau des mots des autres qui blessent d'une lame invisible que l'on ne pourrait jamais avouer qu'à soi-même.

Le fardeau des mots, ma seule douleur, mon seul répit.

Fichu caractère

Sí, cariño, tu madre tenía un sacré caractère. Lo mismo le daba por coger y tirarle al suelo todos los  caramelos que había recogido en la piñata aquella cría que le había estado calentando el cuerpo a todos los niños en aquel cumpleaños como por picarse de la forma más tonta por la autovía con un cuatro latas cargado de niñatos de FP. Lo cierto es que le daba de pronto, nunca nadie pudo predecir el cuándo ni el porqué. Tenía lo que llaman comúnmente por aquí un carácter de mierda.

Irracionalidad

Exigir más de lo que uno está dispuesto a dar a cambio.

¡Absurdo!

L'école buissonnière

Esta tarde he hecho pellas (o novillos, fa lo stesso, ambos términos son absolutamente mediocres en cuanto a sonoridad y a sentido). Pero no se lo digáis a nadie por favor.

El no hacer lo que los demás esperan que hagas se encubre tan fácilmente como poner una amplia sonrisa que borre cualquier rastro de culpa de la cara y de improcedencia en la mente del otro. 

Puede que lo haya hecho porque necesitara una tarde de no hacer nada después del chute de santidad/religiosidad de ayer que se acercó peligrosamente a la sobredosis. Lo de tener que explicarles a unos críos de 7 años que tenían el Mal primigenio impreso en el ADN porque una tía decidió montárselo con una serpiente me produjo una pequeña descarga en la cabeza y por supuesto que no lo expliqué. Me niego a hacerlo. Cuestión de principios. Podría alegar que esta mañana el despertador no sonó, que me dejé sin saberlo el CD de la parte de comprensión oral del examen en casa, que al final no hubo simulacro de incendio, que el escaqueo de las guardias me produce náuseas, que el tiempo ha cambiado en cuestión de horas a malo y se ha puesto una tarde de perros, que no me apetecía hacerme 250 km para oír un rollazo y malgastar mi tarde, y sobre todo que me ha salido un grano de acné que no pornofo del tamaño de Nebraska en plena cara, y todos y cada uno de estos argumentos serían ciertos e irrebatibles. Pero simplemente no he ido porque no.

Porque uno no puede ser bueno y correcto y hacer lo que los demás esperan de uno indefinidamente. Porque entonces es cuando surgen los problemas y uno acaba reventando. Así que de vez en cuando es bueno saltarse las normas y cometer algún que otro pecaíllo. 

Buenas y lluviosas tardes!! ;)


Los Millares

Nos hizo buen día. Un día espléndido de sol sin calor.

Los restos blancos de las murallas y de las chozas resaltan y se desparraman sobre un promontorio de cerros y laderas irregulares. Durante la hora que estuvimos vagando entre sus ruinas, no conseguí descubrir ningún punto desde el cual dominar todo el yacimiento: detrás de cada cerro aparece un nuevo trozo de muralla o una nueva casa ahora casi ausente si no fuera por el plano de piedras blancas que ha quedado dibujado sobre el suelo pardo y ya seco para la eternidad. Es una sensación rara, extraña, sentarse sobre los restos de aquellos muros milenarios, acariciar el mortero con el que quedaron eternamente soldadas sus piedras, en la más absoluta y solemne soledad de un lugar donde sólo parecen haberse mantenido en pie unas cuantas tumbas convexas. Cinco mil años. Hemos perdido el poder de sorprendernos, el exceso de modernidad nos lo ha corrompido tal vez, pero ahí estábamos, cinco mil años después, intentando imaginar en silencio la vida en aquel poblado ahora extinguido. Estando ahí, lo único que recuerda a nuestra civilización es la vega del Andarax que corre muchos metros más abajo donde se ven algunas viviendas entre el verde de los bancales como si de un oasis se tratara. Pero aún así, como está tan lejos ahí abajo, parece que no sólo unos metros sino siglos de historia nos separaran de aquel barranco. Ese mortero que ahora acaricio y que sigue uniendo las piedras de color blanco fue amasado por unas manos no muy diferentes a las mías. Y hace un rato, viendo el vídeo, me ha asombrado el número de defensas ingeniadas y la amplitud de las murallas. ¿Qué era aquello que tanto miedo les generó que toda su vida giró en torno a defenderse de ello? Y ¿por qué se fueron después de tanto defender, por qué la huida fue finalmente el único recurso que les quedó? la soledad de los Millares te invita a reflexionar, reflexionar y pensar, pensar que para que ahora esté aquí escribiendo, tuvieron que ser ellos primero. Ellos existieron y por eso existo yo ahora. Y sin embargo, no creo que en el fondo fueran muy distintos de lo que yo soy.

Principios

Si hay algo que no quieras hacer, simplemente no lo hagas.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

De Fargo (o del hombre desestructurado)

Como ya advertí anteriormente, después de aquella sobredosis de machoman a lo buscoaJacq's, mi cuerpo serrano sentía la imperiosa necesidad de cargarse de positividad mujeril y una cosa llevó a la otra y así acabé anoche viendo por enésima vez Fargo.

Y esta mañana me he levantado como nueva. Y contenta. Lo cual últimamente es en si un logro.

Qué difícil me resulta siempre escribir elogios. Tan difícil como hacer la pelota, lamer culos o chupar mmm, ya sabéis, cosas... (a elegir). Y esto no es nada por lo que sentirse orgullosa. Porque hay cosas y personas que merecen ser elogiadas. Hay que ver. Con lo poco que me cuesta criticar. Y eso que me callo. Eso debería darme qué pensar. Pero no me apetece ahora.

I love Fargo and I love Marge. Con toda esa sangre, sus tropecientos asesinatos truculentos, su mezquindad, su aberración, su frío, su gris, me encanta!!! 

Yendo esta mañana para Macael y pensándome esta entrada, me preguntaba el por qué. Y de pronto los vi a todos: el poco hombre, el autoritario, el mezquino, el raro, el putero, el cortito, el sinvergüenza, el asesino, el acosador, desastres, espantos... ¿el marido? se libra un poco por contigüidad porque por lo demás... Y de pronto en medio de todos ellos  destaca una mujer, tan embarazada, paciente, dulce, profesional, sencilla, correcta, valiente, eficiente y tan vecina del cuarto.

Como una versión gore del "sonrisas y lágrimas" más cute, un decir "tú puedes, porque no sólo es lo que debes sino porque es lo que quieres hacer", y si entre tanta sangre, el mensaje final es tan bonito , pues yo por ella, como twittean mis alumnas, me derrito.

Sonrisa.

A por lo que queda de miércoles!!!



Convicción

Sólo conozco dos formas de hacer las cosas: hacerlas bien o no hacerlas.

martes, 5 de noviembre de 2013

Y ocurrió...

Llevaba un año temiéndole. Realmente ignoro lo que mi mente no más perturbada que de costumbre esperaba que ocurriera, una especie de aniquilación de algo, un exterminio, un fatal desenlace, NO.LO.SÉ, pero de tanto rememorar mentalmente la funesta fecha, de tantas cuentas atrás efectuadas, del derecho y del revés, que de pronto me ha quedado un relajo al darme cuenta de que no ha ocurrido absolutamente nada. 


O puede que sea cierto el rumor que llegó hasta mí aquel día de hará ya quince o veinte años, cuando para asombro mío, esa buena vecina y amiga de mi madre cuyo nombre vamos a obviar, me preguntó con insistencia y reiteración cuál era mi fecha de nacimiento y se puso a contar con los dedos y delante de mí los nueve meses que habían transcurrido hasta entonces imagino que para averiguar si había sido engendrada antes o después de la boda. Puede que realmente fuera gestada un año antes y escondida en un baúl mientras mi madre viajaba de soltera con aquella pareja de paisanos a modo de carabina en el crucero que la llevaba de Buenos Aires a Barcelona para casarse. 


Claro, ahí está. Eso explicaría que me haya antecedido exactamente doce meses a una crisis que no ha dejado tras de si más que la vuelta del viento y un agorero dolor de muelas pues por lo demás todo sigue igual o más tranquilo incluso.


Ya pasó. Ahora a llamar al dentista.


(PD: espero que no les dé un soponcio a mis padres cuando lo lean. Ha sido mera especulación en busca de una posible respuesta. ¡Buenos días!!!)

lunes, 4 de noviembre de 2013

Mi amiga del parque

Ayer por una de esas casualidades de la existencia, me la encontré en la cola para subir al gusano. Iba comiéndose de la barbe à papa (algodón de azúcar) y al verla sonreí. Pero no nos saludamos. El compartir un rato de parque juntas a comienzos de verano no nos otorgaba la confianza suficiente como para saludarnos. Habría sido raro. 
 
Aquella tarde, una de esas en las que a las ocho todavía es de día, busqué refugio en un banco a la sombra desde el cual podía no perder a las niñas de vista mientras buceaba en mi wiko. De pronto, se me planta al lado una niña, dos o tres años mayor que las mías, con esa mirada extraña de ojos agrandados por los cristales de sus gafas de hipermétrope de pasta azul eléctrico. La miro de reojo, tan poco acostumbrada como estoy a que se me acerque nadie y sin qué ni por qué, empieza la niña de los ojos agrandados a hablarme. "Es que son demasiado chicas para mí" refiriéndose problablemente a las bandadas de niñas que corren de un lado para otro ante nosotras, y acto seguido se saca una muñeca de no sé dónde, de la que me es imposible recordar el nombre pero sí que ella me lo dijera y empieza a peinarla mientras me pregunta sobre mis hijas. No me queda más remedio que contestarle, lo contrario habría sido una descortesía por mi parte, cuando de repente aparece un niño con la misma mirada gigante, el pelo tan tieso y castaño como el de su hermana pero mucho más corto y aparentemente más joven que ella que se me planta delante y me pisa un pie. Mi nueva amiga me informa de que se trata de su hermano,el cual no habla ni una palabra pero no se inmuta ni un ápice mientras me pisa. La niña sigue con su interrogatorio por unos minutos hasta que no lo resisto más y le pregunto en un tono neutro al niño la razón por la cual me está pisando. Me mira con esa mirada extraña y retira el pie. Creo que entonces fue cuando vino otra bandada pero esta vez de mujeres a por los dos hermanos. 

Pues ayer los vi a los dos. Se subieron en el vagón de delante junto con otro chico de la edad de él, a lo mejor un primo también portador de gafas, y el joven encargado de los tickets tuvo que acercarse a ellos unas cuantas veces antes de que arrancara la atracción para decirle el niño de la mirada gigante que dejara de agarrar los muelles gigantes a modo de antenas del gusano.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Neologismos adolescentes

Al otro lado del espejo, en mi pequeño universo personal, están mis alumnos y su particular inventiva para crear vocablos. Y eso me encanta y siempre me pone una sonrisa en la cara. En diez años, hemos ido del Paco bueno, al salvaje, pasando por el demonia de rigor, hasta llegar al actual ok ([ɔk]) pronunciado con la única finalidad de provocar la más honda furibundez en el interlocutor o interlocutora. No lo he entendido hasta hace un par de semanas cuando por fin mis alumnos de tercero han tenido a bien explicármelo. Y ya lo he puesto en práctica con mucho éxito. Anuncio que en estos últimos días en los que han vuelto los exámenes "en serio" suena con fuerza amargación. Y es un término que me encanta como me encanta ese proceso de creación y surgimiento de la palabra, esa que los decrépitos y polvorientos académicos de postín intentan controlar, dogmatizar e instituir y que sin embargo  surge con la naturalidad más simple en mi pequeño universo.

Decepción (II)

Por fin acabado. 

Sí, lo reitero, escrito con una prosa soberbia, excelente en la forma. En cuanto al fondo. Pfffff...

Creo que el fallo está en el inspector. Es un auténtico gilipollas. Y tan de cliché. Si ya de entrada el prota me cae mal, nuestra sociedad estaba predestinada al fracaso más rotundo. Parece creado por la mente de un tío en plena crisis de los 40 cuando les da a algunos por el multifolladismo como única opción para escapar del paso ineludible a la adultez definitiva. He corrido no, volado para cerrar definitivamente un libro que no volveré nunca a abrir. Y repito, no soy aficionada a los nunca, pero en este caso es rotundo. 

No sé, esa condescendencia tan expandida hacia el putero, el adúltero, el que se deja a la muñeca vieja y rota que ya no le sirve por una muñequita tan mona y tan coqueta más joven siempre, no puedo con ella.

 Yo lo que siento ahora mismo es la imperiosa necesidad de una doble dosis de alguna Bridget Jones real para que me desintoxique de tanta concubina complaciente y sierva con fecha de caducidad.

¡A la paz de Dios!

(Y que me perdonen todos los supermegachachis críticos de este país pero no me gusta malgastar mi tiempo)