viernes, 26 de octubre de 2012

La inquietante voz de Lana del Rey

El frío sorbe las noches  de otoño desde el momento en que se pone el sol, las devora, bocado tras bocado, culminando su festín en la madrugada y nada me gustaría más ahora que quitarme esta bata, ponerme a salvo bajo mi edredón recién puesto y dormir, dormir y soñar en otros mundos y otras vidas tal vez más felices. Sí, soy rico en  sueños, puede que no tenga demasiado valor para vosotros pero mis noches son a buen seguro más interesantes que las vuestras.
Pero no, en lugar de eso, estoy aquí, haciendo el tonto porque hace días que quiero dejar testimonio en algún sitio de esto que me pasa y no me salen las palabras como quiero que me salgan.


Ocurrió la semana pasada. Me gusta ponerme la radio en el coche. Además últimamente tengo sed de nueva música, como una necesidad vital que me surge de vez en cuando. Y si una canción me llama la atención hasta el punto de escribir las letras de su estribillo en un paquete de tabaco mientras voy conduciendo, deduzco que me gusta de veras.
Ha sido al teclear el nombre de esa canción y al entrar en la página oficial de youtube a la que me ha  remitido google cuando me he dado cuenta por los fotogramas de los demás videoclips de que era la tercera vez que buscaba esa voz en un espacio relativamente corto de tiempo aunque no las había relacionado entre ellas hasta entonces.


Desde ese momento, esas tres canciones se han convertido en una obsesión, las escucho una y otra vez mientras intento entender el por qué de la fascinación que ejercen sobre mí.


No esperéis de mí una crítica musical. No entiendo ni jota de música, la escucho y sé distinguir entre lo que me gusta y lo que no y me sobra lo demás. Mi carrera musical acabó cuando tenía 6 años, cuando el maestro de música nos dio aquellas botellas de plástico con el fondo recortado para que las usáramos como instrumentos de viento. Me gustó cómo sonaba aquella corneta improvisada, conseguí sacarle diferentes notas, me estaba esforzando y me lo estaba pasando en grande, me estaba gustando eso de la música, y entonces unos compañeros me dijeron que había oído al maestro reírse de la cantidad de baba que estaba soltando por la boca al soplar y cómo lo estaba poniendo todo perdido. Ese día, le dije bye bye a la música. Tampoco canto, mi voz es fea y bronca, tengo la voz rota, no me gusta escucharme. Y luego está la voz de Lana, ora dulce y clara cuando susurra y gime,  ora etérea y grave.


Me da igual quién es Lana del Rey en realidad. Me da igual que sea comercial, que me hayan vendido un producto prefabricado, que sea artificial, me da igual. Me dan igual todas las chorradas que os habéis inventado en torno a ella. QUE ME DA IGUAL.

Sólo me importa que cuando cierro los ojos, los acordes me transportan lejos, muy lejos de aquí, en un lugar fuera de este mundo, hecho de belleza y armonía. Cierro los ojos y veo sus cuerpos celestes y puros, blancos, desnudos,  moverse despacio por el aire.  Se contorsionan con languidez,  atenazados por un exclusivo y desconocido placer; una melodía lenta, lasciva,  acompasada al ritmo de dos amantes que se buscan y juguetean,  ahoga sus jadeos; y si el ritmo de la música acelera, sus espaldas se arquean  y sacuden sus largas melenas doradas   y cobrizas, mientras sus caderas cabalgan  arrogantemente sobre otros cuerpos menos puros a los que retienen entre sus muslos de mármol, agarrándome el estómago. La música vuelve a su ritmo quedo. Respiro de nuevo.


Pero, aunque no os lo creáis, cuando la escucho, no siento amor, ni tan siquiera deseo. No deseo a Lana, no deseo besar la pulpa de sus labios, ni cabalgar entre sus largas piernas esculpidas en la piedra. Los lentos acordes de sus melodías me conducen de pronto a habitaciones aterciopeladas de colores pardos donde lo único que irradia luz es  la piel de nácar de jóvenes peinadas a lo Verónica Lake cuyas miradas hastiadas de dar placer me miran con desdén y atraviesan mi pecho como dardos de fuego.

La voz de Lana me inquieta y me angustia. No es amor lo que emana de ella sino la muerte de la esperanza y la corrupción de los sentidos. Y  cuando la escucho me vienen a la mente sensaciones otrora vividas que creía olvidadas y que experimento ahora a flor de piel una y otra vez.


Porque todos tenemos una parte de pureza y otra de pecado. Porque todos somos luz y oscuridad. Porque somos vida y sin embargo, somos irremediablemente muerte.

domingo, 21 de octubre de 2012

Domingo de elecciones

Un vicio que tengo bastante pronunciado es el de hacer pronósticos electorales. Sí, ya lo sé, no es normal, es más es bastante preocupante que a una persona que jamás aceptaría ocupar un puesto en la vida política, que de hecho sufre un serio rechazo hacia los políticos y que es capaz de formular una teoría de la conspiración por cada movimiento ciudadano (para mí más bien pseudociudadano) nuevo que surge, le guste tanto la política.
 
 
Sí, lo admito. Soy una politicófoba políticafila. O una políticafila aquejada de politicofobia. 
 
 
Sí, prometo hacérmelo ver.
 
 
Pero hoy es día de elecciones, así que volveré a hacerlo, porque me encanta, un magnífico pronóstico de lo que va a suceder dentro de unas horas, aquí donde a nadie molesto y a ver si se cumple, si he acertado una vez más y si no, simplemente borraré esta entrada.
 
 
En el País Vasco, acaban empatados PNV y Bildu, incluso me atrevería a predecir que Bildu aventajará al PNV en número de votos, acuciando el duro y completamente idiota debate  abierto por los catalanes el pasado 11 de septiembre sobre la independencia. Las épocas de crisis es lo que tienen, realzan la estupidez humana.
 
 
En Galicia, volverá a ganar Feijóo, pero no por mayoría absoluta, y no  a favor del PSOE ni del BNG sino  que el voto irá  hacia los partidos que se presentan como verdadera alternativa al binomio.   
 
 
Este es mi pronóstico de hoy.
 
 
Y puesto que esto es un show, aquí dejo una anécdota. En las municipales del 2007, un compañero mío de Almería se presentó por un partido minoritario en su pueblo. No nombraré ni el pueblo ni el partido. Decir sólo que votaron 831 personas y se abstuvieron 206. Pues este compañero tuvo derecho y con razón a quince días de asueto para preparar su campaña electoral. Y lo llamaré asueto pues si bien  los Belloches y los Gallardones emprenden duras y costosas campañas electorales, tras aquellas dos semanas supuestamente dedicadas a debates intensos, pegadas de carteles, puerta a puerta dando a conocer su programa electoral, al final este señor obtuvo.... UN SOLO Y ÚNICO VOTO!!!!  no siendo votado siquiera por su propia esposa como confesó a posteriori!!!
 
 
Pero esto es sólo una anécdota.
 
 
Esperaré ansiosa a ver si vuelvo a acertar!!!
 
Buen finde!!


 

Palabras clave de búsqueda

En los albores de noviembre, algunos hogares ya empiezan a oler a cadáveres, a sortilegios y a almas malditas. ¡¡Y me encanta!! Hay algunas festividades que me producen tal sopor y repulsión por su artificialidad que por mí ardieran, pero Halloween me agrada y no por sus chorraditas truquitratos o porque los paganos anglosajones con esa manía por hacerlo todo del revés se lo tomen como su pequeño carnaval particular. Me encanta porque el terror y el espanto forman parte de nuestro cotidiano tanto o incluso más que el amor o la felicidad y merece su personal homenaje. En mis hijas, la muerte y la enfermedad ejercen una extraña fascinación y llevan días soñando con la noche de Halloween y este año se vestirán de novias cadáveres. ¡Brujitas mías, son tan bonicas!
Así que aprovecharé la ocasión que me brinda este primer Halloween que paso con mi querido blog, para compartir con él algunas cuestiones que este año han producido en mí cierta desazón...
Palabras clave de búsqueda
Existe una enorme diferencia entre escribir un diario íntimo y publicar un blog y es eso, el bien llamado PÚBLICO. Sinceramente, si no me preocupara tener público, este blog no tendría en absoluto sentido y seguiría con mi diario.
No pocas veces me meto en las estadísticas de este blog a "goler" y la verdad es que si no tengo nada más que hacer, me divierto bastante comprobando por ejemplo que tengo una fiel admiradora alemana, das Fräulein Ingrid, que llega a mi blog gente de todas partes del mundo con las búsquedas más extravagantes y que tengo que tener cuidado con algunas palabras clave de búsqueda pues he remitido erróneamente en más de una ocasión a mi blog, como hace poco cuando no se me ocurrió otra cosa que poner el nombre del texto que había caído en selectividad haciendo que bastantes se metieran en busca supongo de las soluciones al ejercicio.
Ahora bien, al volver del verano, un día que para variar no tenía mucho que hacer, me metí en las estadísticas del blog y me percaté de que había recibido un número anómalo de visitas desde Venezuela y desde Canadá y de que estas visitas parecían coincidir con un número también apreciable de visitas a la entrada "la desaparición de Guillermo". Mi mente propensa a hacerse las pajas mentales (valga la redundancia) más disparatadas  empezó a divagar sobre los motivos de este repentino interés. Y fue entonces cuando me fui a las palabras clave de búsqueda y advertí un dato no poco aterrador que me heló la sangre y me llevó a cerrar deprisa las ventanas abiertas del blog del miedo que me entró, pues aquellas visitas desde Venezuela y Canadá coincidían con las siguientes palabras de búsqueda:
 la+desaparición+de+rosita
He vuelto a mirar las estadísticas de este mes pero aquellas palabras ya casi han desaparecido quedando solo un triste y mal escrito testigo de aquel susto.
  
¡Feliz y gris domingo!

martes, 9 de octubre de 2012

Una vida de película







Hoy es el cumpleaños de mi padre.
Mi padre es el lector más asiduo y más fiel de este blog como no podía haber sido  de otra manera una vez desvelado el secreto de su confección, y la mitad de las visitas que he recibido siendo suyas, no quería desaprovechar la oportunidad de rendirle un pequeño homenaje.
Y además así el regalo me sale gratis, oigo por allí detrás los comentarios malévolos de mis hermanos y de mi madre. Decirles que estamos siendo investigados por el fisco y que no está la cosa para bromas (es en serio, me siento como la Infanta Cristina!!!). Pero como de costumbre desvarío y me desvío pues este post no va de eso.
Hay tres rasgos fundamentales que caracterizan a la rama de los Capaores.


Uno, el orgullo. Sí, es una realidad palpable que son más guapos, más listos, más simpáticos y más divertidos que la media y el que no lo es es que desgraciadamente no ha salido a la rama Capaora. Pero es necesario ir por la vida tan chulos???, pregunto. Sin embargo, o por ello, combinado con el siguiente da lugar a situaciones explosivas.


Porque, dos, son iracundos. Y hasta que no pilléis a alguno de ellos en toda la efervescencia de su furia, no entenderéis jamás el significado más extremo de la palabra "cólera". Nótese que en las hembras de la especie los ataques de ira alcanzan cotas de dramatismo hispanogriego rayando el delirio.
Y no obstante y tres, pocas veces conoceréis a nadie más entretenido y con más capacidad para sonsacaros una sonrisa, haceros reír a carcajadas y mantener vuestro interés en vilo con sus historias que un Capaor. Es así, un hecho palpable y genético, un rasgo genuinamente heredado del patriarca Juan el Capaor.
Hablemos de sus historias. Yo  misma he crecido escuchando las historias de mi padre sobre su vida. De hecho, cualquiera que haya tratado medianamente con él estará familiarizado con sus vivencias.
Cuando las escucho, la infancia de mi padre se me figura, como diría mi tía Antonia,  una peli en blanco y negro como la de los "quatre cents coups" pero en versión italiana, en uno de aquellos pueblos de miseria polvorienta de la posguerra donde los niños traviesos y terribles se criaban en las calles a base de hacer trastadas y de recibir las consecuentes buenas palizas de sus padres. No me cuesta imaginarme al pequeño José con sus orejas de soplillo liándola parda con su hermano Manolo que al parecer era también una buena pieza, durmiéndose en los portales o controlando a ver a quién su madre echaba más comida de los cuatro hermanos. Era malísimo, siempre imaginando cómo liarla, como aquella vez que llevó a los críos del pueblo al río hasta un avispero que había encontrado e hizo que les picaran a todos, que de los chillidos que pegaban los pobres salió todo el mundo a ver lo que pasaba, y cuando se enteró de lo que había pasado mi abuelo la emprendió a pedradas con el verdugo corriéndolo por las calles del pueblo sin poder atraparlo de cómo corría el condenao. Y de esas historias, a montones. Puro baladre!!
A pesar de ello, que la fe despertara en él un día y decidiera ir a estudiar al seminario de Almería no llegó a sorprendernos nunca. Será porque llevamos toda la vida escuchando que mi padre iba para cura y ya no sabemos muy bien qué fue antes si el hombre o el sacerdote. Que de haber acabado sus estudios de teología, mi padre estaría ahora mismo paseando de rojo por el Vaticano, si no de blanco. (Ya sabéis a quién me refiero). De aquellas vivencias en el seminario, algo cuenta mi padre en el relato que pronto le publicarán, "Retales de una sotana" y que espero que me deje publicar por aquí al menos en parte.


Fue entonces, de repente, porque estas cosas nunca avisan cuando ocurrió la tragedia de la muerte prematura de mi abuelo. Y la comedia se torna tragedia miserable, la de unos huérfanos que deben abandonar su pueblo y su vocación para ayudar a  mi abuela a sacar adelante a mi tío Luis, con una grave minusvalía mental consecuencia de una meningitis padecida a muy temprana edad y que moriría durante la riada del 73, y a sus otros dos hermanos, Manolo y Rosa, casi recién nacida. Bueno, y puesto que este es mi blog, aquí puedo decirlo, no es que mi padre dejara su vocación voluntariamente sino que los buenos prefectos del seminario le invitaron amablemente a que dejara el seminario cuando ya no pudo hacerse cargo de la asignación. Generosidad cristiana le llaman. Pero mi padre nunca guardó rencor.
  
Pero un cumpleaños no es motivo para tristezas, que tiempo siempre habrá para ello y de repente volvemos a estar en una película en blanco y negro, pero esta vez ya no va de niños sino que el escenario ha cambiado radicalmente y estamos ahora en Francia, en el enorme Lyon, entre una generación de jóvenes obreros, muchos inmigrantes o "pieds noirs", atrapados en la década de los 60. De hecho, siempre he pensado que mi padre se daba un aire a Jean Paul Belmondo, como en "À bout de souffle" y me lo imagino a él y a sus amigos compaginando su trabajo en la fábrica con las noches en que la juventud comete sus locuras a lo "I vitelloni".
Fue entonces cuando viviendo con mi tía Antonia y mi tío Manolo a muchos, muchísimos kilómetros de su tierra y de su gente, el destino decidió cebarse un poquito más con mi padre y este se cortó parte de los dedos de ambas manos en una máquina. Y de nuevo la tragedia, la peli sigue siendo en blanco y negro pero esta vez va de la dura vida de los inmigrantes del Sur atrapados en el mundo industrial del Norte lejos de su hogar. Pero no se trata de una denuncia social, no para mi padre que recuerda todavía cómo las monjas lo trataban con más cariño que a los demás después de contarles su pasado como seminarista. Por duro que le golpeara la vida, mi padre nunca jamás se dio por vencido. A pesar de los golpes, siguió mirando pa'lante, siempre pa´lante. Tendríais que oírles a los dos a mi tía y a él recordar aquellos tiempos, las risas, el cariño, lo bueno por encima de lo malo siempre. Que otro se habría rendido y refugiado en el rencor y la amargura alejado de un mundo que no parecía tenerle demasiado aprecio, y con razón. Pero mi padre nunca. Y eso es una gran victoria, al alcance de muy pocos.


Y la vida siguió su curso. Y mi padre, como si de otra película esta vez histórica se tratara, también vivió mayo del 68, vio a los Rolling y a los Beattles en concierto, conoció a Santiago Carrillo y a la Pasionaria, cantó la Internacional sin dejar de tener sus propias convicciones, y allá donde ha ido ha cosechado amigos de todas las clases y condiciones. Y por todo ello y por mucho más, mi padre y su vida me fascinan.
En mi cabeza, la vida de mi padre empieza a colorearse cuando se mezcla con las fotos de mi madre, guapísima, con su pelo negro larguísimo, llegando de Argentina  en un barco para casarse con él.


Pero esta es otra película.
Espero que esto te guste,
FELICIDADES PAPÁ, TE QUEREMOS!!!

lunes, 8 de octubre de 2012

la magnitud de la tragedia

No hay documentos ni relatos ni fotos ni vídeos ni palabras que puedan sustituir jamás la experiencia vital del que se encuentra inmerso en la tragedia.


La madrugada del jueves al viernes estuvo lloviendo intensamente con intermitencias.


El viernes al levantarnos, comprobamos que las goteras estaban aguantando bien por el momento pero decidimos que si la lluvia seguía con aquella intensidad, las niñas no irían al cole. No suele llover con frecuencia por la zona, pero cuando lo hace con fuerza, no hay lugar que ofrezca la seguridad de que no ocurrirá nada. Es palpable en cuanto sales a la calle y te das cuenta de que ninguna desagua con normalidad, de que las calzadas se convierten en enormes charcas en cuestión de minutos, de cómo el agua sale a borbotones por algunas alcantarillas.


He vivido en climas lluviosos como en Lyon o en Irlanda donde la lluvia aparentaba caer del suelo, e incluso he sentido la lluvia tropical en Cancún donde parecía que alguien nos echaba calderos de agua desde el cielo (lo cual no nos extrañó porque los mejicanos son unos cachondos, sea dicho de paso). En esos lugares, la lluvia forma parte del cotidiano. Pero aquí, cuando la lluvia cae fuerte, no es un elemento que pueda vivirse con normalidad.


Aun no había nacido cuando la gota fría del 73, ni siquiera estaba aquí en las inundaciones del 89, así que no sé cómo se inicia la tragedia. En esta parte del Almanzora, el viernes 28 de septiembre 2012, la tromba de agua que cayó fue considerable sin llegar a ser en ningún momento alarmante.  Hacia la una de la tarde, sí que hubo un repunte, a punto estuvieron de inundarse los bajos y nos asustamos un poco ante el peligro de viajar en coche en esas condiciones, pero finalmente dejó de llover a las 14:30 aproximadamente. Incluso llegó a despejarse y a salir el sol.


Es extraño volver a tu casa para comer, sentirte a salvo y calentita en tu sofá, pensar con alivio que no vas a tener que salir en todo el día, abrir el ordenador y empezar a ver imágenes de lo que ha pasado justo ahí.


El río había salido de punta a punta por Arboleas, cuando apenas había salido la rambla en Albox. Llamé a casa para preguntar cómo estaban todos y me enteré de que mi hermano tenía que venir por la sierra de Macael porque era imposible pasar por Overa donde la rotonda subterránea de acceso estaba anegada por dos metros de agua. Además en Zurgena, se había llevado parte del puente que lleva a los Carasoles y al parecer en Palacés también se había llevado otro.


Y las imágenes se van sucediendo a cual más terrorífica, como las de Antas que no se sabe muy bien cómo logró aguantar el embiste de la riada y donde tuvieron que desalojar las escuelas en cuestión de minutos. En Terreros contaron luego que de pronto el día se hizo noche. En Vera quedaron todas las carreteras de acceso inundadas y las rotondas impracticables mientras seguían circulando los coches a riesgo de quedar envarados. Y finalmente están las imágenes de Vera Playa a la que algunos confundieron con Mojácar y Garrucha. Y la verdad es que tal y como fue arrasada era casi imposible reconocerla. Eso no era Vera Playa, no podía ser Puerto Rey, ni tampoco las Buganvillas, estaba todo irreconocible; la zona cero era un lodazal gigantesco donde se mezclaban los coches, la suciedad, las ramas de árboles caídos y lo que parecían los restos de muchas, muchísimas viviendas.



Dos días después, al volver a pasar por ahí, cuando vi por primera vez el cartelito amarillo que adorna tímidamente la gran señal que me da la bienvenida todas las mañanas, me chocó. Muchísimo. Mi cabeza se puso a dibujar un laberinto rompecabezas para averiguar cómo se llegaba a Vera por Macael.


Y ayer pasamos cerca de la zona cero por la autovía. Desde la autovía no vimos nada. Antes habíamos bajado por la rambla a la salida de la Alfoquia y comprobamos que efectivamente el otro lado del puente se había caído. No parece que vayan a darse prisa en arreglarlo, cosa que por lado no me sorprende, muy al contrario, acostumbrados como estamos aquí a estar abandonados de la mano de Dios. Los ríos y las ramblas vuelven a estar secos si no es por alguna que otra charca. Han señalizado los trozos de carretera que se han venido abajo y aquí y allí yacen olvidadas la grava y la broza arrancadas por la corriente.


Pero aun así, por más que me cuenten o que vea, por más que lamente y compadezca, por más que quiera imaginar, no hay nada que pueda hacerme entender la magnitud de lo que vivieron aquellos que se vieron envueltos en la tragedia.


El pasado viernes 28 de septiembre de 2012, un temporal de lluvias torrenciales provocado por el fenómeno conocido como gota fría azotó el Levante almeriense y la zona de Lorca y se llevó por delante la vida de una decena de personas, destrozó miles de viviendas y provocó cuantiosos destrozos materiales. (DEP)

jueves, 4 de octubre de 2012

Le Candide de Voltaire

Hubo una época en que fui lista y en que entendía, pensaba e incluso era capaz de extrapolar lo que me enseñaban. Luego aprobé "le bac" y me vine para Granada.
Y entre todos esos conocimientos que adquirí durante aquella época, algunos me vuelven a la memoria como en este caso el Candide de Voltaire. He leído por ahí una interpretación más que nefasta y tergiversada de lo que me atañe aquí pero me abstendré de cualquier comentario.
Entre otras cosas, y de lo que me he acordado ahora, en esa obra, Voltaire dijo: "Il faut cultiver notre jardin".
Y cuando veo que a mi alrededor, unos y otros están más ocupados en alimentar ese odio mutuo y estéril que se profesan en lugar de buscar una solución para que este barco no se hunda, he pensado que mejor me apeo y me dedico a mi jardín. Puede parecer una empresa modesta e irrisoria pero créanme, es para mí tan gratificante.
Así que señores, no me busquen para sus ridículas batallitas, que yo prefiero quedarme aquí, cultivando mi jardín.


Buenas noches,

miércoles, 3 de octubre de 2012

El tiempo apremia

según a quién y cómo se mire pero a mí no sólo me apremia, sino que me corre, me persigue, me adelanta, se ríe de mí en mi cara, me vacía la cabeza de mis palabras y me la llena de futilidades vanas.