lunes, 4 de junio de 2012

La Sala de los Secretos




En los Palacios Nazaríes de la Alhambra, paseando por las galerías porticadas del Patio de la Lindaraja, encontré un pasadizo a mano derecha que contrastaba con la exuberancia de todo el monumento. Se abría a un pasillo que  sebifurcaba a ambos lados con paredes perpendiculares de piedra vista de poca anchura dibujando un pequeño laberinto, casi infantil, por su escasa dimensión, pues en seguida los pasillos y las paredes convergían en una sala central cuadrada también pequeña y de techumbre blanca, baja y cóncava. La única luz, aparte de unos focos anaranjados procedía de una cancela a la izquierda que daba a la salida de los Palacios hacia el Partal y a través de la cual pretendía penetrar la fresca y opulenta luminosidad de los jardines de la Alhambra.

Divertida por aquel exiguo laberinto, llamé a mis niñas a través de la reja para que participaran conmigo del hallazgo de aquel juego al que nos invitaban los Palacios.

Fue mi marido el que advirtió la extraña acústica de la sala central. La voz retumbaba de una manera extraña si te situabas justo en el centro de la habitación cuadricular y abovedada. Entonces nos dimos cuenta de las manchas negras que tiznaban cada una de las esquinas al nivel de nuestras cabezas. "Esta es" me dijo, "esta es la Sala de los Secretos". Había intentado reconocer la Sala de los Secretos de la que hablan los cuentos en algunos de los suntuosas estancias de los palacios con escasa suerte cuando en realidad la sala de los Secretos ¿era aquella cámara casi lúgubre, angosta y oscura?

Hicimos la prueba. Algunos turistas al pasar nos miraban con disimulada curiosidad no entendiendo nuestro juego. Mirando a la pared, pronuncié unas palabras en voz muy baja, me di la vuelta para ver si me habían oído, volví a mirar hacia la mancha negra y entonces oí claramente la voz de mi marido. Me di la vuelta instantáneamente creyendo que se encontraba a mi espalda. ¡Pero no! Seguía ahí, al otro lado de la sala mientras su voz me susurraba palabras al oído...

Al parecer, ya no dejan a la gente contarse secretos en aquella sala, supongo que será por aquellas manchas oscuras, y por ello ni siquiera aparece en los mapas de la Alhambra.

Ciencia. Ilusionismo. Magia.



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